Galletas de calabaza, receta de Halloween

Para
preparar
el
puré
de
calabaza,
la
herví
previamente
y
la
machaqué
con
un
tenedor.

Hay
que
dejar
que
escurra
bien,
por
eso
conviene
hervirla
la
noche
anterior
y
dejarla
toda
la
noche
escurriendo
sobre
un
colador.

Tamizamos
la
harina,
la
sal,
la
canela
y
la
nuez
moscada
y
reservamos.
Batimos
la
mantequilla
con
el
azúcar
hasta
que
se
integre.
Añadimos
el
huevo,
mezclamos
e
incorporamos
el
puré
de
calabaza,

sin
batir
demasiado
para
no
incorporar
aire
a
la
masa.

Incorporamos
la
mitad
de
la
mezcla
de
harina
y
cuando
comience
a
integrarse,
añadimos
la
leche
y
el
resto
de
la
mezcla
de
harina.
Seguimos
mezclando

hasta
que
la
masa
se
vaya
despegando
de
las
paredes.
La
sacamos
del
bol
y
formamos
una
bola
que
dejaremos
15
minutos
en
la
encimera,
sin
tapar,
para
que
seque.

Dividimos
la
bola
en
dos
y
estiramos
cada
una
de
las
dos
mitades
con
un
rodillo,

entre
dos
láminas
de
papel
de
horno,
para
que
nos
resulte
más
fácil.
Las
colocamos
sobre
una
bandeja
de
horno
y
las
refrigeramos
unos
15
minutos.
Sacamos
la
masa
de
la
nevera
y
recortamos
las
galletas
con
el
cortapastas
elegido.

Las
vamos
colocando
sobre
una
bandeja
de
horno,

sobre
la
que
habremos
puesto
un
tapete
de
silicona
o
una
lámina
de
papel
de
horno.
Son
unas
galletas
malas
de
manejar,
lo
mejor
es
ir
refrigerándolas
pues
la
masa
se
endurece
y
son
más
manejables.
Llevamos
las
galletas
ya
cortadas
a
la
nevera
durante
2
horas.
Hornear
a
horno
precalentado
a
180ºC
durante
15-17
minutos.