Estamos un paso más cerca de acabar con el ‘jet lag’. La clave está en una simple proteína

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La
llegada
de
la
era
de
la
aviación
trajo
consigo
numerosos
beneficios
a
la
humanidad,
pero
también
algún
que
otro
perjuicio.
Y
entre
estos
perjuicios
se
encuentra

el

jet
lag
,
el
desajuste
horario
que
sentimos
al
desplazarnos
a
un
meridiano
lejano.


CK1δ.

Ahora,
un
equipo
de
investigadores
ha
hallado
nuevos
detalles
sobre
la
bioquímica
que
regula
nuestra
adaptación
a
nuevos
husos
horarios.
Detalles
que

podrían
ayudarnos
a
encontrar
una
solución

a
este
molesto
fenómeno,
pero
también
podría
ayudarnos
con
otros
problemas
relacionados.

La
clave
está
en
una
proteína
denominada

caseína
quinasa
1
delta

(CK1δ)
que
desempeña
un
importante
papel
en
la
regulación
de
nuestro
“reloj
interno”:
los
ritmos
circadianos.
Lo
hace
marcando
otras
proteínas
involucradas
en
el
ajuste
de
este
reloj
biológico,
explica
el
equipo
responsable
del
estudio.

Este
proceso
de
marcado
o
etiquetado
también
afecta
a
CK1δ.
Esta
proteína
también
puede
ser
marcada,
lo
que
permite
alterar
la
habilidad
de
esta
para
regular
el
resto
de
proteínas
involucradas
en
el
ajuste
de
nuestro
reloj
interno.


La
cola
de
la
proteína.

Se
conocen
dos
variaciones
de
la
proteína,
δ1
y
δ2,
que
se
diferencian
en
una
secuencia
de
16
aminoácidos
en
la
cola
de
la
proteína,
un
segmento
denominado
cola
C-terminal.
Pese
a
que
estos
16
bloques
representen
una
pequeña
sección
en
esta
proteína
formada
por

más
de
400
aminoácidos
,
ambas
versiones
difieren
notablemente
en
su
funcionalidad.

Sabíamos
que
el
marcado
de
esta
proteína
hacía
que
su
capacidad
para
ajustar
nuestro
reloj
biológico
disminuía.
Ahora,
gracias
al
nuevo
estudio
conocemos
mejor
los
mecanismos
bioquímicos
involucrados
en
el
proceso.
Es
decir,
ahora
tenemos
una
idea
del
porqué.


Espectroscopia
y
espectrometría.

Para
responder
la
cuestión,
el
equipo
recurrió
a
técnicas
avanzadas
en
espectroscopia
y
espectrometría
para
acercarse
a
estas
colas.
Descubrieron
así
que
la
forma
en
la
que
estas
proteínas
son
marcadas
viene
determinado
por
las
secuencias
concretas
que
muestran
en
sus
colas,

explican
.

Los
detalles
del
estudio
fueron
publicados

en
un
artículo

en
la
revista

Proceedings
of
the
National
Academy
of
Sciences

(PNAS).

“Nuestros
hallazgos
señalan
a
tres
puntos
específicos
en
la
cola
de
CK1δ
donde
los
grupos
de
fosfatos
pueden
acoplarse,
y
estos
puntos
son
cruciales
para
controlar
la
actividad
de
la
proteína.
Cuando
estos
puntos
son
marcados
con
un
grupo
fosfato,
CK1δ
se
hace
menos
activa,
lo
que
quiere
decir
que
no
influye
a
nuestros
ritmos
circadianos
tan
eficientemente.
Utilizando
análisis
de
alta
resolución
fuimos
capaces
de
señalar
los
puntos
precisos
involucrados.
Y
eso
es
muy
emocionante”,
explicaba
en
una
nota
de
prensa
Carrie
Partch,
coautora
del
estudio.


Más
que
un
reloj.

El
equipo
destaca
que
el
hallazgo
tiene
implicaciones
más
allá
de
ayudarnos
a
resolver
el
problema
del
ajuste
horario.
La
proteína
CK1δ
desempeña
funciones
muy
diversas,
por
ejemplo
en
la
división
celular,
en
el
desarrollo
del
cáncer
y
en
algunas
enfermedades
neurodegenerativas.
Por
supuesto,
conocer
el
funcionamiento
de
la
proteína
también
podría
ayudarnos
a
luchar
contra
algunos
trastornos
del
sueño.


Futuros
pasos.

El
equipo
anunciaba
también
cuales
serán
los
siguientes
pasos
en
su
investigación.
Su
intención
es
evaluar
cómo
factores
externos
como
la
dieta
pueden
afectar
al
proceso
de
marcaje
de
CK1δ.
Esto,
consideran,
podría
abrir
la
vía
al
desarrollo
de
“soluciones
prácticas”

para
problemas
como
el

jet
lag
.

En
Xataka
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Cuánto
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quieres
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más
te
cuesta:
cómo
la
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genera
un
círculo
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quita
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SevenStorm
JUHASZIMRUS

/

Jon
Philpott,
Rajesh
Narasimamurthy
and
David
Virshup