Las medidas de respaldo para empresas y para autónomos que ha tomado el Gobierno para hacer frente a la crisis económica provocada por el COVID están a punto de finalizar. Apenas quedan quince días si no se llega a un nuevo acuerdo. Pero todo apunta a que habrá extensión del cese de actividad si se prolongan los ERTES hasta final de año.
Al menos en esta línea han ido las declaraciones del Ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, que según ha indicado se extenderá la prestación más allá de octubre para aquellos autónomos que más lo necesiten. Es este matiz, el que puede sembrar dudas, sobre quien tiene más o menos necesidad y qué se considera situación límite para muchos de ellos, que han bajado de forma notable su facturación, pero quizás en algunos casos no llegan a ese 70%.
La extensión de ERTES y cese de actividad al último trimestre del año vendrá condicionada. Si seguimos la pauta marcada hasta el momento, lo cierto es que todo apunta a que cada vez será de menor cobertura, menor cuantía y afectará a un número menor de empresas y autónomos, sea de forma sectorial, aquellos sectores económicos más perjudicados o no.
La realidad es que no hay dinero para hacer frente a todos los pagos. Esto obliga a recurrir a la deuda. Los préstamos de la UE prometidos no han llegado todavía y tampoco hay presupuestos para articular estos gastos. Todo esto nos lleva a que al final se ofrezcan prestaciones cuyo impacto final es mínimo porque o se ponen muchas trabas o unos criterios demasiado exigentes. Una ayuda insuficiente.
Un matiz que me llama a atención es cuando se habla de negocios realmente afectados por la pandemia, que no pueden abrir y que son solventes tendrán ayudas. ¿Dejarán caer a aquellos negocios que no serán viables por el nivel de deuda contraído en la crisis? ¿Y si puedo abrir pero mis ingresos se han reducido a la mitad y además tengo que hacer frente al pago de unos préstamos que antes no tenía?
Y la extensión de las ayudas puede ir más allá de final de año, pero siempre se negociaría de tres meses en tres meses. La realidad es que el paréntesis de un par de semanas, de un par de meses, para el que se pensaron las ayudas se prolongará mínimo un año, puede que dos y muchas empresas saldrán muy tocadas de este periodo, si consiguen remontar y antes no plantean el cierre como podemos ver con la proliferación de locales con cartel de «Se Alquila» que proliferan en muchas ciudades. Y todavía nos queda la segunda ola de contagios.
