Resulta irónico que estén llegando a HBO Max en las últimas semanas muchas películas de Clint Eastwood, dadas las opiniones vertidas por la empresa madre, Warner Bros. Discovery, en torno a sus películas. Con el estreno de ‘Cry Macho‘ llegó la cuestión por parte de David Zaslav de por qué se seguían produciendo sus películas. Tras varias décadas siendo su casa, Warner empezaba a dudar de que fuera buena inversión.
Una duda que, por supuesto, es demencial y absurda. Más allá de que sus películas estén o mejor o peor (ahí cada uno valorará) tienen unas cualidades incuestionables: son poco caras, porque Eastwood trabaja rápido y habitualmente por debajo del presupuesto, y tienen un público consistente. Y las más destacadas logran superar los 100 millones en taquilla. Además, nunca sabes cuando va a entregar de nuevo una película magistral como ‘Mystic River‘.
Pecados que no se lavan en el río
¿Resulta improbable? Puede ser. ¿Absolutamente imposible? No lo creo, el estilo de Eastwood nunca deja de explorar adecuadamente personajes y situaciones dramáticas complejas desde el melodrama clásico. ‘Mystic River’, ya disponible en la plataforma (y en Amazon Prime Video), es un ejemplo magnífico, manteniendo una sencillez increíble pero conmovedora para explorar una tragedia interminable que pasa generaciones.
Adaptando la oscura novela de Dennis Lehane, la película empieza con tres niños jugando en una calle de barrio obrero de Boston, cuando son abordados por un misterioso desconocido. Un evento que les marcará de por vida, como comprobamos al dar un salto hacia adelante a cuando son adultos. Uno es policía (Kevin Bacon), uno es un ex-convicto (Sean Penn) y otro es un trabajador corriente aunque es el que más ha quedado fracturado por lo sucedido hace años (Tim Robbins).
El casting es uno de los grandes aciertos de la película, porque incluso en los roles menores como las esposas de Laura Linney y Marcia Gay Harden encontramos intérpretes que llenan de vida y autenticidad a estos personajes. Ayuda a introducirnos de lleno en un drama humano bastante desgarrador, donde las amistades se rompen de manera profunda y los traumas se arrastran y quedan impresos a la fuerza en la descendencia. Ese inicio de película, con infancias destrozadas de una manera muy propia a un coming of age de Stephen King, marca la desolación de la cinta.
‘Mystic River’: el drama en medio de la investigación
Es una historia terrible y desgarradora, bien articulada con el esqueleto de un film policial. La investigación de un asesinato pone la dinámica y cierta intriga, aunque la resolución no es lo más relevante. El corazón de ‘Mystic River’ reside en unos personajes que han quedado marcados, que por mucho que intenten huir hacia adelante nunca van a despegarse su pasado y el arrepentimiento por las cosas que piensan que pudieron hacer, incluso aunque estuviese fuera de su control.
Tiene elementos de una tragedia épica, pero Eastwood nunca se pone sensiblón. Su espíritu clasicista se lo impide, dejando que los aspectos más turbios de la historia respiren adecuadamente a través de su austera (que no pobre) puesta en escena y su habilidoso reparto. Con ello consigue que la película conmueva de manera completamente natural, pero la suma de grandes hallazgos hace que la película se convierta en una de las mejores de su filmografía.
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