La banda sueca alcanza el número uno en ventas mundiales con su nuevo disco, ‘Imperia’, que presenta en concierto en España. Hablamos con su líder, Tobias Forge, de religión, Putin y del futuro del ‘heavy metal’.
En los conciertos que Ghost está llevando a cabo por Europa (anoche tocaron en Barcelona y este domingo llegan a Madrid), dentro de la gira de presentación de Impera (2022), su último disco, Tobias Forge (Linköping, Suecia, 41 años) recorre el escenario de un lado a otro con traje de cuero negro y camisa decimonónica, la cara maquillada como el Joker, entre pirotecnia, luces y confeti. También hay música de guitarras afiladas, claro. Los expertos en la escena dicen que hay pocas experiencias más intensas estos días en el rock que ver en directo a este grupo sueco de formación cambiante (durante un tiempo se rumoreó que hasta Dave Grohl, productor de su primer EP en 2013, había tocado baterías en algún directo). “Te pueden gustar más o menos los discos, pero su forma de afrontar el espectáculo del rock y el profundo impacto que han tenido les convierten en una banda relevante y total. Si hay un grupo heredero de toda la parafernalia con la que Kiss o Alice Cooper se hicieron inmortales, son ellos”, confirma el periodista y director en España de la prestigiosa revista Metal Hammer, David Rodrigo, recordando que el grupo tiene ya dos premios Grammy en su haber. Otros datos corroboran esta opinión: además de portadas en todas las publicaciones del sector, Ghost ha sido número uno en las últimas semanas en los mercados importantes: Suecia, Alemania, España y, sobre todo, Estados Unidos y Reino Unido, donde la banda llena estadios. Añade 15 millones de escuchas en la plataforma Spotify al sencillo Call Me Little Sunshine en solo tres meses.
Es sábado por la mañana y Forge, padre de familia y esposo además de líder metalero, responde a un Zoom de audio desde un hotel en Oslo, Noruega, donde el grupo dará un concierto por la noche, dentro de la gira Imperatour 2022. Pocos minutos antes de la entrevista, el pasado 30 de abril, desde la oficina del representante confirman que no habrá posibilidad de que se active el vídeo y podamos verle sin máscaras ni maquillajes.
El recuerdo musical más intenso de Forge está asociado al disco Purple Rain (1984), de Prince, y a ver a Kiss tocando en un programa de la televisión sueca con el olor a la laca que usaba su hermano mayor pegado a las narices. Hasta hoy ha publicado con Ghost cinco álbumes con canciones de metal sinfónico y toques pop. “Si me hubieras preguntado de niño qué quería ser de mayor, habría dicho que una estrella del rock. Una de mis primeras bandas preferidas fue Twisted Sister. Eran como un grupo de grandes éxitos rock y su canción I Wanna Rock me influyó mucho: describía lo que yo era y sentía. Nunca he querido dedicarme a otra cosa. Yo tenía solo tres años, pero ya me pasaba el día rodeado de adolescentes, los amigos de mi hermano mayor. Me encantaba cuando sus novias se reían de mis chistes; me llevaban a conciertos y a fiestas. Les entretenía. Esa sensación me llenaba y creo que por eso hago lo que hago”, cuenta.
Pregunta. ¿Le importa tanto conectar con la gente joven porque teme por la supervivencia del rock?
Respuesta. El rock con el que crecimos los de mi generación sí está muriendo. Simplemente, porque la gente y las bandas están muriéndose o ya han muerto. Pero el estilo musical continuará influyendo a nuevas bandas, porque la forma de expresión en sí misma es estimulante. Aunque sin duda lo que dice es el principal reto mental para muchos fans del rock, incluyéndome a mí: somos nostálgicos y por tanto tenemos reparos con las nuevas bandas. Sin embargo, es importante que permitamos que surjan. Y eso es lo que espero lograr después de 12 años girando: que algunos de estos chicos que han estado viniendo a los conciertos acaben agarrando una guitarra o una baqueta, en lugar de ponerse a programar, ya sabes, hip hop o lo que sea. Me encantaría ver que la música analógica se reproduce de nuevo en el futuro, con suerte en algún tipo de estilo similar al rock o al punk.
Como buena banda sueca que se precie, escuchar la música de Ghost es un cruce entre muchas cosas. A las guitarras afiladas del heavy metal de los años 80 han sabido infundirle cierto nihilismo grunge, los riffs pesados de Metallica y hasta el brillo disco-pop de Abba o el gusto por la inmediatez de los Beatles. Pero solo con música un grupo no se hace tan grande. Hace falta una historia propia, una narrativa única que conecte con muchos y en muchas partes. Una estética personal y reconocible en redes. Y alguna tragedia. Vayamos por partes.
