Estados Unidos tiene interés en mantener la paz y la seguridad en el estrecho de Taiwán y sigue comprometido con la política de una sola China, informó este miércoles la Casa Blanca en su nueva Estrategia de Seguridad Nacional, aunque deja abierta la puerta para apoyar a la isla en su «autodefensa».
«Tenemos un interés permanente en mantener la paz y la estabilidad a lo largo del estrecho de Taiwán, que es fundamental para la seguridad y la prosperidad regional y mundial y un asunto de preocupación y atención internacional», dice el documento, citado por la agencia de noticias Sputnik.
«Nos oponemos a cualquier cambio unilateral del statu quo por parte de cualquiera de los dos bandos, y no apoyamos la independencia de Taiwán», agrega el texto que debe ser enviado por cada presidente estadounidense al Congreso «para comunicar la visión de seguridad nacional», según informa la cartera de Defensa en su página web.
La administración del presidente Joe Biden añade que sigue comprometida con su política de «una sola China», así como con la Ley de Relaciones con Taiwán, los Tres Comunicados Conjuntos con Pekín y las «Seis Garantías».
«Y mantendremos nuestros compromisos en virtud de la Ley de Relaciones con Taiwán para apoyar la autodefensa de Taiwán y para mantener nuestra capacidad de resistir cualquier recurso a la fuerza o a la coerción contra Taiwán», dice el texto.
La tensión entre China y Taiwán se agravó tras la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi, a la isla el 3 de agosto, pese a las protestas de Beijing, que vio en ese viaje el apoyo de Washington a los independentistas taiwaneses.
China y Taiwán están separadas de hecho desde 1949, cuando las tropas comunistas de Mao Zedong derrotaron a los nacionalistas, que se refugiaron en la isla.
Estados Unidos reconoció en 1979 al gobierno de Beijing como el de toda China, incluyendo a Taiwán, aunque siguió dando respaldo militar a la isla.
La «reunificación» de China es un objetivo prioritario para el presidente chino, Xi Jinping, quien la semana pasada le dijo formalmente a Biden por teléfono que evitara «jugar con fuego».