Como
cada
año
por
estas
fechas
se
hace
efectivo
el
cambio
de
hora,
una
práctica
de
décadas
que
se
repite
dos
veces
al
año,
y
pese
a
lo
cual,
genera
grandes
controversias.
Pese
a
lo
asentada
que
está
este
uso
en
nuestro
entorno,
tan
solo
el
40%
de
los
países
y
una
cuarta
parte
de
la
población
mundial
observan
esta
particular «tradición».
¿Cómo
viven
aquellos
que
no
lo
hacen?
El
cambio
de
hora.
La
primera
cuestión
que
se
nos
viene
a
la
cabeza
es
saber
qué
motivos
hay
para
cambiar
de
hora
y
qué
motivos
hay
para
no
hacerlo.
El
cambio
de
hora
busca
mantener «estable»
la
hora
a
la
que
amanece
a
lo
largo
del
año
para
así
no
desaprovechar
las
horas
de
sol
tempranas
en
verano
y
evitar
llegar
al
trabajo
aún
de
noche
en
invierno.
A
cambio,
se
sacrifica
esa
estabilidad
en
la
hora
a
la
que
anochece.
El
principal
motivo
que
se
argumenta
en
favor
del
cambio
horario
es
el
ahorro
energético.
Cambiar
o
no
cambiar.
La
duración
del
día
depende
de
dónde
nos
situemos
y
la
época
del
año.
Los
días
son
siempre
más
largos
en
verano,
pero
la
diferencia
es
más
marcada
conforme
nos
acercamos
a
los
círculos
polares.
Por
eso
una
buena
parte
de
los
países
en
zonas
tropicales
ni
observan
ni
han
observado
el
cambio
al
horario
de
verano.
Este
es
el
caso
de
numerosos
países
de
África
central,
norte
de
Sudamérica,
sudeste
asiático
u
Oceanía.
Otro
huso
horario
que
no
requiere
cambio
es
el
UTC.
El
Tiempo
Universal
Coordinado
es
un
huso
horario
equivalente
al
Tiempo
Medio
de
Greenwich
(GMT),
y
es
utilizado,
por
ejemplo,
en
la
Estación
Espacial
Internacional,
la
cual
orbita
la
Tierra
aproximadamente
cada
hora
y
media.
El
espacio
necesita
un
huso
horario
distinto.
Cambios
en
casi
todos
los
países.
Sin
embargo
el
horario
de
verano
llegó
a
estar
extendido
casi
plenamente
fuera
de
los
trópicos
en
un
momento
u
otro.
Hoy
en
día
solo
sobrevive
en
Europa,
Norteamérica
y
un
puñado
de
países
más,
y
el
principal
motivo
para
abandonarlo
es
que
resulta
un
incordio.
Uno
que
puede
llegar
a
tener
consecuencias
tangibles,
como
el
aumento
de
los
accidentes
de
tráfico
observado
por
diversos
estudios,
como
el
publicado
en
2016
en
la
revista
American
Economic
Journal.
Para
complicar
más
las
cosas,
cada
país
cambia
de
hora
cuando
le
conviene.
La
UE
y
los
países
de
su
entorno
tan
solo
homogeneizaron
el
cambio
de
hora
a
mediados
de
los
90.

En
azul,
los
países
del
hemisferio
norte
que
aún
cambian
la
hora.
En
naranja,
los
países
del
hemisferio
sur
que
hacen
lo
propio.
En
gris
oscuro,
países
que
nunca
han
cambiado
la
hora.
Y
en
gris
claro,
países
que
lo
hicieron
en
el
pasado
y
dejaron
de
hacerlo.
Países
que
cambiaron
de
idea.
¿Qué
países
decidieron
abandonar
el
horario
de
verano
(o
quedarse
permanentemente
en
él)?
¿Qué
consecuencias
ha
tenido
este
cambio?
Fuera
de
los
trópicos
casi
todos
los
países
han
observado
en
uno
u
otro
momento
el
horario
de
verano.
Pero
son
cada
vez
menos.
Europa
es
una
de
las
regiones
donde
más
homogéneamente
se
cambia
la
hora
en
verano.
