Con la intención de abaratar costos y optimizar la comercialización de sus animales, pequeños y medianos productores porcinos del norte cordobés vienen trabajando asociativamente desde hace ya varios años.
Apadrinados por la Sociedad Rural de Jesús María, dichos productores integran uno de los Grupos Cambio Rural de la región, el cual cuenta con la coordinación del Ing. Diego Cordes (AER INTA Jesús María) y la asesoría del Méd. Vet. Enrique Dei.
“La producción porcina es la actividad primaria de la mayoría de los que integran este Grupo Cambio Rural. Son productores de capones, pero algunos también venden lechones que son destinados a otros productores que culminan con la etapa de recría y engorde. En cuanto a los capones -con un peso de 100 a 110 kg-, se venden a frigorífico y carnicerías de la zona”, arrancó diciendo Cordes.
Mientras que el productor más grande del Grupo posee 100 madres en producción, el resto dispone entre 40 y 60.
En general, no poseen problemas sanitarios graves, aunque todos reconocen que hay mucho que mejorar y establecer en relación al plan de vacunación y desparasitación recomendado en estos sistemas.
Si bien coinciden que existe una mayor demanda de carne porcina en la actualidad, la falta de registros es otra de las falencias del Grupo. “En un principio, detectamos que ninguno tenía un sistema de gestión ni el hábito de recabar información y usarla para tomar decisiones”, agregó el coordinador y técnico del INTA Jesús María.
Más allá de empezar a llevar registros productivos, para este año el Grupo «Cambio Rural de Colonia Caroya» se propuso el objetivo de unificar la genética apuntando a lograr un producto homogéneo que les permita mejorar la comercialización.
Esto último implicaría vender los capones conjuntamente, a fin de minimizar riesgos y mejorar precios y condiciones de pago.