Las
estribaciones
de
la
Sierra
de
Gredos
esconden
una
serie
de
joyas
naturales
que,
con
la
llegada
del
buen
tiempo,
se
transforman
en
auténticos
paraísos
para
quienes
buscan
un
contacto
más
directo
con
la
naturaleza.
Especialmente
durante
la
primavera
y
el
verano,
cuando
el
deshielo
alimenta
arroyos
y
gargantas,
la
zona
se
llena
de
vida.
Pozas
de
aguas
cristalinas,
cascadas
que
rompen
entre
las
rocas
y
chorreras
que
bajan
con
fuerza
por
las
laderas
componen
un
paisaje
irresistible.
Es
un
terreno
ideal
para
escapar
del
calor
sin
renunciar
al
disfrute
activo.
Localidades
como
Madrigal
de
la
Vera,
Losar
de
la
Vera,
Cuacos
de
Yuste
o
Valverde
de
la
Vera
se
han
convertido
en
nombres
de
referencia
para
quienes
buscan
una
combinación
entre
naturaleza,
autenticidad
rural
y
refrescantes
baños
en
gargantas.
Y
entre
todas
ellas,
Jarandilla
de
la
Vera
brilla
con
luz
propia.
Jarandilla
de
la
Vera
se
encuentra
en
la
comarca
de
La
Vera,
al
noreste
de
la
provincia
de
Cáceres,
muy
cerca
del
límite
con
Ávila.
Este
municipio
cacereño,
que
no
llega
a
los
3.000
habitantes,
se
extiende
entre
bosques
de
robles
y
castaños,
custodiado
por
montañas
y
acompañado
por
el
murmullo
constante
del
agua.
para
viajar
seguro
este
verano
Qué
hacer
en
Jarandilla
de
la
Vera

El
antiguo
castillo,
hoy
Parador
de
Turismo.
©Turismo
de
Extremadura.
El
entorno
está
surcado
por
varias
gargantas,
siendo
la
de
Jaranda
una
de
las
más
populares
y
visitadas.
A
tan
solo
unos
minutos
del
centro
del
pueblo,
ofrece
un
conjunto
de
piscinas
naturales
ideales
para
darse
un
chapuzón,
especialmente
en
verano.
Pero
Jarandilla
no
es
solo
naturaleza.
Esta
localidad
ocupa
un
lugar
notable
en
la
historia
de
España
gracias
a
la
figura
de
Carlos
I.
En
1556,
el
emperador
eligió
este
rincón
como
su
último
refugio
temporal
antes
de
retirarse
al
cercano
Monasterio
de
Yuste.
Durante
varios
meses
vivió
en
el
castillo-palacio
de
los
Condes
de
Oropesa,
que
hoy
es
un
Parador
de
Turismo.
Este
edificio
fortificado,
de
origen
medieval
y
reformado
durante
el
Renacimiento,
es
uno
de
los
principales
reclamos
turísticos.
Pasear
por
su
patio
de
armas,
observar
las
torres
y
almenas
o
simplemente
tomarse
un
café
en
su
terraza
es
sumergirse
en
una
época
que
marcó
la
historia
de
Europa.

Plaza
de
la
Constitución.
©Turismo
de
Extremadura.
Además
del
Parador,
Jarandilla
ofrece
otros
puntos
de
interés
arquitectónico.
La
iglesia
de
San
Agustín,
de
estilo
gótico-renacentista,
y
la
ermita
de
Sopetrán,
construida
en
el
siglo
XV,
son
visitas
obligadas
para
quienes
disfrutan
del
patrimonio.
Sus
calles
conservan
el
trazado
tradicional
de
los
pueblos
de
la
zona,
con
casas
de
piedra,
balcones
de
madera
y
soportales
que
invitan
al
paseo
tranquilo.
El
entorno
de
Jarandilla
es
ideal
para
el
senderismo
y
el
turismo
activo.
Desde
la
localidad
parten
varias
rutas
señalizadas
que
permiten
conocer
tanto
el
patrimonio
natural
como
el
cultural.
Una
de
las
más
recomendadas
es
la
que
sube
hacia
el
mirador
de
la
Serrana,
que
ofrece
una
vista
panorámica
de
la
comarca.

Puente
Parral.
©Turismo
de
Extremadura.
Otra
opción
es
seguir
el
curso
de
la
garganta
de
Jaranda,
adentrándose
en
zonas
boscosas
y
cruzando
antiguos
puentes
de
piedra.
También
es
posible
practicar
ciclismo
de
montaña,
barranquismo
en
las
zonas
más
abruptas
de
las
gargantas
y
rutas
ecuestres
por
los
caminos
tradicionales.
Además,
la
ubicación
de
Jarandilla
la
convierte
en
una
base
excelente
para
descubrir
otras
localidades
cercanas.
En
pocos
minutos
se
puede
llegar
a
Cuacos
de
Yuste,
donde
se
encuentra
el
monasterio
que
acogió
los
últimos
días
del
emperador.
O
bien
a
Garganta
la
Olla,
con
su
arquitectura
popular
bien
conservada,
y
a
los
parajes
naturales
que
rodean
Aldeanueva
de
la
Vera
y
Villanueva
de
la
Vera.

Charco
de
la
Serradilla.
©Turismo
de
Jarandilla.
El
verano
es,
sin
duda,
el
momento
más
popular
para
visitar
Jarandilla,
gracias
a
sus
gargantas
y
a
la
posibilidad
de
disfrutar
de
baños
en
plena
naturaleza
como
el
Charco
de
la
Serradilla,
Los
Frailes
y
Puente
Parral.
Sin
embargo,
la
primavera
es
también
una
temporada
fantástica,
con
temperaturas
más
suaves,
vegetación
exuberante
y
menos
afluencia
de
turistas.
En
otoño,
los
colores
del
bosque
convierten
la
zona
en
un
espectáculo
visual,
ideal
para
hacer
rutas
a
pie.
Incluso
en
invierno,
el
encanto
del
Parador
y
el
ambiente
tranquilo
del
pueblo
ofrecen
una
escapada
distinta
y
relajada.
Imágenes
|
Turismo
de
Jarandilla
de
la
Vera
/
Turismo
de
Extremadura