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El periodista Rubén Curto, hoy con 53 años, despidió con sentidas palabras al Dr. Maximiliano «Pequi» D´olivo, el primer médico caroyense, que falleció esta semana.
En los estudios de la radio contó lo que pasó hace 31 años, cuando estuvo al borde de la muerte por 10 segundos, según le dijeron los profesionales que analizaron el caso tras salvarse.
Fue en su debut en Primera División vistiendo la camisera de Agraria, en Montecristo, cuando Rubén sufrió la fractura de su muñeca.
Pese a la advertencia de su madre de no jugar ese partido porque temía una lesión (con su hermano mellizo tenían las mismas lesiones casi simultáneamente y él se había fracturado el tobillo una semana antes), Rubén fue a la cancha y sucedió lo que la familia sospechaba.
Al día siguiente fue al traumatólogo, que le indicó que el martes lo operarían. Allí fue que vio a D´olivo, que andaba todo el día en el Sanatorio Caroya y le dijo que él iría a la sala de operaciones.
Pero la sencilla cirugía se complicó tanto, que Curto sufrió, mientras estaba anesteciado, un neumotórax. Colapsó su pulmón y el aire se empezó a expandir por el resto del cuerpo.
«De esa situación se sale solo con una punción en el momento específico y en el lugar específico. Ahí fue que D´olivo, que una vez vio cómo se hacía esa maniobra, la ejecutó por primera vez para salvarme la vida. Después me dijeron que si eso no se hacía dentro de los siguientes 10 segundos, yo no sobrevivía», contó.
«Yo era muy amigo de su hijo, que después falleció por un accidente doméstico. Pequi me salva la vida a mí y luego tuvo el episodio de su hijo. Las vueltas de la vida hacen que yo lo sienta como un segundo padre y podría ser yo un segundo hijo en función de lo que pasó después», concluyó.