Es
la
Unión
Europea
la
que
marca
el
cambio
horario,
aunque
países
no
miembros
también
se
adhieren
a
estos
cambios.
Entre
las
excepciones
se
encuentra
Islandia,
que
hace
más
de
50
años
que
abandonó
este
cambio
pese
a
ser
uno
de
los
países
más
septentrionales
del
mundo.
En
2019
el
Gobierno
de
este
país
consultó
a
sus
ciudadanos
si
deseaban
volver
al
cambio
de
hora
pero
por
ahora
no
parecen
interesados.
Rusia.
Otra
excepción
notoria
es
la
de
Rusia,
que
tras
diversos
vaivenes
decidió
abandonar
el
cambio
de
hora
para
quedarse
permanentemente
en
su
horario
de
verano.
Tras
un
amago
para
la
vuelta
al
cambio
horario
en
2012
el
horario
ruso
acabó
eso
sí,
volviendo
al
horario
estándar
de
invierno
en
2014.
El
motivo,
explicaron
las
autoridades,
estaba
en
las
horas
de
la
mañana:
Por
una
parte,
el
frío
en
algunas
zonas
estaba
causando
problemas
por
las
mañanas,
mientras
que
en
el
resto,
la
oscuridad
implicaba
más
accidentes
de
tráfico
a
tales
horas.
En
las
Américas.
Norteamérica
y
el
Caribe
es
una
de
las
zonas
donde
más
se
observa.
En
el
continente
tan
solo
Algunas
regiones
como
Saskatchewan,
en
Canadá,
Sonora
en
en
México,
y
Hawaii
y
la
mayor
parte
del
estado
de
Arizona
en
Estados
Unidos
han
abandonado
el
cambio
de
hora
en
Norteamérica.
El
de
Arizona
es
un
caso
curioso,
puesto
que
el
territorio
de
este
estado
perteneciente
a
la
Nación
Navajo
sí
observa
el
cambio
horario
como
sus
vecinos.
Sin
embargo
este
territorio
cuenta
con
un
enclave
Hopi
que
sigue
el
horario
del
resto
del
Estado.
Situado
al
sur
del
país,
el
motivo
de
este
estado
para
abandonar
el
cambio
fue,
precisamente,
el
exceso
de
sol
y
calor
que
implica.
El
cambio
se
realizó
en
conjunto
con
el
Estado
de
Sonora,
que
hasta
ahora
era
uno
de
los
dos
estados
mexicanos
que
no
cambiaba
la
hora
(el
otro
era
Quintana
Roo,
que
lo
evitaba
para
que
los
turistas
puedan
disfrutar
de
más
horas
de
sol.)
Desde
hace
dos
años,
la
totalidad
de
México
no
cambia
de
hora.
Latinoamérica.
En
Sudamérica,
países
como
Argentina
y
Uruguay
abandonaron
en
las
últimas
décadas
el
cambio
de
hora.
Argentina
introdujo
el
cambio
horario
durante
un
breve
periodo
tras
la
crisis
de
2007
para
abandonarlo
casi
inmediatamente
al
comprobar
que
el
regreso
no
implicaba
ahorros
significativos
y
ante
el
rechazo
de
la
población.
Asia
y
el
sur.
China,
como
la
entonces
Unión
Soviética,
comenzó
a
implementar
el
cambio
de
hora
en
la
década
de
los
80.
Sin
embargo
el
gigante
asiático
pronto
abandonó
la
idea,
a
principios
de
los
90.
Diversas
zonas
de
China
se
encuentran
cerca
de
los
trópicos
por
lo
que
un
cambio
de
hora
en
ellas
generaba
más
problemas
que
beneficios.
Pese
a
su
enorme
tamaño,
la
República
Popular
China
tan
solo
cuenta
con
un
huso
horario.
Esto
es
así
no
solo
en
lo
geográfico
sino
también
a
lo
largo
del
año.
Japón
por
su
parte
abandonó
el
horario
estival
hace
más
de
60
años
para
no
volver
a
él,
pese
a
encontrarse
aproximadamente
en
una
latitud
semejante
a
la
del
sur
de
Europa.
