Durante siglos, las hojas de olivo se usaban para alimentar ganado. Ahora unos granadinos quieren que revolucionen nuestra nutrición

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¿Cuánto
vale
una
hoja
de
olivo?
He
aquí
una
pregunta
que
probablemente
no
se
haya
hecho
mucha
gente
en
el
mundo
y
la
verdad
es
que
no
se
la
ha
hecho
por
un
buen
motivo:
porque
no
vale
casi
nada.
De
hecho,
históricamente
no
se
ha
usado
más
que
como
complemento
alimenticio
para
el
ganado.


Cambiando
que
es
gerundio
.
Todo
lo
demás
es

un
campo
abonado
a
la
pseudociencia
.
Precisamente
eso
es
lo
que
quiere
cambiar

la
gente
del
Grupo
Operativo
BIOREVALEAF
,
un
grupo
de
investigadores
de
Granada
obsesionados
en «revalorizar
de
forma
integral
la
hoja
del
olivo
como
fuente
de
fitoquímicos
y
nutrientes
con
carácter
bioactivo».

Es
decir,
obsesionados
con
la
idea
de
convertir
ese «subproducto»
en
una
pieza
esencial
para
extraer
ingredientes
funcionales
en
alimentación
y
aceites
enriquecidos.


Pero,
¿de
verdad
sirve
para
algo?

Sobre
el
papel,
sirve
de
mucho:
la
hoja
del
olivo
es
rica
en
fibra,
proteínas
y

otros «compuestos
fenólicos

como
hidroxitirosol,
tirosol,
oleuropeína
aglicona,
oleaceína
y
oleocantal».
 Lo
que
nos
empieza
a
decir
la
investigación
es
que

permiten
reducir
el
daño
oxidativo

y,
por
extensión,
muchas
de
las
enfermedades
que
surgen
con
la
edad.

El
primer
paso
sería
introducir
todos
esos
componentes
bioactivos
en
el
aceite
de
oliva
(creando
toda
una
nueva
generación
de
productor
enriquecidos).
Pero
el
segundo
iría
más
allá
y
llevar
esos
compuestos
más
allá,
a
lo
largo
de
toda
la
cadena
alimentaria.


¿Y
cómo
quieren
hacerlo?

Esa,
sin
duda,
es
la
parte
más
interesante.
Está
en
estudio,
pero
CIDAF,
la
Universidad
de
Granada,
la
empresa
oleícola
Torres
Morente
y
Cooperativas
Agroalimentarias
de
Granada

están
tratando

de
implementar
procesos
de
fermentación
y
técnicas
de
extracción
ecosostenible.


España
frente
al
futuro
del
olivar.

A
principios
de
los
años
90,
España
e
Italia

se
disputaban
,
mano
a
mano,
el
trono
del
primer
país
productor
mundial
de
aceite
de
oliva.
Este
año,
por
primera
vez,
Turquía

ha
superado
a
la
península
transalpina

y
se
ha
convertido
en
el
segundo
gran
productor
internacional.
No
es
casualidad.

En
los
últimos
30
años
y
mientras
el
mundo
produce
el
doble
de
aceite
que
entonces,
Italia
primero
se
estancó
y
luego
empezó
a
decaer.
A
día
de
hoy,
los
olivareros
italianos
no
pueden
producir
ni
la
mitad
de
lo
que
consume
el
país.


Cifras
.

Según
el
Centro
de
Estudios
de
ItaliaOlivicola

en
2024,
la
mitad
del
1,1
millones
de
hectáreas
de
olivo
que
hay
en
el
país
están
en
proceso
de
abandono.
200.000
hectáreas
están
en
estado
de
abandono
total
y
más
de
300.000
son
gestionadas
con «prácticas
puramente
de
mantenimiento».
Es
una
lenta
agonía
que
España
trata
de
esquivar.


Pero
no
es
fácil.

Los

bandazos
productivos

ponen
a
los
productores
en
un
complejo
equilibrio
que
amenaza
con
desnaturalizar
todo
el
sector
industrial.
No
es
una
exageración:
una
de
las
grandes
paradojas
del
aceite
de
oliva
español
es
que,
pese
a
crecer
un
15%
al
año,

más
de
500
almazaras
cerrarán

en
la
próxima
década.

Iniciativas
como
esta
de
la
hoja
o
como
las
que
se
vienen

haciendo
con
el
hueso
de
la
aceituna
,
quieren
solucionar
esto
cargando
el
olivo
de
valor:
hoy
por
hoy,
las
almazaras
(y
el
resto
de
industrias
agroalimentarias)
son
una
de
las
pocas
estructuras
industriales
que
articulan
la
España
vaciada.
Si
las
perdemos,
el
resto
del
entramado
social
sufrirá
mucho.

Imagen
|

Nazar
Hrabovyi

|

Bee
Naturalles

En
Xataka
|

España
se
enfrenta
a
su
mayor
reto
agrario
del
siglo:
convertir
en
regadío
1.901.529
hectáreas
de
olivar
antes
de
que
sea
tarde