De acuerdo con el Índice global de trabajo remoto (GRWI) que revela cuáles son los mejores países para trabajar a distancia, España mantiene este año la 4ª posición, tras Dinamarca, Países Bajos y Alemania, como recoge un nuevo estudio de la empresa de ciberseguridad NordLayer.
Nos sigue Suecia, Portugal y Estonia y nuestra vecina Francia está en el puesto 25, ya que su seguridad social está muy por debajo de otros sistemas de Europa.
Este informe tiene en cuenta cuatro criterios diferentes: ciberseguridad, seguridad económica, infraestructura digital y física, y seguridad social. Este año, NordLayer ha evaluado 108 países, frente a los 66 del año pasado. Esta empresa proporciona herramientas de ciberseguridad, por lo que este es un tema que mira mucho en su estudio sobre países.
Muy buena infraestructura
La verdad que nuestro país queda muy bien parado. La infraestructura que tenemos en cuanto a seguridad informática, la capacidad de dar respuesta y las medidas legales existentes son buenas. Además, es un lugar con atractivo turístico (esto seguro que ya lo teníamos claro), mucha gente domina el inglés (estamos en el puesto 34 global), el coste de la vida es accesible y la asistencia sanitaria es mejor que en muchos otros países.
Además, el internet es asequible y de calidad, hay una buena infraestructura económica, acceso a administración electrónica y también física. También se valora que es un país seguro y donde hay muchos derechos personales y también pensando en la inclusión de todas las personas.
De acuerdo con las conclusiones del informe, «en materia de ciberseguridad, España sale muy bien parada, destacando su legislación (2ª), donde España sólo cede terreno a Alemania.
España también presume de una infraestructura de ciberseguridad muy bien desarrollada (4º), aunque su capacidad de respuesta se sitúa ligeramente por debajo, en el puesto 11º.
La conclusión del informe apunta a que «esto puede deberse a que gran parte del talento humano en ciberseguridad trabaja para las numerosas empresas digitales que se han establecido en España, lo que deja al sector público algo vulnerable a la falta de personal».
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