Son muchas las tecnologías que últimamente se están utilizando en el mundo para distintos motivos. Pero… ¿Hace falta realmente estar en la vanguardia y no perderse nada? O solo con dejar que se siga desarrollando, crear nuestra vida independientemente de ello y utilizarla sólo en el caso de que sea necesario nos alcanza?
Teléfonos con 4 cámaras, autos autónomos que se manejan por sí solos, máquinas para hacer cerveza, el WiFi, la casa «inteligente», el Smart TV, el celu conectado hasta con la cucha del perro… Y la lista se extiende. Esta tecnología está a la vanguardia, pero… ¿Es necesario vivir tan «conectado» con todo? Acá, en Calamuchita, quizás vivamos un poco más alejados de todo este ruido y disfrutemos un poco más lo «natural». Pero en las grandes ciudades (sin ir más lejos, Córdoba, Rosario o Buenos Aires. Ni hablar de los EEUU, Europa ni Japón…), la mayoría de la gente vive pendiente de ello. Y eso, por un lado relaja: El hecho de pensar que todavía estamos muy lejos. Pero por otro asusta.
No solo que la gente está consumiendo más, si no que está cada vez más pendiente de lo que consume el otro.
Y en un mundo capitalista, estamos alimentando el capital.
Tenemos que dejar de consumir y comenzar a producir nuestros propios productos, nuestra propia forma de vida. Comprémosle al productor pequeño, cambiémoslo por algo que nos sobra. Reduzcamos nuestra basura, hagamos compost. Desenchufémonos un rato, contemplemos más atardeceres. Tenemos el privilegio de vivir en las sierras de Córdoba! Cuidemos el lugar. Preparémoslo para futuras generaciones.
No hace falta deshacerse de nada. Si no dejar de consumir productos que no necesitamos, tomar más agua, comer más fruta, más verdura, en Internet está plagado de videos que dicen cómo vivir mejor, cómo reducir basura y hasta cómo hacer compostaje.
Enseñémosle a nuestros hijos una mejor forma de vida. A pensar por sí solos. Mostrémosles videos interesantes, con contenido didáctico.
Que seamos nosotros quienes manejamos la tecnología si queremos y cuando querramos.
Que la tecnología no nos maneje.