Hace menos de un mes que Toyota presentó su hoja de ruta en relación al hidrógeno. La compañía nipona sigue pensando que el hidrógeno es una alternativa atractiva al vehículo eléctrico y tiene confianza en ella pese a que, en Europa, sigue siendo cara y cuenta con una presencia mínima.
Ahora es Hyundai la que ha desvelado sus planes. Lo ha hecho en Las Vegas, durante el CES. La compañía surcoreana confía en el crecimiento del hidrógeno más allá de los vehículos de carretera. Hay que recordar que el Hyundai con el Nexo, junto a Toyota con el Mirai, son de los pocos fabricantes con coches de producción que utilizan pila de combustible.
Sin embargo, Hyundai cree que el hidrógeno es igual de interesante, o más, en otro tipo de aplicaciones de transporte. Durante su presentación, los surcoreanos aseguraron que su apuesta es integral, una ofensiva a todos los niveles que nace en la producción de este vector de energía, su distribución y el consumo del mismo en los vehículos.
Una estrategia integral
El problema, aseguran en Hyundai, es que fabricantes de vehículos movidos por hidrógeno y productores del mismo no han ido de la mano, lo que ha creado «un proceso lento y complicado en la transición energética».
De momento, Europa se ha propuesto apoyar el hidrógeno como combustible para el transporte. El plan pasa por dedicar 60.000 millones de euros antes de 2030 a la creación de estaciones de servicio que puedan surtir a vehículos ligeros y transporte pesado. De momento, en Alemania hay alrededor de un centenar de estaciones de este tipo y en Francia la mitad. Y son dos de los países que más han apostado por este tipo de servicios.
El gran problema del hidrógeno es su producción y traslado. En el primer reto, Hyundai ya está trabajando, aseguran desde la marca. Primero, con el desarrollo de electrolizadores de membrana polimérica (PEM), con los que se consigue una mayor pureza en la producción de hidrógeno verde, el deseable para conseguir una movilidad limpia.
Estos electrolizadores tienen el inconveniente de ser sensiblemente más caros que los alcalinos, utilizados hasta ahora pero confían en su progresivo abaratamiento. A esto se suma que en la estrategia se incluye la producción de hidrógeno a través de la transformación de residuos y plásticos.
La compañía, eso sí, no ha hecho referencia a las dificultades que presenta el transporte de hidrógeno. Como gas, el hidrógeno es altamente volátil e inflamable. Una de las opciones es pasarlo a estado líquido pero eso implica trasladarlo a temperaturas inferiores a -253ºC.
Pese a ello, Hyundai confía en el hidrógeno como herramienta para limpiar su flota de vehículos. En 2021 aseguraban que todos sus coches contarían con una alternativa con pila de combustible pero la compañía deja claro que creen que el hidrógeno tiene mucho futuro más allá del transporte ligero.
En Estados Unidos ya operan con 30 camiones que utilizan pila de combustible. De momento, con una sola carga consiguen cubrir 400 kilómetros de recorrido, gracias a un tanque de 31 kg de hidrógeno. Su llenado lleva entre 8 y 20 minutos.
Pero, además, en su presentación, Hyundai habló de aprovechar el hidrógeno en «tranvías, equipos especiales, embarcaciones, generadores de energía y movilidad aérea avanzada». Esto último es especialmente interesante pues Hyundai está especialmente interesada en el desarrollo de los eVTOL, que prometen movilidad aérea en las ciudades al alcance de cualquiera. De hecho, dicen que contarán con uno de estos aparatos en 2028.
Y no es el único fabricante interesado en utilizar el hidrógeno para sus aeronaves. Rolls-Royce ha confirmado que está dejando de lado el desarrollo de aviones eléctricos en favor de los motores de hidrógeno, pues considera que los primeros apenas podrán aumentar su rango de acciones a unos pocos kilómetros.
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Foto | Hyundai
