En 1858 los ingleses construyeron el barco más grande del mundo hasta ese momento. Problema: casi ningún puerto podía recibirlo

0
74

Los
seres
humanos
llevamos
siglos
ideando
y
construyendo
embarcaciones.
Desde
pequeñas
piezas
de
madera
talladas,
como
la

canoa
de
Pesse

creada
durante
el
mesolítico,
hasta
auténticas

ciudades
flotantes

con
capacidad
pares
miles
de
personas,
como
el
enorme
crucero

Icon
of
the
Seas

de
Royal
Caribbean.
Sin
embargo,
no
fue
hasta
el
siglo
XV
que
el
transporte
marítimo
dio
un
salto
sustancial
con
la
aparición
de

la
Carabela
,
que
permitía
realizar
viajes
oceánicos,
incluso
podía
navegar
en
contra
del
viento.

Desde
ese
entonces,
las
naves
han
evolucionado
notablemente.
A
mediados
del
siglo
XIX,
un
ingeniero
inglés
llamado
Isambard
Kingdom
Brunel,
conocido
por
ser
una
figura
relevante
de
la
Revolución
Industrial,

pensó
en
construir

un
barco
de
vapor
tan
grande
que
pudiera
navegar
enormes
distancias
sin
la
necesidad
de
reabastecerse
de
carbón.
La
embarcación
no
solo
transportaría
una
gran
cantidad
de
pasajeros,
sino
que
también
sería
un
elemento
clave
para
el
dominio
del
transporte
de
mercancías
de
Inglaterra.

Brunel
necesitaba
socios
para
desarrollar
este
ambicioso
proyecto,
por
lo
que
compartió
su
idea
con
John
Scott
Russell,
un
reputado
arquitecto
naval
y
constructor
de
barcos
de
aquel
momento.
Antes
de
brindar
una
respuesta,
Russell
analizó
minuciosamente
la
iniciativa
de
Brunel
y
llegó
a
la
conclusión
de
que
se
trataba
de

un
proyecto
viable
.
Estudiar
cada
movimiento
era
muy
importante
porque
se
estaban
sentando
las
bases
de
lo
que
sería
el
barco
más
grande
jamás
construido,
y
que
también
sería
tremendamente
costoso.

Las
obras
comenzaron
con
la
colocación
de
la
placa
de
la
quilla
en
1854
en
el
astillero
Millwall
de
John
Scott
Russell
en
el
Támesis.
El
casco
estaba
completamente
forjado
en
hierro
y
tenía
un
diseño
de
doble
piel
”,
una
característica
innovadora
que
100
años
más
tarde
se
convirtió
en
un
estándar
de
la
industria.
A
nivel
de
propulsión,
el
barco
contaría
con
una
combinación
de
una
hélice
única
y
ruedas
de
aspas.
Esto
último
le
daba
la
nave
un
aspecto
muy
característico.
También
se
instalarían
velas
aparejadas
en
seis
mástiles.

Una
vez
que
gran
parte
de
los
trabajos
fueron
completados,

la
botadura
fue
programada
para
el
3
de
noviembre
de
1857
.
Pero
el
enorme
tamaño
del
barco,
llamado
originalmente
Leviathan,
desencadenó
una
variedad
de
problemas.
Se
organizó
un
evento
de
lanzamiento
con
una
multitud
de
personas
e
invitados
destacados.
El
día
del
lanzamiento,
no
obstante,
el
barco
se

quedó
atascado
,
dos
trabajadores
murieron
y
otros
resultaron
heridos.
Debido
a
esto,
la
botadura
se
reprogramó
para
meses
más
tarde.

Great Eastern4

Para
el
segundo
intento,
la
Eastern
Steam
Navigation
Company
junto
a
sus
patrocinadores
se
encargó
de
conseguir
varios
elementos
arietes
hidráulicos
y
molinetes
para
ayudar
a
la
tarea.
Después
de
un
intento
fallido
por
los
fuertes
vientos,
el
barco
finalmente
fue
botado
en
la
mañana
del
30
de
enero
de
1858,
aunque
las
cosas
eran
algo
diferentes
a
como
Brunel
las
había
imaginado.
El
navío
todavía
debía
ser
equipado,
pero
la
empresa
constructora
había
caído
en
severos
problemas
económicos.

Esta
situación
derivó
en
la
venta
del
enorme
barco.
Ya
en
manos
de
Great
Eastern
Ship
Company
dejó
de
llamarse
Leviathan
y
fue
bautizado
como
Great
Eastern.
Brunel
hizo
una
última
visita
de
inspección
el
5
de
septiembre
de
1859,
día
en
el
que

se
desplomó
a
bordo
del
barco

que
había
creado

tras
sufrir
un
derrame
cerebral
y
falleció
diez
días
más
tarde
.
El
barco,
en
cierto
modo
maldito,
sufrió
una
explosión
en
uno
de
los
compartimentos
de
las
calderas.
Aquel
evento
se
cobró
la
vida
de
varios
bomberos.

Great Eastern2

Los
problemas
para
el
barco
continuaron,
principalmente
derivados
de
su
enormidad.

Muy
pocos
puertos
o
mulles

en
el
mundo
podían
hacer
frente
a
tu
tamaño.

Entre
ellos
se
encontraba
el
puerto
de
Portland
,
que
era
el
más
grande
del
mundo,
y
el
de
Nueva
York.
Cuando
llegó
por
primera
vez
a
este
último,
sin
embargo,
acabó
ocasionando
daños
estructurales.
El
Great
Eastern
nunca
navegó
con
frecuencia
las
rutas
que
Brunel
había
imaginado
y
tuvo
una
corta
vida
como
transporte
transatlántico
de
pasajeros.

Curiosamente,
este
prometedor
barco
de
211
metros
de
largo,
que
había
sido
imaginado
como
una
pieza
que
podía
revolucionar
el
transporte
marítimo,
pero
fue
vendido
por
una
fracción
de
su
costo.
Cyrus
West
Field,
una
compañía
de
cables
submarinos,
lo
utilizó
para
tender
el
primer

cable
telegráfico
a
América
.
Tras
varios
intentos
por
volver
a
convertirlo
en
un
transatlántico
de
pasajeros,
se
transformó
en
un
barco
de
exhibición
para
conciertos
y
otras
actividades.
Finalmente,
en
1889
comenzó
el
proceso
de
desguace.

Imágenes
|

George
Washington
Wilson

|

Charles
Parsons

|

Museo
Marítimo
Nacional

En
Xataka
|

El
megayate
de
270
millones
de
euros
que
ha
hecho
de
una
ciudad
española
uno
de
sus
destinos
predilectos:
Málaga