Marián
Rojas
Estapé
es
una
de
las
especialistas
en
psiquiatría
más
conocidas
en
España
por
labor
como
divulgadora
en
redes
sociales
y
charlas,
además
de
plasmarlo
en
varios
libros
que
han
sido
grandes
ventas.
En
su
último
libro «Recupera
tu
mente,
reconquista
tu
vida»
explica
un
concepto
muy
interesante:
entrar
en
modo
flujo.
Fluir
es
ese
estado
en
el
que
hemos
entrado
cuando
miramos
el
reloj
y
decimos: «¿ya
han
pasado
dos
horas?»
Nos
olvidamos
de
todo
y
ponemos
el
foco
en
una
tarea
cualquiera.
Fluir:
el
estado
de
atención
plena
que
nos
hace
más
productivos
y
felices
@motivamenteconamor¿Sabes
lo
que
es
entrar
en
estado
de
flow
(o
estado
de
flujo)?
Cuando
alguien
lo
consigue,
siente
una
sensación
de
plenitud
y
felicidad.
Pues
se
encuentra
inmerso
de
lleno
en
una
tarea
y
une
sus
habilidades
en
forma
de
pasión,
ilusión,
reto
y
atención
plena.
Tener
estados
de
flujo
puede
ser
la
mejor
de
las
terapias.
Son
un
bálsamo
para
la
mente,
ya
que
provoca
sensaciones
tan
placenteras
como
estas:
dejarse
llevar,
perder
la
noción
del
tiempo,
emplear
sus
habilidades
al
máximo,
se
disfruta
del
proceso
sin
importar
el
resultado,
no
se
perciben
amenazas
alrededor,
desaparece
la
sensación
de
cansancio
o
fatiga…
El
músico
que
ensaya
su
pieza,
el
artista
que
pinta
su
obra,
el
cocinero
que
prueba
nuevos
platos,
el
autor
que
escribe
horas
sin
parar…
¿Qué
actividad
te
lleva
a
alcanzar
el
flow?
🤔
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En
una
de
sus
entrevistas
para
su
último
libro,
Marian
comenzaba
diciendo
que
el
concepto
«fluir»
lo
descubrió
el
doctor
Mihaly,
detallándolo
en
el
libro «Fluir:
una
psicología
de
la
felicidad«.
El
estado
de
flow,
que
es
como
lo
denominó
Mihaly,
es
ese
estado
en
que
entramos
cuando
nos
enfrentamos
a
algo
que
nos
supone
un
reto,
pero
que
lo
disfrutamos.
Cuando
entramos
en
ese
flujo
perdemos
totalmente
la
noción
del
tiempo.
Seguramente
que
te
han
venido
muchos
ejemplos
a
la
mente
ahora
mismo
cuando
has
hecho
una
tarea
en
la
que
no
has
mirado
el
reloj
ni
una
vez
ni
has
sido
consciente
que
ha
pasado
un
lapso
grande
de
tiempo.
La
antítesis
es
ese
estado
en
el
que
miramos
el
reloj
continuamente
para
ver
cuando
termina
la
jornada
laboral
o
una
situación
que
nos
resulta
pesada
y
donde
no
queremos
estar.
Fluir
es
disfrutar
de
lo
que
hacemos
y
suele
estar
muy
ligado
a
tareas
como
pintar,
escribir,
tocar
un
instrumento
o
tareas
que
son
desafiantes
para
nuestro
cerebro,
pero
en
un
nivel
que
somos
capaces
de
realizar.
Si
agarramos
un
violín
partiendo
de
cero
sin
guía
alguna
entraremos
en
estado
de
ira,
no
de
flow.
Sin
embargo,
artistas
como
los
pintores
pueden
estar
horas
frente
a
su
obra
sin
detenerse
si
quiera
a
tomar
un
vaso
de
agua
o
comer.
El
abanico
es
mucho
más
amplio
que
la
rama
del
arte,
de
hecho,
es
tan
amplio
como
personas
habitamos
el
planeta.
Yo
entro
en
estado
de
flow
escribiendo
e
investigando
sobre
las
diferentes
ramas
de
la
salud,
o
en
el
gimnasio,
por
ejemplo.
Puede
que
tú
lo
hagas
cuando
cuidas
el
huerto
o
cuando
calculas
un
proyecto
de
ingeniería.
Sea
como
sea,
es
una
suerte
si
eres
capaz
de
fluir
a
diario
porque
eso
indica
que
estás
haciendo
mucho
de
lo
que
te
gusta.
El
proceso,
no
la
meta
Al
fluir
estamos
con
atención
plena
a
la
tarea,
nada
de
mirar
el
móvil,
e
incluso
dejamos
de
escuchar
esa
música
de
fondo
que
nos
acompaña
trabajando.
El
gimnasio
es
un
espacio
de
flow
para
muchos
que
asisten,
ya
no
por
el
físico
exclusivamente,
sino
por
el
gozo
de
entrenar.
Deslizar
vídeos
e
imágenes
con
el
móvil
no
es
fluir
Fluir
implica
perder
la
noción
del
tiempo,
no
prestar
atención
a
nada
más,
pero
también
disfrutar.
Cuando
entramos
en
Tik
Tok
y
vemos
vídeo
tras
vídeo
podemos
abstraernos
de
todo
lo
demás
y
pasar
dos
horas
en
ello,
pero
no
tiene
implícito
un
disfrute
real
en
el
que
eres
tú
quien
actúas,
no
miras.
En
el
estado
de
flujo
somos
nosotros
los
que
hacemos
el
vídeo
o
cualquier
cosa
(sujetos
activos)
no
quiénes
lo
miran
sin
ejecutarlo
(sujeto
pasivo).
Además,
pasar
horas
mirando
redes
sociales
no
tiene
un
fin
en
sí
mismo
más
que
el
de
recibir
estímulos
por
todas
partes.
«Te
animo
a
que
descubras
cuál
es
la
actividad
que
te
permite
entrar
en
flow»
Marián
Rojas
nos
invita
a
buscar
qué
actividad
nos
permite
fluir.
Dicha
actividad
necesita
desafiarnos
lo
suficiente
como
para
que
no
nos
aburramos,
pero
no
tanto
como
para
que
la
dejemos
por
no
ser
capaces
de
hacerla.
Para
la
psiquiatra,
escribir
su
último
libro
le
hacía
pasar
muchas
horas
sin
darse
cuenta
porque
tenía
un
fin,
era
desafiante,
lo
disfrutaba
y
era
la
parte
activa
del
proceso.
Hay
personas
adictas
a
su
trabajo
porque
no
lo
disocian
del
disfrute,
como
un
periodista
que
investiga
y
publica
en
su
jornada
laboral,
pero
también
lo
hace
en
vacaciones
porque
le
gusta
aprender
y
ese
flow
en
el
que
entra
cada
vez.
En
definitiva,
fluir
es
no
querer
que
pase
el
tiempo,
pero
darse
cuenta
que
ya
se
ha
ido.
En
Vitónica
|
Este
es
el
sencillo
hábito
que
puede
mejorar
tu
productividad
y
sumar
felicidad
a
tus
días
Imágenes
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