El oxígeno durante el parto no aporta ningún beneficio para el bebé, según un exhaustivo estudio

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Los bebés que sufren falta de oxígeno durante el nacimiento corren el riesgo de sufrir daños cerebrales que pueden provocar retrasos en el desarrollo, parálisis cerebral e incluso la muerte. Para evitar esto, la mayoría de las mujeres en trabajo de parto se someten a una monitorización continua del ritmo cardíaco del bebé y reciben oxígeno suplementario si el ritmo cardíaco de su hijo es anormal, con la idea de que esta práctica común aumenta el suministro de oxígeno al bebé. Sin embargo, existen pruebas contradictorias acerca de si la práctica recomendada desde hace tiempo mejora la salud del bebé.

Ahora, un análisis exhaustivo, dirigido por la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis (Estados Unidos) no ha encontrado ningún beneficio para los bebés en el suministro de oxígeno suplementario a las madres durante el parto.

Una práctica preventiva en los partos que no está justificada

Cada año, dos de cada tres mujeres embarazadas en Estados Unidos reciben oxígeno suplementario en algún momento del parto, según los investigadores de la Universidad de Washington.

Esta práctica, habitual desde hace veinte años, es recomendada por el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos para tratar los ritmos cardíacos fetales anormales, lo que puede indicar que los niveles de oxígeno del bebé son bajos y plantean riesgos para la salud.

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La Dra. Nandini Raghuraman, profesora asistente de obstetricia y ginecología en la División de Medicina Materno Fetal y autora principal del estudio añade que «es una práctica tan común porque se piensa que al darle oxígeno a la madre, estamos aumentando el suministro de oxígeno al bebé».

«Sin embargo, los resultados de este estudio sugieren que el oxígeno no es útil en estos casos y que la práctica podría ser innecesaria para muchas mujeres».

Los bebés nacidos de mujeres que recibieron oxígeno suplementario no mejoraron ni empeoraron en comparación con los nacidos de mujeres que tuvieron partos similares pero sin esa ayuda.

Son las conclusiones del estudio exhaustivo de la Universidad de Washington que analizó 16 ensayos anteriores de partos con oxígeno, publicados el pasado 4 de enero en JAMA Pediatrics.

La doctora señala que el oxígeno suplementario se administra sobre todo como medida preventiva, una práctica que comenzó durante los años sesenta:

«La monitorización fetal puede indicar un posible problema anormal como la falta de oxígeno. Pero alrededor del 80% de las veces, las mujeres que dan a luz entran en un estado intermedio, en el que la situación no es totalmente buena pero tampoco de alto riesgo. Y en casos como estos, la suplementación de oxígeno no ofrece beneficios adicionales».

Los resultados hay que tomarlos muy en cuenta ya que para el análisis los investigadores examinaron 16 estudios publicados desde 1982 hasta 2020 de ensayos controlados aleatorios en humanos, que involucró a más de 2.052 mujeres en el parto.

Evaluaron los niveles de pH de la sangre de los bebés a partir de muestras tomadas poco después del nacimiento, para medir la acidez y la alcalinidad del cuerpo en la sangre y otros fluidos. También compararon las tasas de ingreso en cuidados intensivos neonatales y las puntuaciones del test de Apgar, una prueba neonatal para evaluar la salud de los recién nacidos al minuto y a los cinco minutos después del nacimiento, que mide el ritmo cardíaco, la respiración y otros signos del bebé para determinar si éste necesita atención médica adicional.

«Al comparar la salud de los bebés cuyas madres recibieron oxígeno durante el parto con los hijos de quienes no lo tuviron, encontramos cero diferencias».

Renunciar a los suplementos de oxígeno ayudaría a evitar una intervención innecesaria y probablemente reduciría los costos de atención médica, señala la doctora, quien añade que el hospital donde trabaja ya han comenzado a reducir el uso del oxígeno tras esta investigación.

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Ahora, queda por estudiar los beneficios del oxígeno en los partos con cesárea, ya que hasta ahora investigaciones previas han indicado que pueden ayudar, pero la doctora Nandini Raghuraman opina que es necesario disponer de más datos, además de los efectos de la sobreoxigenación:

«También queremos analizar si la exposición de la madre y el bebé a oxígeno prolongado durante el parto puede ser perjudicial. Fuera del trabajo de parto y el parto, muchas investigaciones muestran que la sobreoxigenación se asocia con el estrés oxidativo que puede causar el tipo de daño celular que se ha implicado en afecciones como la parálisis cerebral y la enfermedad de Alzheimer».

Y es que, como ella misma señala, sus hallazgos «contradicen el mito general de que aumentar la ingesta de oxígeno es saludable y útil para el bienestar general de una persona».

Vía | Universidad de Washington

Foto | Thinkstock

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