Conocer
los
detalles
biomecánicos
de
los
músculos
nos
puede
permitir
saber
en
qué
movimientos
trabajan
más
y
mejor.
Uno
de
estos
detalles
es
el
brazo
de
momento
interno
que
cada
músculo
tiene
respecto
al
rango
articular
de
la
articulación
que
movilizan.
Cuando
se
trata
de
entrenar
los
bíceps,
o
más
concretamente
el
bíceps
braquial,
debemos
entender
que
no
es
el
único
flexor
de
codo
del
brazo,
de
hecho
otro
músculo
como
es
el
braquiorradial
también
juega
un
papel
en
este
movimiento.
En
este
artículo
vamos
a
explicarte
una
categoría
de
ejercicios
que
realmente
enfatizarán
el
trabajo
sobre
tus
bíceps
y
no
sobre
tus
braquiorradiales,
aunque
entrenar
estos
últimos
no
es
que
sea
malo.
Entendiendo
el
brazo
de
momento
interno
de
tu
bíceps
braquial
Como
decíamos,
el
bíceps
braquial
no
es
el
único
flexor
de
codo
del
brazo
ya
que
hay
dos
más
el
braquial
y
el
braquiorradial.
El
braquial
podemos
obviarlo
dado
que
trabaja
de
forma
bastante
uniforme
en
todo
el
rango
de
movimiento
pero
el
braquiorradial
no.
Los
músculos
de
esta
o
de
cualquier
otra
articulación
tienen
diferentes
longitudes
de
brazos
de
momento,
es
decir,
lo
que
conocemos
como
brazos
de
momento
interno
de
cada
músculo.
Dependiendo
de
la
longitud
de
estos
brazos
de
momento
un
músculo
tendrá
un
mejor
apalancamiento
en
unas
posiciones
u
otras.
Por
poner
un
ejemplo,
cuando
hacemos
un
cruce
de
poleas
para
pectoral,
la
longitud
de
su
brazo
de
momento
es
mayor
al
principio
del
movimiento,
es
decir,
cuando
tenemos
los
brazos
abiertos.
Esto
significa
que
es
ahí
donde
el
pectoral
más
fuerza
es
capaz
de
hacer
en
comparación
con
el
deltoides
anterior,
que
también
participa
en
esa
acción
llamada
aducción
horizontal
de
hombro.
Por
supuesto
esto
implica
que
en
ese
ejercicio
el
pectoral
va
a
crecer
más
que
el
deltoides
puesto
que,
además,
la
parte
donde
tiene
lugar
la
mayor
exigencia
del
ejercicio
es,
precisamente,
donde
tenemos
los
brazos
abiertos.
Si
extrapolamos
esto
a
lo
que
sucede
en
el
codo
y
en
el
bíceps
sabemos
que
el
bíceps
braquial
tiene
un
brazo
de
momento
interno
más
largo
cuando
el
codo
está
casi
extendido
al
máximo,
es
decir,
que
donde
mejor
apalancamiento
tiene
es
en
los
primeros
grados
de
flexión
del
codo.
Por
otra
parte,
el
braquiorradial
tiene
un
mejor
apalancamiento
cuando
el
codo
está
cercano
a
los
90º
de
flexión
y
más
allá.
Entender
esto
es
clave
porque
dependiendo
del
ejercicio
que
seleccionemos
para
entrenar
y
dependiendo
de
dónde
se
den
las
mayores
exigencias
estaremos
estimulando
más
un
músculo
u
otro.
Si
hacemos
un
curl
de
bíceps
con
barra
de
toda
la
vida
nos
daremos
cuenta
que
donde
más
nos
cuesta
es
en
torno
a
la
mitad
del
movimiento,
es
decir,
cuando
el
codo
alcanza
los
90º
de
flexión.
Esto
es
ideal
para
el
braquiorradial,
pero
no
para
el
bíceps.
Si
queremos
enfatizar
el
bíceps
deberemos
hacer,
por
ejemplo,
un
curl
en
banco
predicador
ya
que
las
mayores
demandas
tendrán
lugar
al
principio
del
movimiento.
Por
poner
otro
ejemplo
más
rebuscado.
Si
hacemos
un
curl
en
polea
de
la
manera
tradicional,
es
decir,
mirando
hacia
la
columna
de
poleas
estaremos
enfatizando
más
el
braquiorradial,
exactamente
igual
que
en
el
caso
anterior.
No
obstante,
si
simplemente
nos
damos
la
vuelta
y
dejamos
que
el
cable
pase
por
entre
nuestras
piernas
estaremos
modificando
el
perfil
de
fuerza-resistencia
del
ejercicio
y
haciendo
que
las
mayores
demandas
tengan
lugar
al
inicio
del
movimiento,
lo
que
realmente
deseamos
si
queremos
trabajar
el
bíceps
braquial.
Qué
decir
tiene
que
entrenar
el
braquiorradial
no
es
ni
malo
ni
absurdo
pero
entender
que
no
todos
los
ejercicios
son
iguales
nos
ayudará
a
tomar
mejores
decisiones
a
la
hora
de
elegir
ejercicios
para
entrenar
de
forma
completa
nuestros
brazos.
En
Vitónica
|
Las
tres
claves
que
todo
el
mundo
debería
saber
para
ganar
masa
muscular
en
2024
En
Vitónica
|
No
es
solo
el
descanso:
estos
tres
gestos
van
a
disminuir
tu
fatiga
central
y
te
ayudarán
a
ganar
más
músculo
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