El BMW iX, el SUV eléctrico que llegará en 2021 para convertirse en el nuevo buque insignia de la marca alemana, ya ha comenzado sus pruebas finales de invierno. Un duro examen que servirá para comprobar la resistencia de elementos como el sistema de propulsión y de las suspensiones en condiciones climáticas extremas.
Para ello, la firma de la hélice se ha llevado los prototipos del todocamino cero emisiones al norte de Escandinavia para testar, más allá del círculo polar ártico y a temperaturas bajo cero, los sistemas de control de suspensión y todo la tecnología BMW eDrive de quinta generación: motores eléctricos, sistema de tracción a las cuatro ruedas, así como la tecnología de carga, las baterías de alto voltaje y la gestión del calor.
Concretamente, las unidades preserie del BMW iX rodarán tanto en carreteras desiertas en la Laponia finlandesa como en el Cabo Norte de la isla noruega de Mageya. Durante el proceso, los ingenieros de pruebas evalúan sobre todo la interacción entre los sistemas de accionamiento y suspensión en superficies de carretera con un bajo coeficiente de fricción, explica BMW.
«Las pistas no seguras, las carreteras heladas y las superficies de hielo especialmente preparadas para la conducción de pruebas en el borde del círculo polar ártico ofrecen las condiciones ideales para coordinar con precisión la tecnología de control del motor, los sistemas eléctricos de control de tracción a las cuatro ruedas y de suspensión hasta los límites de la dinámica longitudinal y lateral del vehículo», asegura el fabricante.
A por los 600 km de autonomía
De hecho, estas pruebas son bastante habituales y ya hemos visto a otros modelos lidiar con retos similares, como la furgoneta eléctrica ‘made in Spain’ Mercedes-Benz EQV, que se enfrentó a temperaturas de 30 grados bajo cero.
Uno de los objetivos que permitirá este test es apuntalar el coche para lograr un consumo de energía combinado de menos de 21 kWh por cada 100 kilómetros en el ciclo de prueba WLTP, lo que permitirá al BMW iX alcanzar los 600 km de autonomía que promete el fabricante.
La batería permitirá además una carga rápida de corriente continua de hasta 200 kW, lo que supone que el BMW iX podrá recuperar hasta 120 km de autonomía tras estar conectado únicamente 10 minutos a un cargador ultrarrápido.
Todo ello, ofreciendo una potencia máxima superior a los 370 kW/500 CV y pudiendo pasar de 0 a 100 km/h en menos de cinco segundos, gracias a los dos motores eléctricos de los que dispone.
Pero para garantizar que todo eso se cumpla cuando llegue al mercado, BMW asegura que con su «desafiante programa de pruebas exige más a los prototipos BMW iX de lo que los futuros modelos de producción tienen que soportar durante todo su ciclo de vida».
El nuevo referente de BMW llegará en un año, y con estas pruebas la cuenta atrás ya ha comenzado.
En Motorpasión | Probamos el BMW X1 xDrive25e: un coche híbrido enchufable de 220 CV con 57 kilómetros de autonomía eléctrica