El FBI no encontró ningún documento confidencial indebido en el registro que hizo este miécoles de la casa de playa del presidente, Joe Biden, en Delaware, en el este de Estados Unidos, dijo un abogado del mandatario demócrata.
Bob Bauer, abogado personal de Biden, hizo este anuncio aproximadamente tres horas después de informar que agentes del Departamento de Justicia registraron la casa de Biden en el balneario Rehoboth.
«No se encontró ningún documento con mención de clasificado», afirmó Bob Bauer en un comunicado, citado por la agencia de noticias AFP.
Bauer precisó que los investigadores se llevaron «para revisar más a fondo algunos documentos y notas manuscritas que parecen datar de su época como vicepresidente» de Barack Obama (2009-2017).
Al inicio de la jornada, el abogado de Biden había dicho en un comunicado que el registro se hacía sin «aviso público previo» y «con pleno apoyo y cooperación del presidente».
«La búsqueda de hoy es un paso más en un proceso exhaustivo y oportuno del Departamento de Justicia que continuaremos apoyando y facilitando por completo», señaló.
Una ley de 1978 obliga a los presidentes y vicepresidentes estadounidenses a enviar todos sus correos electrónicos, cartas y otros documentos de trabajo a los Archivos Nacionales.
Biden suele pasar los fines de semana en su casa familiar en la ciudad de Wilmington, en Delaware, o, con menos frecuencia, en Rehoboth.
Desde noviembre, una serie de documentos confidenciales, cuyo número exacto y contenido se desconoce, fueron hallados tanto en una oficina que ocupó Biden entre 2017 y 2020 en un centro de estudios en Washington, como en su casa en Wilmington.
Estos documentos se remontan a la época en que Biden era vicepresidente de Obama y a sus tres décadas anteriores en el Senado, durante las cuales se ocupó extensamente de la política exterior.
El 9 de enero, Biden admitió a través de sus abogados que se habían descubierto documentos confidenciales en noviembre en un centro de estudios en Washington donde él tenía una oficina.
Para el 12 de enero, el líder demócrata tuvo que aceptar que se habían encontrado otros archivos confidenciales en su casa de Wilmington, en Delaware.
El caso es especialmente sensible para Biden, que evalúa postularse a la reelección en 2024.
La Casa Blanca busca distinguirse lo más posible del expresidente Donald Trump, quien ya se embarcó en una nueva carrera por la Casa Blanca y está siendo investigado por haber llevado varias cajas de documentos oficiales a su residencia en Florida y por su supuesta obstrucción de los esfuerzos del gobierno para recuperarlos.
Si bien los dos casos no son del todo comparables, el tema es peligroso para Biden, quien se presenta como un presidente riguroso y respetuoso de las reglas después de los años llenos de escándalos de la Presidencia del republicano Trump.
El escándalo puso en cuestión la gestión realizada por Biden y dio alas a los republicanos, que utilizaron el caso para denunciar la doble vara, tras las acusaciones vertidas el año pasado contra Trump por conservar también documentos.
Tanto en el caso de Trump como en el de Biden, el Departamento de Justicia, ansioso por evitar cualquier acusación de parcialidad, encomendó la investigación de los documentos confidenciales a dos fiscales especiales.
El goteo de revelaciones ha sido un lastre para Biden, quien, según los informes, se prepara para anunciar que buscará la reelección 2024.
Según la Casa Blanca, el problema de Biden se debe a errores accidentales al almacenar documentos de hace una década.
El Departamento de Justicia designó a un fiscal especial para investigar estos hallazgos, embarazosos para el presidente demócrata porque evocan, pese a muchas diferencias, un caso de archivos oficiales llevados a Florida por su antecesor, el republicano Donald Trump, al dejar la Casa Blanca en 2021.
La ley de Estados Unidos requiere que los presidentes y vicepresidentes transfieran todos sus documentos oficiales, comunicaciones y otros memorandos a los Archivos Nacionales.
El exvicepresidente de Trump, Mike Pence, también reveló a finales de enero que en su residencia del estado de Indiana se había descubierto una «pequeña cantidad de documentos con la mención ‘confidencial'».