El
Ministerio
de
Cultura
español,
encabezado
por
Ernest
Urtasun,
ha
decidido
retirar
el
decreto
sobre
licencias
para
la
IA
generativa
debido
a
la
falta
de
consenso
en
el
sector
cultural
con
respecto
al
mismo.
La
medida,
que
buscaba
regular
el
uso
de
obras
artísticas
y
literarias
en
el
desarrollo
de
modelos
de
inteligencia
artificial,
había
generado
fuertes
reacciones
entre
creadores
y
organizaciones
del
ámbito
cultural.
Urtasun
reconoce
que
el
marco
regulatorio
aún
está «en
construcción»
y
que
la
velocidad
a
la
que
avanza
esta
tecnología
exige
un
debate
profundo
y
equilibrado:
«El
sector
de
la
cultura
y
los
creadores
particularmente
saben
que
tienen
en
el
ministerio
un
apoyo
para
defender
sus
derechos,
y
es
lo
que
vamos
a
hacer
correcto».
Con
la
retirada
de
este
decreto,
el
Ministerio
de
Cultura
se
ve
forzado
a
abrir
un
nuevo
capítulo
en
la
discusión
sobre
cómo
proteger
los
derechos
de
los
creadores
en
la
actual
era
de
la
IA.
solicitar
el
CERTIFICADO
DIGITAL
de
PERSONA
FÍSICA
de
la
FNMT
Un
decreto
sin
consenso
La
decisión
de
frenar
la
tramitación
del
decreto
se
hizo
pública
ayer
en
un
comunicado
del
Ministerio
de
Cultura,
después
de
que
el
titular
de
la
cartera
admitiera
que
la
propuesta
no
estaba
lo
suficientemente «madura»
para
ser
aprobada.
En
declaraciones
a
la
prensa
durante
el
Festival
Internacional
del
Cómic
de
Angulema
(Francia),
Urtasun
explicó
que
la
suspensión
del
decreto
permitiría
abrir
un
proceso
de
diálogo
con
los
distintos
actores
del
sector:
«Efectivamente,
creemos
que
no
está
maduro
y
que
no
tiene
el
consenso
suficiente
para
poder
sacarlo
adelante.
Por
lo
tanto,
lo
que
hemos
dicho
es
de
momento
retirarlo
para
abrir
un
proceso
de
diálogo
con
el
sector».
Rechazo
del
sector
cultural
Desde
que
se
sometió
a
consulta
pública
(un
proceso
que
finalizó
el
pasado
10
de
diciembre
de
2024),
el
decreto
se
había
enfrentado
a
la
oposición
de
diversas
organizaciones
culturales.
Entidades
como
la
Alianza
Audiovisual
(AA),
la
Asociación
de
Directores
de
Escena
de
España
(ADE),
la
Federación
de
Asociaciones
de
Ilustradores/as
de
España
(FADIP),
la
Federación
Estatal
de
Asociaciones
de
Compañías
y
Empresas
Profesionales
de
Danza
(FECED)
y
la
Unión
de
Correctores
(UNICO)
expresaron
su
preocupación
y
rechazo
ante
la
iniciativa.
A
pesar
del
rechazo
de
tan
significativa
porción
de
la
industria
cultural,
el
decreto
sí
contaba
con
el
respaldo
de
la
Sociedad
General
de
Autores
y
Editores
(SGAE).
No
obstante,
el
apoyo
de
esta
entidad
no
fue
suficiente
para
contrarrestar
las
críticas
y
la
presión
ejercida
por
otros
colectivos.
Al
rechazo
del
sector
cultural
se
sumaba
otro
factor:
varios
medios
nacionales
se
hicieron
eco,
hace
un
mes,
de
rumores
de
que
el
decreto
tenía
opositores
dentro
del
propio
gobierno,
concretamente
en
el
Ministerio
de
Transformación
Digital
y
de
la
Función
Pública.
Y,
por
supuesto,
también
se
mostraba
contrario
al
decreto
el
sector
tecnológico,
que
lo
veía
como
una
repetición
de
la
situación
vivida
tras
la
imposición
del ‘Canon
AEDE’
en
la
época
de
Zapatero.
¿Qué
planteaba
la
propuesta?
La
norma,
que
sólo
habría
afectado
al
desarrollo
de
IA
que
requiera
el
uso
masivo
de
obras
protegidas
por
un
periodo
máximo
de
tres
años,
estaba
alineada
con
la
Directiva
europea
del
17
de
abril
de
2019
y
permitía
a
las
entidades
de
gestión
de
derechos
otorgar
licencias
colectivas
ampliadas
para
el
uso
masivo
de
obras
culturales
en
el
entrenamiento
de
modelos
de
inteligencia
artificial…
…
una
autorización
que
podrían
realizar,
incluso,
en
nombre
de
titulares
no
afiliados
(es
decir,
la
SGAE
podría
permitir
a
una
plataforma
como
Suno
AI
que
utilizara
las
canciones
de
un
músico
que
no
formase
parte
la
SGAE).
Para
evitar
rechazos,
el
proyecto
incluía
un
mecanismo
de
exclusión
voluntaria
(opt-out),
garantizando
a
los
creadores
la
opción
de
retirar
sus
obras.
Las
entidades
de
gestión
pedían
más
Pese
al
poder
que
concedía
a
las
citadas
entidades,
éstas
plantearon
un
punto
de
conflicto
al
reclamar
que
también
se
incluyera
en
el
decreto
la
retirada
de
los
modelos
ilegales
de
IA
ya
existentes
en
el
mercado
(recordemos
que
han
sido
numerosas
las
denuncias
de
que
incluso
ChatGPT
ha
sido
entrenado
con
millones
de
obras
con
copyright),
así
como
el
reconocimiento
de
compensaciones
económicas
por
el
uso
indebido
de
obras
creativas.
La
industria
cultural
española
temía
que,
por
el
modo
en
que
estaba
planteada
la
concesión
de
las
citadas
licencias,
pudieran
ser
usadas
por
las
tecnológicas
propietarias
de
IAs
para
solventar ‘retroactivamente’
la
violación
de
copyright
sorteando
el
pago
de
las
compensaciones.
Imagen
|
Marcos
Merino
mediante
IA
En
Genbeta
|
Denuncias
a
la
SGAE
por
abusar
de
su
posición
dominante
en
el
sector
audiovisual
para
reforzar
su
monopolio