En
este
país
el
cambio
de
hora
se
abandonó
sin
mucho
pesar
en
cuanto
terminó
la
ocupación
aliada
del
país
Nipón.
A
pesar
de
ello
ha
habido
partidarios
de
su
implementación,
notoriamente
durante
el
verano
de
2020
cuando
se
habrían
celebrado
los
Juegos
Olímpicos.
No
fue
el
caso.
Las
tierras
habitadas
del
hemisferio
sur
están
más
concentradas
en
torno
a
los
trópicos,
por
lo
que
menos
países
introdujeron
el
cambio
de
hora,
y
los
que
lo
hicieron
lo
introdujeron
por
menos
tiempo.
En
algunas
regiones
del
norte
de
Australia
por
ejemplo,
el
cambio
se
realizó
tras
un
referéndum
en
el
que
casi
el
55%
de
los
habitantes
votó
por
la
estabilidad
en
los
relojes.
En
Sudáfrica
en
cambio,
no
se
cambian
los
relojes
desde
la
Segunda
Guerra
Mundial.
¿Quién
será
el
siguiente?
La
tendencia
es
clara,
poco
a
poco
países
y
regiones
van
abandonando
el
cambio
horario
(generalmente
para
asentarse
en
el
horario
de
verano).
La
pregunta
es
quién
será
el
siguiente
o,
más
bien,
si
seremos
nosotros.
Como
en
la
película
de
Buñuel,
el
cambio
horario
es
una
fiesta
que
todo
el
mundo
parece
querer
abandonar
y
nadie
(o
en
este
caso
pocos)
logran
hacerlo.
Uno
de
esos
raros
casos
de
amplio
consenso,
al
menos
en
apariencia,
donde
la
resistencia
al
cambio
impera.
Quizá
uno
de
los
motivos
que
explican
la
resistencia
al
cambio
es
que,
frente
a
la
miríada
de
estudios
que
analizan
los
beneficios
y
perjuicios
del
cambio
de
hora
en
aspectos
como
salud
o
accidentes
de
tráfico,
los
que
analizan
los
cambios
sociales
donde
el
horario
de
verano
se
adopta
o
rechaza
son
escasos.
De
los
trenes
a
los
despertadores.
La
crisis
energética
en
ciernes
tendrá
mucho
que
decir.
Si
realmente
el
cambio
de
hora
sirve
para
ahorrar
energía,
puede
que
este
resulte
un
mal
momento
para
dejarlo.
Se
trata
de
un
condicional
muy
importante,
claro.
Al
fin
y
al
cabo
fueron
las
guerras
y,
finalmente,
la
crisis
del
petróleo
de
los
70
los
que
hicieron
imponerse
esta
práctica
en
la
mayoría
de
los
países.
Medir
el
tiempo
es
una
tarea
muy
complicada.
Incluso
países
no
muy
extensos
como
España
pueden
tener
grandes
diferencias
entre
las
horas
a
las
que
amanece
y
anochece
en
cada
una
de
sus
ciudades.
Sin
embargo,
desde
que
la
industrialización
comenzó
a
acelerar
los
ritmos
de
viaje
y
comunicación
en
la
Tierra,
se
ha
hecho
necesario.
Hemos
pasado
de
sociedades
donde
el
sol
marcaba
el
devenir
del
tiempo
en
cada
sitio
a
una
donde
el
tiempo
se
mide
con
precisión
atómica.
Sin
embargo
algunas
tradiciones
nos
ponen
en
un
incómodo
punto
intermedio
en
el
que
dos
veces
nos
acabamos
preguntando
por
qué
el
despertador
se
ha
confundido
al
sonar.
Imagen
|
Random
Institute
En
Xataka
|
México
puso
fin
al
cambio
de
hora
el
año
pasado:
tenía
buenos
motivos
y
casi
ninguno
sirve
para
España
En
Xataka
|
Egipto
ha
recuperado
el
cambio
de
hora
tras
eliminarlo
hace
casi
una
década.
Estos
son
sus
motivos
*Una
versión
anterior
de
este
artículo
se
publicó
en
octubre
de
2022