El penal que no le dieron a River sobre el final

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El centro cayó en la cabeza de Matías Suárez: el cordobés sutilmente entendió el contexto y bajó la pelota para Miguel Ángel Borja. Quedan minutos, nada más. Segundos. El Colibrí le gana la posición a Dylan Gissi, quien ingresa en el forcejeo: el brazo izquierdo del colombiano y el del defensor de Banfield se trenzan. Borja intenta cubrir la pelota; el zaguero pisa con la derecha entre las dos piernas del delantero. Y cae. Y con el envión, no sólo hace caer al hombre de River por tener enganchado el brazo: el muslo izquierdo también favorece al tackle. Para Olé era penal. Pero no fue nada.

Porque pese a los aspavientos de Santiago Simón, quien levantó los brazos reclamando, y a los bramidos de Bruno Zuculini, Nicolás Ramírez no observó foul. Se presume, apoyado por la revisión del VAR, quien al repetir la jugada -aunque en una mirada muy veloz de la acción- no creyó que existiera un error del juez al no convalidar el foul. Que en cualquier caso podría ser una jugada interpretable. Y por eso no hubo lo que en otros casos: un chequeo del árbitro directamente en la pantalla.

No obstante, en ese sentido a nivel reglamentario el criterio es claro: cuando existen dos infracciones simultáneas se debe cobrar la más grave. Y en este caso, Ramírez -a primera vista o apoyado en los asistentes por video, Héctor Paletta y Gastón Suárez- debió haber señalado penal. Algo que no ocurrió y, de ese modo, estiró a 26 la cantidad de partidos que River ya pasó sin que le cobren penales a favor.

La última vez que el equipo de Gallardo ejecutó una pena máxima fue el 8 de mayo de este año, en el triunfo 2-1 ante Platense: según la interpretación de Patricio Loustau, Ignacio Schorr -en su afán de barrer- barrió abajo a Elías Gómez, tocándolo con su rodilla izquierda flexionada y desplazando la pierna derecha de Gómez. No hubo, en aquella oportunidad, revisión en el monitor. Exactamente igual que anoche.

En aquel momento la furia fue de Platense. La de anoche, de River, que en esta Liga Profesional ya había sufrido un foul en contra no convalidado: ante Independiente, Barreto le dio un manotazo en la cara a Borja, aunque Fernando Rapallini consideró que fue un choque entre ambos jugadores. Algo que no se refrendó en las imágenes: debió ser penal y roja para el zaguero del CAI.

La falta de Gissi no hizo más que azuzar más la bronca de los hinchas de River con los arbitrajes. Que se sintieron perjudicados ante Vélez (gol a Suárez mal anulado por VAR), la roja a Aliendro ante Godoy Cruz (plancha inexistente que se cobró via VAR), y el polémico arbitraje de Andrés Merlos ante Barracas, por Copa Argentina. Y el penal ignorado a Borja atizó más la bronca…

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