Los
platos
fríos
nos
salvan
la
vida
en
verano
cuando
las
altas
temperaturas
nos
hacen
huir
del
calor
de
los
fogones
o
del
horno,
y
necesitamos
comidas
nutritivas
que
sean
apetecibles
sin
resultar
pesadas.
Es
el
reino
de
las
ensaladas,
y
nos
gustan
particularmente
las
ensaladas
de
pasta
porque
son
completas,
saciantes
y
facilísimas,
perfectas
para
dejar
listas
con
antelación
o
llevar
a
cualquier
lado.
Esta
receta
de
ensalada
de
pasta
fría
es
una
de
nuestras
favoritas
y
seguro
que
también
será
la
tuya
cuando
la
pruebes,
más
que
nada
porque
el
esfuerzo
y
tiempo
invertido
son
mínimos
en
comparación
con
los
satisfactorios
resultados.
Y
además
puedes
modificarla
a
tu
gusto
o
con
lo
que
tengas
en
ese
momento
en
la
nevera.
Puedes
dejar
la
pasta
cocida
con
antelación
o
hacerlo
todo
la
víspera
o
por
la
mañana
a
primera
hora
con
la
fresca,
o
simplemente
prepararlo
todo
al
momento
y
darle
un
ligero
reposo
de
nevera
para
que
se
enfríe
un
poco
antes
de
comerla.
Si
enfrías
rápidamente
la
pasta
cocida
en
agua
helada
con
hielos,
no
tendrás
que
esperar
para
comer
o
cenar
en
ese
instante.
Esta
receta
lleva
queso
feta
en
dados
o
desmenuzado,
cebolla,
pimiento
verde,
pepino,
tomates
cherry
y
aceitunas,
todo
en
crudo,
para
potenciar
el
efecto
crujiente
y
refrescante
-y
ahorrar
tiempo-.
El
aliño
es
muy
básico:
orégano,
sal,
pimienta
negra,
vinagre
de
manzana
y
buen
aceite
de
oliva
virgen
extra.
Si
mientras
se
cuece
la
pasta
preparas
los
ingredientes
apenas
te
llevará
unos
10
minutos
tener
el
plato
listo,
más
lo
que
tarde
el
agua
en
hervir.
Y
tienes
la
puerta
abierta
a
un
sinfín
de
variaciones:
cebolla
encurtida,
pepinillos,
aceitunas
negras
en
lugar
de
verdes,
queso
de
cabra,
perlas
de
mozzarella
o
queso
fresco,
bonito
en
conserva,
tomate
seco,
hinojo
fresco,
calabacín
crudo
laminado,
etc.
En
DAP
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Cómo
hacer
una
gran
ensalada
de
pasta
con
cualquier
verdura
que
tengas
en
el
congelador