Hace unos años las series de animación japonesas que llegaban a España eran relativamente limitadas, y muchas veces condicionadas por lo que se estaba viendo en Estados Unidos o Francia (con sus correspondientes «openings» cambiados, y si no solo hay que mirar el de ‘Caballeros del Zodiaco’). Hoy en día el acceso es mucho más fácil gracias al streaming, y precisamente por ello la demanda de anime se ha doblado en los últimos dos años.
La magia del streaming
A finales de los 90 y principios de los 2000 hubo toda una explosión de series de animación japonesas en nuestras pantallas, en parte gracias a las cadenas autonómicas y las nuevas cadenas nacionales que surgieron por la época.
Sin embargo, la llegada de los servicios de streaming han supuesto un antes y un después para entender la manera en la que consumimos anime. Ahora es mucho más fácil acceder a series completas y películas de todo tipo de género y temática, y podemos verlas dobladas o en versión original con subtítulos, lo que más se ajuste a nuestras preferencias.
Esta facilidad de acceso a contenidos doblados y subtitulados ha llevado a que más y más público vea anime, por lo que si ya era grande anteriormente, la demanda de contenidos de anime se ha multiplicado en los últimos años.
Según un estudio realizado por Parrot Analytics, en tan solo dos años la demanda por contenidos de animación japonesa creció un 118%, con lo que se ha convertido en uno de los géneros que más ha crecido y más rápidamente durante la pandemia.
Anime a raudales
Como pasó con otros tipos de contenidos, los confinamientos causaron un crecimiento enorme en la demanda de streaming. Desde las propias plataformas han notado el aumento del interés por el streaming, y cada servicio está intentando crear su propio catálogo de anime que lo diferencie de los demás y atraiga a posibles nuevos usuarios.
«En otros países de habla inglesa, mucha gente quiere continuar probando otras cosas y ven más y más tipos de anime, por lo que es una buena herramienta para captar nuevos usuarios», explicaba Michael Dempsey, socio en Compound y experto en animación. «Ahora es mucho más mainstream, no es tanto un contenido de nicho como solía ser. Probablemente es porque ahora hay un hambre mucho mayor y continuo por contenidos de animación.»
De hecho, el uso del anime es una de las estrategias que está siguiendo Netflix para poderse medir con sus grandes competidores HBO Max y Disney+.Al producir animes originales como ‘The Seven Deadly Sins’ o ‘Castlevania’ o licenciando en exclusiva series grandes ‘JoJo’s Bizarre Adventure’ o ‘Shaman King’.
Y no son los únicos. Prime Video está haciéndose con licencias de algunos de los animes más populares del momento como el final de la saga Evangelion y produciendo sus propias series como ‘Invincible’ o ‘The Legend of Vox Machina’, que aunque no sean estrictamente anime también buscan atraer a un tipo de público que consume animación.
Como no podía faltar, Disney también se subió al carrito del anime con su ‘Star Wars: Visions‘, y la jugada debió de salir bien porque ya hay más animes originales en desarrollo para Disney+.
Estas estrategias también van más allá de únicamente la creación de catálogo, si no que el anime también está impactando las estrategias comerciales. El verano pasado, Sony se hizo con Crunchyroll, uno de los servicios de streaming de anime más grandes del mundo, por más de mil millones de dólares, demostrando que la demanda del anime no solo está creciendo si no que además mueve mucho, mucho dinero.