Hace diez años (y unos días) desde que Steve Jobs dimitió como CEO de Apple por su maltrecha salud y cedió el trono a Tim Cook, hasta entonces directivo de operaciones. Jobs murió menos de dos meses después, algo que terminó de catapultar un ambiente fúnebre que trascendió al deceso humano: la idea de que Apple había perdido su magia para siempre envolvió al entorno de la empresa como una nebulosa.
Los titulares como ‘Why Apple is Doomed‘ («Por qué Apple está condenada») se replicaron durante meses. Una década después, Apple tiene un valor bursátil de más de 2,5 billones de dólares y es la empresa más valiosa del mundo. Cook no lo ha hecho tan mal.
Algo después de lo de Cook fue Steve Ballmer quien abandonó el cargo de CEO de Microsoft, completando así el relevo generacional de las dos históricas tecnológicas. Con un polo amarillo, lágrimas en los ojos y su habitual entusiasmo extremo (esos míticos saltos de canguro) se dio un baño de masas para despedirse de la empresa al compás de su canción favorita: The Time of my Life. Atrás dejó casi tres lustros como CEO en los que la empresa creció por debajo de la inflación, perdiendo el tren del smartphone y acometiendo una operación ruinosa como lo fue la compra de Nokia un año antes.
Al ahora propietario de los Clippers le reemplazó Satya Nadella, que ha incrementado el valor en bolsa de Microsoft a un ritmo anual todavía mayor que el de Cook en Apple, además de establecer unos pilares que parecen mucho más sólidos que los de tiempo atrás: nube, inteligencia artificial, entornos corporativos, economía de la suscripción. Algo que le ha valido convertirse en… la segunda empresa más valiosa del mundo. Nadella tampoco lo ha hecho nada mal.
4 billones y subiendo
Apple y Microsoft suman, de forma combinada, un aumento de su capitalización bursátil por valor de algo más de 4 billones de dólares desde que Cook y Nadella tomaron las riendas. Para hacernos una idea, solo ese incremento es la suma del valor total de Amazon, Facebook, Tesla y VISA en conjunto. En toda su historia.
El incremento de valor que han logrado Nadella y Cook en Microsoft y Apple equivale al valor total de Amazon, Facebook, Tesla y VISA combinadas
La comparación no termina de ser justa: el auge de la industria tecnológica al completo ha sido muy superior en esta última década que en la anterior, ni hablemos de los ochenta o los noventa, donde se partía prácticamente de cero y la capilaridad de la tecnología era varias magnitudes inferior.
Dicho eso, algo sí podemos comparar. En la gráfica superior tenemos el tiempo que ha ocupado el cargo cada CEO de una selección de grandes empresas tecnológicas. A su lado, el incremento conseguido en la capitalización bursátil (el valor de cada empresa) y la media, en miles de millones de dólares, en que creció ese dato durante cada año como CEO. En algunos casos (como Facebook o Amazon) el cargo de CEO se ostentó desde mucho antes, pero la fecha marca el momento de la salida a bolsa de cada empresa, cuando empieza a haber una capitalización bursátil que marque el valor objetivo de cada una.
Cook y Nadella se llevan de largo el podio de los mayores incrementos, aunque Bezos y Pichai les siguen de cerca. Especialmente reseñable es el caso del CEO de Alphabet, que supera a Cook en el ranking si observamos quién consiguió un mayor promedio anual de incremento en la valoración. Nadella es quien lidera ese podio haciendo crecer a Microsoft a un ritmo superior a cualquier otro. Y acaba de sacar algo tan goloso para el sector empresarial como Windows en la nube. Emoji de cohete.
En el nadir, Ballmer. El carismático ex-CEO de Microsoft dejó su cargo habiendo logrado un incremento de «solo» 23.000 millones de dólares en la capitalización de Microsoft, a un ritmo de menos de 2.000 millones anuales. Cifras muy muy por debajo de sus homólogos en lo que muchos analistas llaman «la década perdida de Microsoft». Especialmente meritorio el trabajo de Satya Nadella, quien recibió una herencia mucho más envenenada que la recibida por Cook cuando Jobs le cedió la vara de mando.