Santiago
Folgueras
es
un
joven
físico
español
que
está
liderando
un
proyecto
interesantísimo
en
el
CERN
(Organización
Europea
para
la
Investigación
Nuclear).
Durante
la
conversación
que
mantuve
con
él
hace
ya
varios
meses
me
contó
con
todo
detalle
en
qué
consiste
su
proyecto
INTREPID,
que
estará
vinculado
al
futuro
HL
LHC
(High
Luminosity
Large
Hadron
Collider
o
LHC
de
alta
luminosidad).
No
obstante,
lo
que
más
me
llamó
la
atención
fue
el
entusiasmo
con
el
que
me
habló
del
FCC
(Futuro
Colisionador
Circular),
que
será
la
máquina
que
presumiblemente
sucederá
al
HL
LHC.
Si
el
itinerario
que
ha
planificado
el
CERN
sigue
su
curso
tal
y
como
lo
ha
hecho
hasta
ahora
el
HL
LHC
estará
listo
a
finales
de
esta
década.
En
2030.
Y
será
capaz
de
producir
nada
menos
que
40
millones
de
colisiones
por
segundo.
La
cantidad
de
información
que
generará
será
tan
enorme
que
será
necesario
poner
a
punto
un
sistema
que
sea
capaz
de
analizar
los
datos
en
tiempo
real
y
tomar
una
decisión
respecto
a
la
colisión
que
se
acaba
de
producir.
Este
es,
precisamente,
el
propósito
del
HL
LHC:
incrementar
drásticamente
el
número
de
colisiones
si
las
comparamos
con
las
que
se
han
producido
en
las
anteriores
iteraciones
del
LHC.
La
luminosidad
mide,
de
hecho,
cuántas
potenciales
colisiones
de
partículas
se
producen
por
unidad
de
superficie
y
tiempo.
Se
mide
en
femtobarns
inversos,
de
manera
que
cada
uno
de
ellos
equivale
a
100
billones
de
colisiones
entre
protones.
Eso
sí,
se
trata
de
billones
en
escala
larga,
por
lo
que
un
femtobarn
inverso
son
100
millones
de
millones
de
colisiones.
El
diseño
del
FCC
está
en
discusión
Desde
que
comenzaron
los
experimentos
en
el
acelerador,
en
2010,
hasta
finales
de
2018,
que
fue
el
momento
en
el
que
cesó
su
actividad,
se
produjeron
en
su
interior
150
femtobarns
inversos.
De
acuerdo
con
la
planificación
actual
de
los
técnicos
del
CERN
las
modificaciones
que
requiere
el
LHC
para
incrementar
su
luminosidad
deberían
ser
capaces
de
producir
250
femtobarns
inversos
cada
año
hasta
alcanzar
los
4.000
durante
todo
el
periodo
de
actividad.
El
propósito
de
los
físicos
del
CERN
es
que
el
FCC
sea
capaz
de
alcanzar
durante
la
segunda
etapa
del
proyecto
una
energía
de
100
TeV
En
cualquier
caso
lo
más
interesante
es
recordar
que
las
mejoras
que
los
técnicos
del
CERN
están
introduciendo
en
el
LHC
responden
a
la
necesidad
de
encontrar
fisuras
en
el
Modelo
Estándar
con
el
propósito
de
ampliar
nuestra
comprensión
del
mundo
de
las
partículas.
Algunas
de
las
preguntas
que
los
físicos
del
CERN
tienen
la
esperanza
de
poder
responder
con
la
ayuda
del
HL
LHC
son
qué
es
y
qué
propiedades
tiene
la
materia
oscura,
por
qué
los
neutrinos
tienen
masa
y
por
qué
no
hay
antimateria
en
el
universo.
No
cabe
duda
de
que
son
preguntas
apasionantes.
No
obstante,
el
plan
de
los
físicos
del
CERN
no
acaba
con
el
HL
LHC.
Cuando
finalmente
concluyan
todos
sus
ciclos
de
operación
esta
institución
planea
construir
el
FCC,
un
acelerador
mucho
más
grande
que
el
HL
LHC
y
capaz
de
llegar
a
energías
mucho
más
altas.
Presumiblemente
tendrá
una
circunferencia
de
100
km
(la
del
actual
LHC
mide
27
km),
y
su
construcción
arrancará
en
2038.
El
propósito
de
los
físicos
del
CERN
es
que
el
FCC
sea
capaz
de
alcanzar
durante
la
segunda
etapa
del
proyecto
una
energía
de
100
TeV
(teraelectronvoltios).
Para
formarnos
una
idea
precisa
acerca
de
qué
estamos
hablando
solo
tenemos
que
recordar
que
el
LHC
actual
trabaja
con
una
energía
de
16
TeV.
Si
todo
sale
como
está
previsto
el
FCC
debería
estar
preparado
no
más
allá
de
2070.
Según
el
CERN
la
primera
fase
del
proyecto,
que
no
el
plan
al
completo,
costará
unos
17.000
millones
de
dólares.
Vladimir
Shiltsev,
físico
especializado
en
aceleradores
en
la
Universidad
del
Norte
de
Illinois
(EEUU),
calcula
que
todo
el
proyecto
costará
al
menos
30.000
millones
de
dólares.
Según
Nature
algunos
físicos,
como
Jenny
List,
investigadora
en
el
sincrotrón
de
electrones
de
Hamburgo
(Alemania),
critican
este
plan
y
defienden
la
construcción
de
un
acelerador
lineal
de
hasta
33
km
en
vez
de
uno
circular.
Según
ellos
la
opción
lineal
será
mucho
más
económica
y
permitirá
llevar
a
cabo
los
mismos
experimentos
que
una
instalación
circular.
Veremos
por
qué
opción
se
decantan
finalmente,
pero
no
cabe
duda
de
que
estas
discusiones
son
necesarias
para
tomar
las
decisiones
adecuadas.
Los
científicos
aún
tienen
tiempo
de
sobra
para
sopesarlo
todo
y
encaminar
el
proyecto
por
la
senda
más
propicia.
Imagen
|
Piotr
Traczyk/CERN
Más
información
|
Nature
En
Xataka
|
El
CERN
tiene
un
plan
ambiciosísimo:
quiere
derribar
la
teoría
especial
de
la
relatividad
de
Einstein
 
            







































