Todos los años por estas fechas sucede lo mismo. La pereza se adueña de mi ante la simple noción de tener por delante una nueva edición del Festival de Eurovisión para, después, terminar atraído por la televisión como una polilla a una lámpara y disfrutar plenamente del variopinto desfile de personajes y artistas que reivindicar, y de una realización y puesta en escena entre lo sofisticado y lo más hortera que nos podamos echar a la cara.
La edición 2019 del certamen no ha decepcionado lo más mínimo, ofreciendo un nuevo cóctel de música, decenas de momentos dignos de convertirse en meme y altibajos que oscilan entre lo bochornoso y lo brillante. Una noche en la que, entre sorpresas inesperadas e invitados estrella, algo se mantuvo inalterable: España volvió a pegársela bien pegada.
La venda ya cayó (y de qué manera)
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Hay que empezar barriendo para casa, y este año, tras el ñoño número de Amaia y Alfred que les llevó a la —justa— posición 23 en 2018, hay que reconocer que Miki ha merecido mucho más con un ‘La venda’ que logró poner en pie al resto de participantes, que empezaron a hacer congas y a pasárselo en grande durante uno de las actuaciones más enérgicas de la noche.
El tema es pegadizo y fiestero, la coreografía fue sencilla y la puesta en escena lo suficientemente resultona como para no caer en lo plano ni en lo excesivamente barroco, pero todo esto ha dado igual. Miki y sus compañeros se han dejado la piel para terminar en un injusto puesto 22, pero al menos no se han puesto en evidencia como lo hizo Manel Navarro con sus gallos entonando el dichoso ‘Do it for your lover’. Nuestros tímpanos lo han agradecido.
En el extremo opuesto a lo que nos ofreció la participación española, Eurovision 2019 nos dejó varios pasajes de turra absoluta, ideales para aprovechar y entrar en Twitter a vomitar bilis o para ir al cuarto de baño; destacando una actuación de Eslovenia en la que Zala Kralj & Gašper Šantl parecieron una especie de The XX con anemia y un bajón de azúcar, todo a la vez.
Junto a ellos, la macedonia Tamara Todevsksa —incomprensiblemente bombardeada con puntos por los jurados profesionales—, el israelí Kobi Marimi o el ruso Sergey Lazarev pusieron a prueba nuestra capacidad de aguante con algunas de las participaciones más insípidas de la noche.
Por suerte, esta no fue la tónica principal de la noche, y como muestra ahí estuvieron mis ganadores particulares: los islandeses Hatari, que pusieron patas arriba el escenario y marcaron la verdadera diferencia con su espectáculo punk-electrónico-industrial —o algo así—, y que además tuvieron su gran momento al mostrar unas bufandas con la bandera de Palestina durante las votaciones. Único momento reivindicativo que pudo verse en pantalla durante la polémica gala, que no sólo les costó los abucheos del público, sino una reprimenda de la organización, que no tardó en retirarles las enseñas.
Menos es más
En cómputo global, podríamos decir que el nivel general de los participantes de Eurovision 2019 ha sido considerablemente alto, siempre y cuadno dejemos a un lado dudosas voces como las de la intérprete griega Katerine Duska, que parecía tener algún problema de congestión nasal— o del trasnochado participante de San Marino: una suerte de versión pasada de vueltas y sin pelazo de Modern Talking —del que me declaro fan absoluto—.
Ahí han estado grandes voces como las de la australiana Kate Miller Heidke, el representante de Azerbaiyán Chingiz —otro de mis grandes favoritos— o la serbia Nevena Božović para demostrarlo. Pero, finalmente, la gran batalla final terminó disputándose, merecidamente, entre el fantástico número de espíritu gospel de Suecia y la, a priori, rancia balada de Holanda.
Y digo a priori porque, cuanto más escucho ‘Arcade’ —así se titula la gran vencedora de la noche—, con la que Duncan Laurence terminó llevándose el gato al agua en el último momento, más brillante me parece. Puede que no sea un tema que recordaremos dentro de un año, pero su calidad musical es indiscutible, con una composición tan calculada como inteligente y una interpretación de Laurence a la altura de las partituras.
Madonna, ¿eres tú?
En contraposición, quien no estuvo a la altura de las circunstancias fue la gran invitada de la noche: la mismísima Reina del Pop. Las expectativas estaban por todo lo alto con la actuación de Madonna, y el batacazo no ha podido ser más grande, porque el número de la norteamericana, pese a tener una cuidada puesta en escena, dejó mucho que desear a nivel musical.
No sabemos si es fruto de una mala noche, del jet lag o de que la organización racaneó y no pagó lo suficiente como para que se dejase las cuerdas vocales, pero Madonna no dio la talla, dejándonos una interpretación de ‘Like a Prayer’ muy deficiente, con gallos, notas erradas y una desgana tremenda.
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Un auténtico disparate que no enmendó con su segundo tema, ‘Future’, en el que optó por entregar su alma al autotune, y cuyos momentos estelares fueron una reivindicación política censurada por realización, en la que dos bailarines ataviados con banderas de Palestina e Israel aparecían abrazados; y el momento en el que puso punto y final despeñándose desde lo alto del escenario.
Por suerte, Madonna no consiguió amargar del todo el poso de una velada que, como siempre, rehusaré repetir el próximo año para terminar haciendo quinielas en el último momento y devorando prácticamente sin pestañear. Lo que jamás perdonaré a la organización es que durante el «Switch Song» en el que aparecieron Conchita Wurst, Måns Zelmerlöw o Eleni Fureira, dejasen fuera a los verdaderos icono Eurovisivos de la última década: los SunStroke Project y su irrepetible Epic Sax Guy.
Clasificación de Eurovisión 2019
1. Países Bajos – 492 puntos
2. Italia – 465 puntos
3. Rusia – 369 puntos
4. Suiza – 360 puntos
5. Noruega – 338 puntos
6. Suecia – 332 puntos
7. Azerbaiyán – 297 puntos
8. Macedonia del Norte – 295 puntos
9. Australia – 285 puntos
10. Islandia – 234 puntos
11. República Checa – 157 puntos
12. Dinamarca – 120 puntos
13. Eslovenia – 105 puntos
14. Francia – 105 puntos
15. Chipre – 101 puntos
16. Malta – 95 puntos
17. Serbia – 92 puntos
18. Albania – 90 puntos
19. Estonia – 86 puntos
20. San Marino – 81 puntos
21. Grecia – 71 puntos
22. España – 60 puntos
23. Israel – 47 puntos
24. Alemania – 32 puntos
25. Bielorrusia – 31 puntos
26. Reino Unido – 16 puntos