‘El Pueblo’ cierra por todo lo alto su divertida primera temporada en Telecinco

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Hacía ya casi un año que la primera temporada de ‘El Pueblo’ llegaba a Amazon y parecía que Telecinco se la había olvidado en un cajón, pero el pasado 15 de enero la estrenaba consiguiendo un gran éxito de audiencia. Quedaba la duda de si ese nuevo público no iba a preferir seguirla en Amazon, pero no ha sido el caso y ayer se despidió del canal de Mediaset liderando el prime time con casi 2,2 millones de espectadores.

Tras la emisión de ‘Rock in Peñafría’, la serie se tomará un descanso en Telecinco, pero tranquilos si os quedasteis con ganas de más, porque la segunda temporada está disponible en Amazon desde el 14 de febrero. Sin embargo, ahora toca hablar de la primera, un soplo de aire fresco en la televisión en abierto en España con la que los creadores de ‘La que se avecina’ han demostrado que tienen historias divertidas por contar más allá de Mirador de Montepinar.

A partir de aquí encontraréis varios spoilers del final de la primera temporada de ‘El Pueblo’

Un concierto repleto de problemas

Concierto

Concierto

Juanjo y Chicho se la prometían muy felices con el concierto en Peñafría liderado por Echegui y su antigua banda, pero ha sido el origen de multitud de contratiempos para protagonistas de ‘El Pueblo’, lo que ha permitido a los guionistas construir un episodio alrededor de un único evento sin caer en repeticiones tontas. Se ha sabido ir saltando de unos personajes a otros de forma fluida y consiguiendo que todo progresara.

Llama la atención que por una vez Nacho tenga una pequeña alegría al pasar a formar parte de forma efímera del grupo de Echegui, pero por lo demás ha sido una cascada de problemas bien administrada, con el sabotaje por parte de Moncho y Ruth como base a partir de la cual se iba sucediendo todo lo demás.

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Todo esto sabiendo cómo integrar el humor más local de los oriundos de Peñafría, algo que la serie ha manejado muy bien en esta primera temporada, jugando un poco a la exageración pero sin caer nunca en el desprecio para reírse a su costa. Es verdad que ‘El Pueblo’ nunca ha querido ser incisiva en nada, pero ha manejado con acierto los ingredientes que ha utilizado para dar aire a todos los personajes en vez de ceder a la tentación de potenciar claramente aquellos que podrían parecer más divertidos.

Abriendo nuevas tramas

Arsacio

Arsacio

Uno esperaría que un final de temporada en una serie como ‘El Pueblo’ se iba a limitar a cerrar las tramas que había abierto con anterioridad, pero en este caso se ha optado por abrir nuevas vías que explorar en futuros episodios. Además, se ha hecho con cierto sentido, ya que es cierto que la revelación de que Elisa tiene cáncer puede parecer un poco sacado de la manga, pero encaja con el hecho de haberse ido a vivir a Peñafría cuando tiene medios de sobra para vivir donde le apetezca.

Además, no faltó la pequeña píldora de humor con el hecho de que Nacho no esperaba precisamente algo así, pero también por las dudas sobre si contárselo o no a Gus. No ha sido nada muy elaborado, pero ‘Rock in Peñafría’ ha jugado bien con el enredo mientras iba preparando otro con la llegada al pueblo de Isa. Eso dará mucho que hablar en la segunda temporada, pero no es el lugar para hablar de ello.

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Sin embargo, la más trabajada de todas ellas se remonta al propio inicio de los recién llegados con María pidiendo el divorcio a Arsacio. En capítulos intentos se había ido incidiendo en el distanciamiento entre ambos y aquí ha tocado cima. Es cierto que Arsacio ya odiaba a los no oriundos desde el principio, pero desde entonces no ha dejado de recibir motivos para tenerles manía, aunque justo es señalar que inicialmente pareció afectarle más la muerte de su cerdo trufero que esto, pero es que la serie nos tenía reservada una sorpresa en forma de cliffhanger.

En resumidas cuentas

‘El Pueblo’ se ha despedido de Telecinco por todo lo alto con un final de primera temporada que ha mantenido la frescura de la serie y al mismo tiempo ha ido plantando varias semillas sobre algunas de las líneas centrales de la segunda tanda de episodios. Puede que nunca sea brillante, pero sí que es consistente en su forma de entretener al espectador y ya simplemente depende de que conectes o no con el enfoque de la serie.