La moda de adaptar series de televisión a la gran pantalla viene de lejos. Es cierto que a ido a más durante los últimos tiempos, pero ya en los 80 y los 90 hubo varios títulos emblemáticos con esa inspiración. Además, en el caso de ‘El fugitivo’ la verdad es que la premisa suena más estimulante para una película que para una serie, principalmente por el hecho de poder comprimir más la historia, elevando así sus niveles de intensidad.
Estrenada en 1993 con Harrison Ford como principal reclamo, ‘El fugitivo’ consiguió enamorar tanto a público como a crítica, llegando a estar nominada hasta a siete Óscar, logrando finalmente hacerse con la estatuilla dorada a mejor actor secundario por la inolvidable interpretación de Tommy Lee Jones. Si aún no habéis visto este estupendo thriller de acción, es tarde podéis solucionarlo, ya que laSexta lo recupera a partir de las 15:40.
Un entretenimiento de primera
Tengo muy claro que uno de los grandes aciertos de ‘El fugitivo’ es el trabajo de puesta en escena de Andrew Davis. Recién salido del merecido éxito de ‘Alerta máxima’, Davis opta por un enfoque sobrio, sin dejarse seducir en ningún momento por las posibles necesidades de potenciar el lado más espectacular de la acción.
En su lugar, Davis opta por dar un toque más realista a la película, potenciando así el hecho de estar contando la terrible odisea que vive un hombre inocente para demostrar que fue un hombre manco y no él quien acabó con la vida de su esposa. De esta forma, la película se adapta muy bien tanto a esos escenarios en los que la naturaleza tiene más presencia como cuando toca sumergirse en el territorio del thriller urbano.
Eso ayuda muchísimo a que Ford se sumerja de lleno en un personaje en el que toca dejar hasta cierto punto de lado ese carisma habitual en el que basaba muchas de sus interpretaciones para convertirse en una persona mundana. Su Richard Kimble no deja de intentar ser una prolongación de la idea de qué haría cualquiera de nosotros en una situación así. Todo un acierto que ayuda a implicar más al espectador en todo lo que va sucediendo.
La guinda del pastel la pone el Samuel Gerard de Jones, ya que propone una rivalidad diferente a lo habitual en el cine de acción. Aquí no se trata del eterno enfrentamiento entre héroe y villano, ya que la búsqueda de la verdad del protagonista está marcada principalmente por la necesidad de la película de transmitir una sensación de huida constante.
Es ahí donde el personaje de Jones llega para ser mucho más que un necesario complemento. Desde su primera aparición señalando todo lo necesario a hacer para atrapar a Kimble, la película deja claro que su peso va a ser casi tan grande como el del protagonista. Y si uno está buscando probar la verdad, el otro simplemente que se cumpla la ley.
Obviamente, hay más ingredientes esenciales para que todo encaje en su sitio, pero no me quiero olvidar de lo mucho que ayuda tener un guion solvente y preciso como el escrito por Jeb Stuart y David Twohy. Estoy convencido de que hubiese funcionado igual de bien con un tratamiento de las imágenes totalmente diferente al de Davis, y eso tiene mucho mérito.
Sí es cierto que quizá la película se excede un pelín incidiendo en el lado bondadoso de Kimble en el hospital, pero también que no deja de ser una prolongación lógica de cómo se nos había presentado al personaje hasta entonces. Más allá de eso, ‘El fugitivo’ funciona de maravilla y podría verla una y mil veces sin cansarme de ella.
‘El fugitivo’ arrasó en taquilla con una recaudación mundial de casi 370 millones de dólares cuando había costado «solamente» 44 millones. Lógico que en Warner no pudieran resistir la tentación de dar luz verde a una especie de secuela, aunque en realidad ‘U.S. Marshals’ esté más cerca de ser un spin-off. Por desgracia, es un entretenimiento mucho menos satisfactorio, algo que también se dejó notar en taquilla, amasando 102 millones frente a un presupuesto de 45.