El Bugatti Chiron no necesita presentaciones. Con sus 1.500 CV, un 0 a 100 km/h en solo 2,4 segundos y una velocidad máxima de 420 km/h en las primeras iteraciones es un objeto inalcanzable para la mayoría de los mortales. Tanto en el sentido literal como figurado. Es uno de los superdeportivos más exclusivos del mundo, cuyo precio supera actualmente los 3,5 millones de euros, cuando alguna de las 500 unidades fabricadas sale a la venta.
Sin embargo, el modelo que causó sensación en las calles de Varsovia, Polonia, claramente no era capaz de tal aceleración y costó muchísimo menos. Pero no importa, ese peculiar “Bugatti” sigue siendo toda una hazaña.
En lugar de cuatro turbos, cuatro piernas
Andrej Burek, un manitas polaco también conocido en Internet como Foton Automotive, decidió fabricar su propio Bugatti Chiron partiendo de cero. Pero aquí no hay ningún motor W16 cuadriturbo. La fuerza la ponen los ocupantes dándole a los pedales. Sí, lo que hay son solo dos bicicletas, transformadas en el medio de propulsión orgánico de este sorprendente vehículo.
El hombre ha diseñado esta joya íntegramente a partir de materiales compuestos, aluminio y carbono, con un realismo bastante impresionante, a falta de una pintura y lunas. Los faros, la parrilla, las curvas de la carrocería, todo parece heredado de un Bugatti Chiron auténtico. Excepto que aquí no se necesita gasolina, solo unas buenas piernas y una buena dosis de humor.
En su página de Facebook, fue documentado las diferentes etapas de la creación de este coche tan especial. Como se puede ver, se lo pasó muy bien y el resultado es realmente agradable.
Y así fue como el Bugatti Chiron al estilo Foton Automotive dio sus primeros paseos en Varsovia, bajo la mirada atónita de los transeúntes. “Es el único Chiron que me puedo permitir”, bromeó uno de los asistentes.
Como muestran los diferentes vídeos publicados en Instagram, hubo algunos contratiempos, ya que los dos amigos que iban en el vehículo tuvieron que empujar su Bugatti improvisado debido a un problema con los pedales. Al menos, este modelo no es pesado y su reparación debería ser más barata que la de uno auténtico.
El coche aún no está finalizado, pero se queda lejos del Bugatti Chiron de Vu Van Nam. Bajo lo que parece un auténtico Bugatti Chiron con llantas HRE, se esconde una creación propia animada por un motor 1.6 de un Toyota Corolla de 1998.
Imágenes | Bugatti, Andrej Burek
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