Doy el pecho, ¿cómo saber si mi bebé se queda con hambre?

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Una de las principales preocupaciones de las madres que amamantan es cómo saber que sus bebés están comiendo lo suficiente.  

No podemos mirar dentro del pecho p ara saber cuánta leche se ha tomado, así que tenemos que buscar otros datos y signos que nos indiquen si ese bebé se queda o no con hambre.

La producción de leche

Antes de contar los indicadores que pueden darnos pistas de si nuestro bebé se queda o no con hambre, me gustaría contar brevemente cómo se regula la producción de leche. 

El calostro se produce ya durante el embarazo, por lo que las madres siempre tienen calostro tras el parto. Posteriormente, la hormona prolactina y el mecanismo de la oferta y la demanda cobran protagonismo en la regulación de la producción de leche. Básicamente, a mayor succión, la madre producirá más leche (por ejemplo, si amamantamos a gemelos produciremos más leche que si tenemos sólo un bebé).

Aunque parece entonces que no hay razón para que el bebé se quede con hambre, lo cierto es que a veces pueden no extraer toda la leche que necesitan, bien por problemas del bebé (por ejemplo, anquiloglosia, hipotonía), de la madre (hipogalactia) o de la técnica (mal enganche, pautas rígidas). Por ello, es importante conocer qué signos pueden indicar que nuestro bebé se quede con hambre.

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El peso

El peso es probablemente el mejor indicador de que un bebé está comiendo suficiente. En los primeros días tras el parto, todos los bebés (o la inmensa mayoría), pierden peso. Es algo fisiológico (normal) y hacia el segundo y tercer día suelen comenzar a ganar de nuevo, recuperando el peso al nacimiento en torno a los 10-15 días de vida

En estas primeras semanas, lo habitual es que un bebé gane en torno a 20 gramos al día. El peso de un bebé se vigila de cerca durante los primeros días: se le pesa a diario en el hospital y habitualmente a los 2-3 días tras el alta en el centro de salud. Posteriormente, según indique el pediatra o enfermera. Salvo indicación médica, no es necesario que los padres peséis al bebé, pues lo iremos haciendo en las revisiones de salud habituales.  

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Los pañales

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Los pañales también son un indicador fantástico de si un bebé como bien o no.  Vamos a hablar por un lado de las micciones y por otro de las deposiciones:

– Micciones:

El número de micciones puede indicarnos si un bebé está bien hidratado y está comiendo bien. Al principio hacen poco pis y progresivamente van mojando más pañales al día. Así, lo habitual es que el primer día hagan una micción, el segundo día de vida 1 ó 2 y el tercer y cuarto día entre 2 y 4. A partir de entonces suelen mojar más de 5 pañales al día. Cuando la orina está muy concentrada, puede adquirir un color anaranjado o rosado; son los uratos. Esto suele ser normal los primeros 2-4 días de vida, pero si aparecen más tarde suelen indicar que el bebé no come lo suficiente.

– Deposiciones:

La primera deposición del recién nacido se llama meconio. Es una deposición oscura y espesa. Progresivamente las deposiciones van cambiando (lo llamamos deposición de transición) hasta convertirse en la típica deposición del recién nacido: consistencia blanda/líquida con grumos y de color amarillo mostaza. Pasados los primeros días de vida (3-5 días), lo habitual es que realicen más de tres deposiciones diarias. Y hacia el final del primer mes van haciendo menos al día, incluso pueden pasar varios días sin hacer deposición.

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El bebé

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Como no podía ser de otra manera, uno de los dos protagonistas de la lactancia materna también puede darnos pistas, mediante su comportamiento, se si está comiendo o no suficiente.

El recién nacido realiza entre 8 y 12 tomas al día y es habitual que las tomas sean largas pues se tienen que adaptar a mamar, se cansan… así que puede parecer que están todo el día enganchados. Sin embargo, un bebé que come lo suficiente se suelta en algún momento del pecho, duerme entre tomas y está tranquilo.

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Entonces, ¿Qué signos pueden indicar que mi bebé se queda con hambre?

– No hace suficiente micción o deposiciones.

Los primeros días, los bebés manchan poco los pañales y progresivamente más. Así, si mojan menos pañales de lo que es habitual para su edad (1 el primer día, 1-2 el segundo, 2-4 los días siguientes o menos de 5-6 a partir del 5º día de vida), debemos asegurarnos de que el bebé está comiendo bien. En el caso de las deposiciones, un bebé menor de 20 días que no hace deposición a diario debe ser valorado, porque puede ser que no esté comiendo bien.

– Está muy adormilado, cuesta mucho despertarle, o por el contrario está irritable, se despierta enseguida y quiere estar constantemente enganchado al pecho.

Estos comportamientos pueden producirse por otras circunstancias, pero conviene que nos aseguremos de que el bebé está comiendo bien.

– No gana peso suficiente.

Como hemos dicho, los primeros días es habitual que los bebés pierdan peso y lo recuperen hacia el 10-15º día de vida. Si un bebé pierde más del 8-10% y/o no recupera el peso al nacimiento a las 2 semanas de vida, debemos valorarlo para descartar que no esté comiendo suficiente. De igual manera, un bebé que gana menos de 20 gramos al día (no es necesario pesarlo a diario, sino que podemos ver la evolución semanalmente) durante las primeras 6 semanas de vida, también necesarita valoración para ver si está comiendo bien.

Para esto, disponemos de gráficas que nos indican si la pérdida de peso es excesiva para la edad del bebé, así como gráficas de crecimiento donde podemos ver si la ganancia ponderal es adecuada.

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