GPT‑5 cambia las reglas para quienes usan ChatGPT: lo mejor del modelo está donde siempre debió estar

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GPT‑4.1
,

GPT‑4.5
,
GPT‑4.1-mini,

o4-mini,
o3
,

o3-pro
.

Si
estos
nombres
no
te
suenan
del
todo,
no
estás
solo.
A
pesar
de
su
popularidad,
una
gran
parte
de
los
usuarios
de

ChatGPT


jamás
tocó
el
selector
de
modelos
.
Algunos
sabían
que
estaba
ahí,
pero
más
allá
de
una
breve
descripción
en
el
desplegable,
pocos
entendían
realmente
para
qué
servía
cada
uno.
Y
aun
así,
lo
usaban
a
diario.

Lo
más
probable
es
que
durante
meses
hayas
convivido
con
el
modelo
base
por
defecto
GPT‑4o,
ese
que
OpenAI
describía
como
“ideal
para
la
mayoría
de
las
tareas”—
sin
explorar
nada
más.
Puede
que
alguien
lo
intentara
alguna
vez,
solo
para
descubrir
que
los
resultados
no
eran
tan
distintos
o
que
aquello
no
era
lo
que
buscaba.
Al
final,
todo
quedaba
en
manos
de
unos
pocos
usuarios
avanzados,
los
que
sabían
cómo
exprimir
esos
otros
modelos
para
obtener
mejores
resultados.

El
selector
de
modelos
fue
un
muro
para
muchos

Durante
mucho
tiempo,
usar
ChatGPT
implicaba
tomar
una
decisión
que
no
todos
estaban
preparados
para
tomar.

¿Qué
modelo
elegir?

¿Cuál
era
mejor
para
programar?
¿Y
para
escribir?
¿Y
si
necesitaba
analizar
datos?

OpenAI
ofrecía
una
lista,
una
descripción
breve
y,
con
suerte,
alguna
recomendación
genérica.
Pero
la
única
forma
real
de
entender
los
matices
era
experimentar.
Cambiar
de
modelo,
probar,
comparar
resultados,
volver
a
cambiar.
Un
proceso
que
exigía
tiempo
y
criterio.

En
un
entorno
donde
pedimos
resultados
inmediatos,
eso
fue
una
barrera
invisible
pero
real.
La
mayoría
se
quedó
donde
estaba.
Y
lo
más
curioso
es
que
incluso
pagando
la
suscripción,
muchos
jamás
usaron
las
opciones
que
estaban
incluidas.

Ya
no
hay
que
elegir.
Con
la
llegada
de

GPT‑5
,

el
selector
de
modelos
desaparece

para
los
usuarios
gratuitos
y
pierde
relevancia
incluso
entre
los
de
pago.
OpenAI
ha
diseñado
un
sistema
que
decide
por
el
usuario:
el
nuevo
modelo
sabe
cuándo
tiene
que
pensar
más
y
cuándo
no
hace
falta.
Si
la
tarea
requiere
razonamiento
complejo,
GPT‑5
se
lo
toma
con
calma.
Si
es
algo
sencillo,
responde
al
instante.

Selector De Modelos

Esto
cambia
las
reglas
del
juego.
No
solo
porque
ahorra
tiempo
y
decisiones
innecesarias,
sino
porque
por
fin
coloca
la
inteligencia
donde
debía
estar
desde
el
principio:
al
servicio
del
usuario,
sin
que
este
tenga
que
saber
cómo
funciona
por
dentro.

GPT‑5
se
comporta
de
forma
más
parecida
a
nosotros.
No
porque
sea
consciente,
ni
mucho
menos,
sino
porque

empieza
a
decidir
en
tiempo
real

si
una
tarea
requiere
pensar
o
no.
Como
hacemos
nosotros.

Cuando
alguien
nos
hace
una
pregunta
sencilla,
respondemos
rápido.
Cuando
algo
exige
análisis,
tomamos
unos
segundos
más.
Esa
es
la
lógica
que
empieza
a
replicar
este
modelo:
si
hace
falta
esfuerzo,
lo
aplica.
Si
no,
prioriza
la
velocidad.

GPT‑5
se
comporta
de
forma
más
parecida
a
nosotros

En
el
fondo,
eso
era
lo
que
esperábamos
de
una
inteligencia
artificial
avanzada.
Que
nos
entienda
sin
necesidad
de
darle
instrucciones
técnicas.
Que
se
anticipe,

que
elija
por

sola
cómo
ayudarnos
mejor
.

Que
el
modelo
decida
por
su
cuenta
no
significa
que
hayamos
perdido
el
control.
De
hecho,
los
usuarios
de
pago
aún
pueden
forzar
manualmente
el
tipo
de
respuesta
que
quieren.

Desde
la
interfaz
de
ChatGPT,
se
puede
activar
el
modo
de
razonamiento
con
un
botón.
Pero
también
se
puede
hacer
con
una
simple
instrucción
en
el
mensaje:
“piénsalo
bien”,
“hazlo
rápido”,
“dame
una
respuesta
ligera”…
El
sistema
interpreta
estas
frases
y
ajusta
su
comportamiento.

Chatgpt

Es
un
cambio
sutil,
pero
importante.
Porque
aunque
GPT‑5
se
autogestiona,

sigue
siendo
posible
intervenir

y
afinar
la
experiencia.
Quien
quiera
profundidad,
la
puede
pedir.
Quien
quiera
inmediatez,
también.

Para
quienes
usan
ChatGPT
de
forma
intensiva
—en
el
trabajo,
en
estudios,
en
tareas
complejas—
este
cambio
tiene
consecuencias
directas.

Antes,
un
usuario
podía
estar
pagando
por
una
herramienta
que
no
entendía
del
todo,
sin
saber
que
estaba
usando
solo
una
parte
de
su
potencial.
Ahora,
aunque
no
tenga
tiempo
para
experimentar
ni
para
aprender
cómo
funciona
todo,
GPT‑5
hace
ese
trabajo
por
él.

La
diferencia
entre
quienes
sabían
combinar
modelos
y
quienes
no,
entre
quienes
exploraban
cada
variante
y
quienes

se
quedaban
en
la
superficie
,
se
ha
reducido.
A
partir
de
ahora,
la
calidad
de
la
experiencia
dependerá
mucho
más
de
cómo
pedimos
las
cosas
que
de
si
sabemos
o
no
qué
modelo
usar.

Y
eso
es
una
buena
noticia,
sobre
todo
para
quienes
nunca
tocaron
el
selector.
Usuarios
que,
sin
cambiar
nada
en
su
forma
de
interactuar,
van
a
empezar
a
obtener
respuestas
mejores,
más
ajustadas,
más
útiles.
GPT‑5
los
acerca
a
los
avanzados
sin
que
tengan
que
mover
un
dedo.

GPT‑5
no
añade
una
función
nueva.
Corrige
una
vieja
incoherencia.
Hasta
ahora,
lo
más
potente
del
sistema

estaba
escondido
tras
decisiones
técnicas

que
pocos
sabían
tomar.

Imágenes
|
Xataka
con
Gemini
2.5
Flash
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Captura
de
pantalla
Xataka

En
Xataka
|

La
IA
ha
sido
hasta
el
momento
un
simpático
accesorio:
con
GPT-5,
OpenAI
quiere
colocarla
en
el
centro
de
todas
las
cosas