Hulk es, para mí, uno de los personajes principales de Marvel más difíciles de tratar bien. No el único (ahí anda Castigador, por ejemplo), pero sí que no todos los guionistas han logrado acertar con los ingredientes que componen la complejidad de la relación entre Bruce Banner y «La Masa» y su relación con el resto del Universo Marvel. Por eso, cada vez que se anuncia una nueva serie o etapa del personaje, rezo para que pueda salir bien y me hagan amar, una vez más, al monstruo esmeralda.
Y en esta ocasión ‘El inmortal Hulk’ (‘Immortal Hulk’), la nueva serie principal del personaje escrita y dibujada por Al Ewing y Joe Bennet, lo ha conseguido. Algo que tiene más mérito si pensamos que la resurrección de un héroe no es, ni mucho menos, un concepto novedoso en el folclore superheroico. Pero la clave de porqué funciona está en el tono de la historia que se cuenta.
Como tantos y tantos cómics protagonizados por Hulk, el número 1 de ‘El inmortal Hulk’ (que se empezó a publicar en España el pasado noviembre de 2018) comienza con un Bruce Banner trotamundos y vagabundo. Yendo de lugar a lugar de la «América profunda», tranquilo, apacible… o por lo menos en apariencia. Como tantos y tantos cómics, hay un atraco, Banner está presente, le disparan, muere.
En vez de convertirse en Hulk inmediatamente, es llevado a la morgue… y será la caída de la noche la que libere al monstruo. Implacable, vengativo, con los recuerdos en la cabeza, con el misterio de su resurrección vespertina rondando, da con el atracador, adiós atracador, adiós criminales. Se convierte en una leyenda casi de creepypasta. Hay un «monstruo del saco» en la ciudad.
El Hulk que no puede morir
En lugar de ofrecernos un primer contacto lleno de explicaciones sobre qué había pasado desde que Ojo de Halcón matase a Hulk allá por la deplorable ‘Civil War II‘ de Brian M. Bendis o por qué regresa en la mediocre ‘Vengadores: Sin rendición‘, Al Ewing decide ir «sin lastres», apostar por una historia de horror y jugar con la idea de que Hulk, como tal, es un ente que no puede morir.
Como dice la premisa, «Es un hombre, un monstruo, o ¿es ambos?». Al Ewing juega con la moralidad y la personalidad de Bruce Banner/Hulk en un nuevo terreno de juego: un monstruo que no puede morir, un hombre que cree que puede usar lo más oscuro de su ser para hacer bien al mundo… por sus propios medios. Si de por sí el coloso esmeralda es un ser terrible, su nueva personalidad como «Hulk diablo» lo convierte en alguien que no quieres cruzarte en tu camino.
Y lo visto hasta ahora (en España acaba de salir el noveno número, pero en EEUU hay tres tomos recopilatorios) es una buena muestra de ello. Pero en estos primeros números podemos ver, por ejemplo, entierros a personas vivas, luchas contra amigos poseídos por el espíritu del padre de Banner, desmembramientos, descuartizamientos, y planes oscuros y diabólicos… vamos todo lo que podemos esperar de un cómic de terror.
Un guionista emergente en Marvel haciendo el mejor Hulk
Con Al Ewing reconozco que he tenido mis más y mis menos. No es que me parezca un guionista malo pero sí que en Marvel ha sido el típico guionista del que tirar para sacar adelante las series que se quedaban sin equipo creativo. Quizá el problema era más el estar sujeto a los editores de una gran editorial, con la injerencia que eso supone a la hora de tratar los grandes grupos.
Como todo buen guionista británico podemos rastrear la obra de Al Ewing hasta la mítica 2000AD, donde escribiría regularmente en ‘Juez Dredd’ antes de saltar al mercado estadounidense con colaboraciones con Garth Ennis y su ‘Jennifer’s Body’. Ya en Marvel ha escrito con mayor o menor tino en ‘Vengadores’, ‘Nuevos Vengadores’ o la gran ‘Loki: Agente de Asgard’.
Sin embargo, donde destacó britantemente es en ‘Ultimates’, no confundir con la creación de Mark Millar, donde Ewing contaba la historia de un supergrupo (Pantera Negra, Espectro, Blue Marvel, Ms. America y Capitana Marvel) haciendo frente a lo imposible. Un cómic con vocación de ciencia ficción dura y que ejecutó grandes ideas en el entorno más cósmico del universo Marvel.
‘El inmortal Hulk’ es fruto de una madurez como escritor de Al Ewing. Un guionista que tiene oportunidad de jugar con su personaje favorito pero que tiene el conocimiento y la experiencia necesaria para poder hacer algo importante y ambicioso con un gran toque clásico. Según declaró a CBR:
«Es lo más cercano que he hecho a alguna de mi obra de terror que hice en solitario en Reino Unido, donde empecé a escribir. Dicho esto, no creo que hubiera podido escribi esto a mis veinte. Tengo un dominio sobre mi arte ahora que no tenía entonces y la seguridad de llevar ese trabajo en una dirección más interesante. Lo que espero aquí es que pueda ser uno de esos grandes avances periódicos sobre lo que se puede hacer con el personaje. Al igual que la era de Peter David abrió la psicología de Banner y Hulk mucho más y provocó una explosión de posibilidades de historias, me gustaría llevar a Hulk por un nuevo camino propio y ver a dónde lleva».
Hasta ahora, lo está consiguiendo. Y para esto está contando con un magnífico Joe Bennet, quien pone énfasis en la expresividad de los personajes aprovechando, así, que estamos en un cómic de terror. Su toque oscurantista proporciona, además, el ambiente idóneo para que nos sumerjamos en la historia y disfrutemos.
Adiós Mr. Hyde, hola Hulk
En ‘El inmortal Hulk’ Al Ewing nos lleva por paisajes conocidos del terror con sabor clásico. Tenemos momentos que nos llevan directos a ‘La Cosa‘ de John Carpenter y a ‘La Cosa de Pantano’ de Alan Moore. Pero también hay ecos de Lovecraft, la gran Hammer y de todas esas películas de terror de la era dorada de Hollywood.
Y la mezcla, lejos de empachar, resulta espectacular y equilibrada. Ewing tiene claro que aquí hemos venido a leer a Hulk, no algo genérico que coincide que el monstruo verde es el protagonista y nos va llevando por una nueva exploración de los grises de una personalidad dual. No es solo ese perenne halo «Dr. Jekyll y Mr. Hyde» sino que es una bajada al infierno en el que desemboca una moralidad alterada y extrema.
Nominada al Eisner 2019 a mejor serie regular, ‘El inmortal Hulk’ ya destacó en las listas estadounidenses de lo mejor de 2018 y ha llegado a superar a ‘Batman’ en las ventas norteamericanas, colocándose entre los diez cómics más vendidos cada mes. En una era en el que las magníficas series que publicaba Marvel en los últimos años se han esfumado, el cómic de Ewing y Bennet destaca y brilla con una voz propia y un reconocimiento más que merecido.