Desde su estreno en el Festival de Sundance de 2020, ‘El agente topo’ ha desfilado por otros muchos certámenes cinematográficos antes de aterrizar en los cines españoles este 19 de marzo. La fecha finalmente elegida parece pensada para aprovechar el tirón adicional de las nominaciones al Óscar, donde la cinta escrita y dirigida por Maite Alberdi hizo buenos los pronósticos y logró colarse entre las aspirantes a mejor película documental
Habrá que esperar hasta el 25 de abril para saber si ‘El agente topo’ se hace con la preciada estatuilla dorada que entrega la Academia de Hollywood, pero no hace falta que esperéis mal para descubrir una obra que parte de una premisa de lo más curiosa: un jubilado es contratado para infiltrarse en una residencia de ancianos para saber si están tratando bien a una persona allí ingresada. A partir de esa premisa surge un notable documental que oscila entre lo divertido y lo tierno, con lo segundo ganando más importancia a medida que pasan los minutos.
Un antes y un después
Los primeros minutos de ‘El agente topo’ recogen el proceso de selección para elegir a la persona que va a infiltrarse en la residencia. Son los minutos más divertidos de la función, tanto por los diferentes candidatos que se presentan como aspirantes como por las dificultades que tiene Sergio Chamy para ajustarse a las necesidades técnicas que requiere la elaborado misión para la que es contratado.
Son momentos marcados por una refrescante ligereza en los que Alberdi también se permite romper la cuarta pared y que sea en alguna ocasión al propio equipo que está rodando el documental. Una carta de presentación difícil de mejorar para que el público se encariñe con el protagonista de la función y sienta mucha curiosidad sobre lo que pueda suceder cuando llegue el momento de centrarse en él intentando averiguar lo que sucede en esa residencia.
Ahí ‘El agente topo’ podría haber sido muy diferente a lo que acaba siendo, ya que no es tan inusual escuchar que el trato dado a nuestros mayores en algunas residencias dista mucho de ser el idóneo, pero en el caso que nos ocupa el principal problema al que se enfrentan los allí ingresados es cómo hacer frente a esa poco deseada soledad en los últimos años de sus vidas.
Eso lleva a que ‘El agente topo’ tenga en todo momento un ritmo reposado, algo que se subraya a través de las reflexiones que el protagonista hace al final de cada jornada a modo de resumen para aquellos que han requerido de sus servicios. Todo ello reflejado de forma bastante natural, sintiéndose como una prolongación de las inquietudes de nuestro protagonista en lugar de como una necesidad narrativa de Alberdi.
De hecho, la elección de Chamy se antoja decisiva para sostener la película, ya que por un lado tiene el desparpajo necesario para creérnoslo como espía improbable, pero es que además desprende una gran simpatía que hace lógico que sea tan bien recibido en la residencia. A eso le unimos su capacidad para empatizar con el resto de ingresados y nos queda una obra que sabe cómo potenciar su vertiente más emocional sin llegar a pasarse nunca de la raya.
Un equilibrio difícil de conseguir
Sospecho que esa no era la intención inicial de Alberdi, pues las sospechas de maltrato que motivan la contratación de este espía seguramente estaban basadas en algún tipo de sospecha o prejuicio que podría haber marcado totalmente a ‘El agente topo’. Sin embargo, nunca se intenta forzar la situación de alguna manera buscando algo por esa vía, ya que se deja que la investigación de Sergio fluya con naturalidad.
Eso sí, no esperéis que él identifique rápidamente a la persona que busca, lo que le permite ir forjando vínculos con más de las allí presentes. De esta forma, rompe la barrera de la soledad compartida para que realmente surja una conexión entre ellos. Ahí está el corazón de la película, lo que permite que deje una huella mayor en el espectador. Y digo esto siendo también consciente de que yo conecté más con su arranque, pero esa vía no era sostenible tal cual y Alberdi logra salir airosa de algo que podría haber salido mal de mil formas distintas. Y bien de muchas menos, pero tenemos la suerte de que esta haya sido una de ellas.
Para ello además de su ágil montaje hay otras dos claves esenciales, la primera es la apuesta de Alberdi por evitar las declaraciones a cámara, permitiendo así sumergirse más al espectador casi como si estuviera presente donde todo sucede. La segunda es la preeminencia de los personajes femeninos dentro de la residencia, todas ellas con su propia historia para llegar al corazón del espectador y del propio Sergio, quien hace no tanto que perdió a su propia esposa, por lo que se siente como si tuviera más la puerta abierta de su corazón hacia ellas.
En resumidas cuentas
‘El agente topo’ es un refrescante documental que sabe cómo ajustarse a la realidad con la que se encuentra cuando se infiltra dentro de una residencia de ancianos. Sospecho que en una en la que el trato a sus clientes fuera más deficiente no les habrían dado permiso para rodar con tanta libertad, pero aquí lo importante es más ese curioso equilibrio entre lo divertido y juguetón de su premisa y los emocional que llega a ser en más de un momento. Muy recomendable.