Forge es el principal ideólogo de la imaginería poderosa de Ghost, que hace uso de la parte más extravagante de los rituales católicos. Con indumentaria eclesiástica, casquete incluido (su nombre oficial es solidete), en cada álbum Forge va mutando de personalidad. Originalmente fue Papa Emeritus, un antipapa demoniaco, y luego Cardenal Copia, que se convirtió en Papa Emeritus IV hace un par de años. La narrativa también ha ido evolucionando, aunque siempre haciendo uso de la misma estrategia: elementos perturbadores de la realidad se entrelazan con mundos oscuros en un lenguaje popular y accesible, y todo ello con una banda de músicos sin rostro ni nombres, vestidos todos de negro y con máscaras similares.
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Hasta 2017, las identidades del grupo se mantuvieron en el anonimato. Mientras que Forge era el tal Papa Emeritus, el resto de los integrantes eran simplemente los Nameless Ghouls (demonios sin nombre). Hoy, por ejemplo, en el Zoom quien responde es Mary Goore, un alter ego que adquirió a finales de los 90 Forge cuando tocaba en el grupo Repugnant. Da la impresión de que para él la música no es tanto una expresión de subjetividad como una búsqueda y transmisión de conocimiento. “La digestión de la realidad siempre me ha resultado más sencilla a través de un filtro y la mayoría de lo que he aprendido ha sido a través de la cultura popular. Yo no he leído libros clásicos, sino que los he visto en películas o he oído hablar de ellos en canciones. Para mí y para cualquiera que sea como yo, resulta más entretenido y ameno consumir la realidad a través de un disco de rock o de un concierto. Aunque entiendo que esto no es para todo el mundo. Me gusta combinar una dosis de escapismo con referencias a los verdaderos horrores de la vida real”.
Precisamente, ese misterio en las identidades que al principio supuso el máximo atractivo de la banda se volvió luego contra su propia esencia, eso tan católico de que “el que mete la mano conmigo en el plato, ese me va a entregar”. O lo que es lo mismo: algunos miembros denunciaron a Forge por temas financieros a un tribunal sueco en 2017. “La querella no ha dañado al grupo, pasará de puntillas en su historia, porque tarde o temprano había que desvelar el nombre del líder. Sin duda, fue un shock saber que Tobias era Papa Emeritus… pero se iba a hacer de todos modos”, opina Rodrigo, que vivió todo el proceso de cerca. Para manejar un grupo de la envergadura de Ghost uno necesita rodearse de gente de confianza; la cuestión es cómo confiar tras una traición.
“Creo que ahora soy más selectivo a la hora de elegir a quién embarco en el proyecto. No creo que eso tenga que ver necesariamente con lo sucedido. Y creo que la mayoría de los artistas, en algún momento, comienzan a protegerse, porque es fácil que las personas intenten usarte… Confianza significa que tienes que aprender a rebajar tus expectativas: puedes confiar en las personas en un nivel del 50%. Con el mito del rock, la gente piensa que todo lo que estamos haciendo es mágico y que todo es para siempre, pero nunca nada es eterno, por lo que es una lucha mantener algo inmutable. He comprendido que la palabra confianza no significa ‘pongo la mano en el fuego por ti el resto de mi vida’. Si piensas eso, ya te anuncio, acabarás herido”, opina Forge.
La importancia del cambio como esencia misma de la existencia, un bien conocido mito presocrático, sirve a Forge también para abordar la situación de Europa en la actualidad. Con la curiosidad que despierta alguien que escribió un disco sobre una plaga dos años antes de la pandemia de la covid-19, con versos como “en tiempos de confusión / en tiempos como estos / creencias contagiosas / propagando enfermedades”, es tentador preguntar hoy por las consecuencias de la relación de fuerzas que vivimos en el mundo actual. “Sé lo que espero: todo dictador tiene un mal karma. Creo en el poder circular y no en el poder lineal. Lo que significa que creo que el mundo sigue girando y la Madre Tierra es cíclica. Estamos viendo la decadencia de un imperio gobernado por un malvado dictador. Y eso espero. Lo que teme es su desaparición y su pérdida de poder, y esto coincide con su deterioro real. Solo espero que la mayoría de nosotros lo veamos, y que suceda cuando aún podamos considerarle a él como enemigo y no al pueblo ruso. Si alguna vez llega el día en que alguien como Alexei Navalny se convierte en el presidente ruso, podremos ver una paz mundial que nunca hemos experimentado. El dictador loco que estamos viendo ahora mismo está envejeciendo. Ahora ladra muy fuerte y puede morder, lo sabemos, pero no es eterno”.
Fuente: El País