Durante las fases más complicadas de la crisis sanitaria, una de las medidas estrella para salvaguardar la continuidad de la actividad de muchos negocios fue la puesta en marcha del cese extraordinario de actividad. Sin embargo, en plena cuarta ola, todo apunta a que esta prestación no garantizará la supervivencia de muchos autónomos.
De hecho, según el undécimo barómetro de la Federación de Trabajadores Autónomos (ATA), cerca de 193.000 autónomos, el 41 por ciento de todos los que están recibiendo el cese de actividad, no continuarán con su negocio en el momento en el que se ponga fin a esta prestación.
Hay que recordar que, por el momento, el cese extraordinario de actividad tiene fecha de caducidad: el 31 de mayo. Sin embargo, dependiendo de la evolución de la pandemia en el próximo mes, es probable que volvamos a vivir otra extensión más, tal y como ya ha ocurrido en diferentes ocasiones a lo largo de esta crisis sanitaria.
Además, casi un 77 por ciento de los autónomos afirman que su facturación se ha visto reducida con respecto al año pasado, y cerca del 60 por ciento de los trabajadores aseguran que esta caída en la facturación ha sido superior al 60 por ciento en relación con el año anterior.
En total según los datos de ATA, los autónomos estiman en más de 75.000 millones de euros la pérdida de facturación desde el pasado mes de marzo de 2020. Las restricciones se han cebado especialmente con el sector del ocio nocturno,