Pocas
recetas
hay
en
mi
recetario
familiar
tan
tradicionales
como
las
espinacas
a
la
crema.
Sencillas
hasta
decir
basta,
pero
resultonas,
deliciosas
y
siempre
celebradas
cuando
llegan
a
la
mesa.
Son
todo
un
triunfo,
sobre
todo
cuando
las
gratino
al
horno
y
salen
con
el
aspecto
que
podéis
apreciar
en
la
foto
de
portada.
Mi
versión
es
muy
sencilla
y
básica,
heredada
de
mi
madre
(a
quien
las
florituras
en
materia
de
cocina
nunca
le
han
encajado
bien).
Es
mi
favorita,
pues
permite
que
las
espinacas
brillen
por
sí
solas
sin
necesidad
de
añadidos.
No
obstante,
hay
quienes
añaden
cebolla
pochada,
taquitos
de
jamón,
gambas
picadas,
frutos
secos,
etc.
Te
explico
cómo
las
preparo
yo,
luego
ya
decides
tú
si
le
quieres
dar
a
este
plato
más
rock
&
roll
del
que
ya
tiene.
Echa
un
vistazo
a
tu
nevera
y
congelador,
es
probable
que
tengas
todos
los
ingredientes
y
te
puedas
poner
en
marcha
ya
mismo.
Tendrás
el
primer
plato
de
la
comida
de
hoy
listo
en
un
santiamén.
Introducimos
las
espinacas
congeladas
en
un
cacito,
agregamos
un
poco
de
agua
(suficiente
para
que
cubra
la
base),
tapamos
y
cocemos
a
fuego
medio
durante
10
minutos.
Apagamos
el
fuego
y
dejamos
que
se
terminen
de
cocer
con
el
calor
residual.
Mientras
tanto
preparamos
la
salsa
bechamel.
Para
ello
calentamos
la
mantequilla
en
una
sartén
y,
cuando
esté
fundida,
agregamos
la
harina.
Removemos
para
formar
un
roux
y
dejamos
que
se
tueste
ligeramente,
a
fuego
medio,
durante
un
par
de
minutos.
A
continuación
agregamos
la
leche,
poco
a
poco,
mientras
removemos
con
unas
varillas
para
evitar
que
se
formen
grumos.
Cocemos
durante
10
minutos
y,
a
mitad
de
tiempo,
condimentamos
al
gusto
con
sal,
nuez
moscada
y
pimienta
blanca
molida.
Escurrimos
bien
las
espinacas
para
retirar
el
agua
que
sueltan
con
la
cocción
y
las
picamos
(opcional).
En
el
mismo
cacito
calentamos
un
fondo
de
aceite
de
oliva
y
doramos
el
diente
de
ajo,
previamente
pelado.
Incorporamos
las
espinacas
y
las
rehogamos
durante
un
par
de
minutos.
Desechamos
el
diente
de
ajo,
añadimos
la
salsa
bechamel,
removemos
y
ajustamos
el
punto
de
sal
si
fuera
necesario.
Pasamos
la
mezcla
a
una
fuente
para
horno
y
espolvoreamos
con
el
queso
rallado.
Gratinamos
durante
unos
3-4
minutos
o
hasta
que
la
superficie
se
dore.
Servimos
inmediatamente.
Con
qué
acompañar
las
espinacas
a
la
crema
Para
acompañar
la
receta
de
espinacas
a
la
crema,
que
podemos
servir
como
entrante,
propongo
una
tradicional
tortilla
de
patatas.
Este
es
un
menú
muy
común
en
casa,
apto
para
vegetarianos,
que
seguro
que
también
gusta
en
la
tuya.
En
DAP
|
Ensalada
griega
de
espinacas,
queso,
naranjas
y
pistachos
En
DAP
|
Salmón
con
crema
de
espinacas,
envuelto
en
hojaldre