Lo hemos dicho por activa y por pasiva: ‘Spider-Man: Un nuevo universo’ no sólo es una de las mejores películas del año 2018; es una auténtica maravilla se mire por donde se mire. Una sentencia que cobra más peso que nunca cuando, casi dos semanas después de su estreno, continuamos descubriendo elementos que la hacen aún más grande.
Nada más enfrentarse al primer visionado de ‘Un nuevo universo’, y aunque estemos cegados por la espectacularidad de su envoltorio y por su maravilloso tono, pueden percibirse no pocos detalles que pueden por sí solos hacer trascender a un largometraje, centrados buena parte de ellos en su intachable tratamiento de la imagen.
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Pero más allá de su fidelidad al formato original impreso de las aventuras del Hombre Araña, cuya esencia queda capturada a la perfección en la cinta con los juegos de términos y desenfoques, la ausencia de motion blur o la utilización de recursos propios del cómic como pueden ser los globos de texto o las líneas cinéticas, existe un componente que unifica técnica y narrativa de un modo tan inteligente como sorprendente.
El ciclo del héroe a través del framerate
Puede que, aunque notáseis algo “extraño” durante la proyección de ‘Spider-Man: Un nuevo universo’, no os percatáseis de que todas y cada una de las versiones de Spidey contaban con un estilo de animación diferente; destacando entre ellas la de Miles Morales, el protagonista indiscutible de la historia, por una cuestión numérica determinante.
De forma intermitente, y mientras el resto de superhéroes arácnidos están animados variando su posición, salvo excepciones puntuales, fotograma a fotograma —24 fotogramas y movimientos por segundo—, la animación de Miles tiene un ratio de animación con un movimiento cada dos fotogramas —lo que significa que estaría animado a 12 fotogramas y movimientos por segundo—.
Lejos de ser algo aleatorio, y que da una sensación de tosquedad y poca fluidez a los movimientos de nuestro héroe, esta elección del framerate obedece a propósitos narrativos; algo que queda claro en el momento en que Miles abraza y controla finalmente sus poderes, encontrando finalmente su lugar en el mundo y su sino como guardián de Manhattan.
Es en ese momento cuando la animación del personaje y del resto de secundarios que le rodean —incluso de los objetos de su entorno— se mimetizan, quedando igualadas a 24fps y fluyendo de forma armoniosa. Alucinante.
Por si os habéis quedado con ganas de más ‘Spider-Verse’ —yo estoy esperando como agua de mayo el lanzamiento en Blue-Ray, esperemos que cargado con una tonelada y media de extras—, os dejo con este regalo que nos ha dejado la gente de Sony: un guión original de la película en PDF que, por cierto, da gusto leer de lo bien escrito que está.