4.500 kilogramos de acero inoxidable es lo que han permitido construir el primer puente de acero impreso en 3D. No es el más largo del mundo, pero sí está diseñado y fabricado para resistir el paso de las personas por su estabilidad y resistencia.
Con 12 metros de largo, el puente ha sido inaugurado este mes por la reina de los Países Bajos y ya se puede visitar en el turístico Barrio Rojo de Ámsterdam. Un llamativo puente de acero que contrasta con el resto de pasarelas que permiten cruzar los múltiples canales de la capital holandesa.
El primer puente impreso en 3D pensado para la vida diaria
El proyecto iniciado en 2015 ha finalizado ahora con su colocación. El puente tardó 6 meses en imprimirse y ha sido construido por cuatro robots industriales.
La estructura fue transportada a su ubicación sobre el canal Oudezijds Achterburgwal y ya puede visitarse libremente, por donde además de peatones también pueden cruzar ciclistas.
La empresa MX3D ha sido la encargada de llevar a cabo el proceso de diseño y construcción. Según apunta Archpaper, el puente se mantendrá durante al menos dos años mientras se renueva la pasarela que anteriormente cruzaba el canal.
Este tiempo servirá a los responsables para estudiar su resistencia y monitorizar el estado tras meses de uso. Serán los ingenieros del Imperial College de Londres y del Instituto Alan Turing quienes se encargarán de monitorizarlo.
Los datos analizados serán trasladados a un gemelo digital que analizará en tiempo real su estado. Al ser impreso en 3D, se tiene una visión muy concreta de cómo está construido.
«Una de las cosas que encontramos es que las características de resistencia dependen de la orientación de la impresión. Pero lo que en cierto sentido fue sorprendente fue que la resistencia de la línea de base era la que cabría esperar del acero laminado y, de hecho, aumentó en algunas direcciones», explica Mark Girolami, de la Universidad de Cambridge que colabora con el proyecto.
«Nunca antes se había construido una estructura de metal impresa en 3D lo suficientemente grande y fuerte para manejar el tráfico de peatones», explica Leroy Gardner, profesor del Imperial College.
«Este puente puede atraer a un nuevo tipo de visitante, uno que esté más interesado en la arquitectura y el diseño, lo que ayudará a cambiar la forma en que se percibe el vecindario», explica Micha Mos, concejal de Ámsterdam. Un llamativo puente que sirve como estudio de la arquitectura y resistencia de este tipo de construcciones y además permite a la ciudad tener una nueva atracción.
Imagen | Thea van den Heuvel / MX3D