A los que nacimos en los años noventa siempre nos explicaron que esta práctica se realizaba por motivos energéticos, para ahorrar en luz. Sin embargo, a día de hoy los expertos tienen claro que no lo hacemos por esto.
José María Martín-Olalla, físico y profesor de la Universidad de Sevilla, y uno de los grandes expertos españoles en lo que respecta al cambio de hora, ha hablado recientemente de este asunto y asegura que no existen estudios científicos que demuestren que con el cambio se producirán dichos efectos positivos. Por el contrario, asegura que el cambio de hora tiene que ver con cómo aprovechamos el día, esto es, cómo adaptamos la actividad humana a la estación
A favor del cambio de hora
Martín-Olalla está en contra de la propuesta de Pedro Sánchez. Según la postura del presidente del Gobierno, la ciencia avala dejar de cambiar la hora. La realidad es que en 2019 (y nada en lo que respecta a este asunto ha cambiado mucho desde entonces), un comité de científicos convocado por Sánchez para abordar la necesidad del hacer o no el cambio de hora decidió dejar las cosas como estaban ante la falta de acuerdo.
Aunque sea presentada como una medida moderna, este experto explica que en 1811 las Cortes de Cádiz ya abordaron este problema: «En los meses de verano empezaban a las 9 de la mañana y en los meses de invierno empezaban a las 10 de la mañana. ¿Por qué? Pues porque las condiciones de luz y de calor en la ciudad gaditana eran diferentes en verano del invierno».
Qué significa adaptar la actividad humana. «Según Martín-Olalla, lo que vendieron quienes propusieron el cambio de hora a principios del siglo XX era una cosa muy sencilla. Si en verano amanece antes, se inicia la actividad laboral antes, termina la actividad laboral antes y tendrás un segmento de ocio vespertino diurno más prolongado»
«El cambio de hora no hace que haya más horas de luz en verano porque hayamos hecho el cambio de hora, lo que hace es que empecemos la actividad antes, terminemos la actividad antes y al terminarla disfrutemos de, digamos, más horas de luz diurna para tener, pues las largas tardes de verano, pues ya digo, en paseos, en playas, en piscina o donde sea.»
De acuerdo a este punto de vista, lo ideal es empezar a trabajar cuando amanece, tratando de aprovechar al máximo las horas de luz. No es que así se generen más horas, es que se puede aprovechar más la jornada terminando antes el trabajo y teniendo por delante largas horas de luz en la tarde. Si no se hicieran, habría que ajustar los horarios del transporte todas las tiendas, programas de radio o de televisión, como contaba este experto a Xataka hace ya algunos años.
Imagen | Foto de Yaniv Knobel en Unsplash
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