El dúo de guitarra y voz Rosa Incaica, que reúne a la soprano estadounidense Annelise Skovmand y al guitarrista y compositor tucumano Pablo González Jazey, cerró anoche el primer fin de semana de conciertos de la cuarta edición del Festival Internacional de Música de Bariloche (Fimba) con un homenaje a Eduardo Falú.
En el concierto que se desarrolló en el Centro Municipal de Arte, Ciencia y Tecnología (Puerto San Carlos), la dupla centró exclusivamente su actuación en la obra del guitarrista, compositor y cantante salteño que el próximo 7 de julio cumpliría 100 años.
Y en ese recorrido, Rosa Incaica exhibió el tamaño y el lustre de la creación de Falú al mostrar las especies folclóricas que abarcó, el nivel de los poetas con los que se vinculó y el peso de su obra en solitario.
El concierto abarcó piezas solistas como el vals «Viejas tardes provincianas», «Misachico» de la «Suite Argentina», el gato «Entre las brasas» y la polca «Murmullos misioneros».
Además pudo apreciarse su profunda labor compartido con el poeta Jaime Dávalos en la canción litoraleña «Las golondrinas», las zambas «Renacer», «Rosa de los vientos» y «Trago de sombra», el bailecito «La torna» y la «Tonada del viejo amor».
La exquisita selección incluyó otras colaboraciones de Falú con León Benarós (para la milonga «El viento tiene una pena»), Manuel Castilla (para la zamba «No te puedo olvidar»), José Ríos (para la canción andina «Alabanza del platero») y Albérico Mansilla (para la milonga «Tiempo de partir»), entre más.
Tras el recital, el tucumano González Jazey reveló a Télam que el cuidado repertorio faluiano que Rosa Incaica ejecuta con maestría «nos lo fue sugiriendo el propio Eduardo y lo denominamos ‘Una voz y una guitarra’ que era, además, el título de uno de sus discos».
«Para nosotros – confesó el guitarrista- Eduardo Falú es una celebridad, una superestrella. Ojalá que Netflix haga alguna vez una serie sobre él y sobre toda esa gente que trabajó con él, todos artistas increíbles».
González Jazey agregó que una buena manera de definirlo es a partir de la poesía «Elogio para un amigo», de José Ríos, que Rosa Incaica presentó durante la primera parte de su actuación, donde por ejemplo se expresa: «Los latidos de su corazón están en cada cuerda, palpitando entre lo popular y lo distinguido, entre el monte y la montaña, entre los ríos y los valles de Salta».
La vocalista Skovmand agregó en relación a la actuación de anoche en Bariloche que «para mí ha sido un momento muy mágico, una conexión con la gente y con el espíritu de Eduardo Falú, desde donde está, con su música tan genial, con las experiencias de haber estado trabajando con él, con la poesía que él eligió, con las amistades que forjó, con las imágenes que se sienten desde esa música».
«Como una vikinga danesa oriunda de los lagos grandes de Minnesota que soy -abunda la cantante-, me siento muy honrada de haber viajado tantos kilómetros para conectarme con una parte tan humana, tan profunda, de la música folclórica argentina y de tener la posibilidad de poder expresar lo que siento con esta música tan especial».
En el predio del Puerto San Carlos, el cuarto Fimba arrancó con tres funciones (el viernes Hugo Figueras y la Camerata Municipal local con para un repertorio pensado para las infancias y el sábado tocó el octeto universitario estadounidense Mizzou New Music Ensemble dirigido por Stefan Freund).
Los más de 30 conciertos con el que el encuentro tomará nuevo impulso a partir del miércoles 24 -todos ellos con entrada libre y gratuita y que pueden consultarse en www.fimba.com.ar- tendrá figuras internacionales de lujo como Fernando Cabrera, Nano Stern y Paulinho Moska, además de locales de la talla de Rodolfo Mederos, Paola Bernal y Guillo Espel Cuarteto, entre más.
El Fimba, impulsado por la secretaria de Estado de Cultura del Gobierno de Río Negro, es dirigido artísticamente por el músico y gestor cultural Martin Fraile, además responsable de la Filarmónica de Río Negro que como orquesta y con sus ensambles anima y participa en buena parte de la programación.