Los ministros de Finanzas y de Salud británicos renunciaron este martes a sus cargos con críticas al primer ministro Boris Johnson, tras una serie de escándalos que sacudieron a su Gobierno, el último sobre la forma en que manejó las denuncias contra un diputado oficialista acusado de abuso sexual.
La renuncia de dos funcionarios clave, poco después de que Johnson superara un voto de confianza el mes pasado presentado en contra de su liderazgo, podrían resultar devastadoras para la continuidad de su mandato, según los medios británicos.
«La gente espera con razón que el Gobierno se lleve a cabo de manera adecuada, competente y seria», indicó Rishi Sunak, hasta ahora al frente de la cartera de Finanzas, al hacer pública su dimisión en Twitter.
«Creo que vale la pena luchar por estos estándares y es por eso que renuncio», agregó.
Minutos antes, el ministro de Salud, Sajid Javid, dijo en una carta que el pueblo británico «espera integridad de su Gobierno», pero que los votantes ahora pensaban que la administración de Johnson no era competente ni actuaba con interés nacional.
The public rightly expect government to be conducted properly, competently and seriously.
I recognise this may be my last ministerial job, but I believe these standards are worth fighting for and that is why I am resigning.
My letter to the Prime Minister below. pic.twitter.com/vZ1APB1ik1
— Rishi Sunak (@RishiSunak) July 5, 2022
También renunció a la vicepresidencia del Partido Conservador Bim Afolami, mientras que Andrew Murrison dejó su puesto de enviado comercial del Gobierno.
Las renuncias se producen después de que el líder conservador se disculpara por nombrar a Chris Pincher para un puesto en el Gobierno, pese a las denuncias de conducta inapropiada contra el parlamentario.
El legislador fue suspendido del Partido Conservador luego de ser acusado de «manosear a dos hombres», al parecer cuando estaba bajo los efectos del alcohol en un club privado de Londres.
Según el análisis de los medios británicos, el primer ministro se encuentra en una posición muy delicada tras la dimisión de dos de los ministros clave de su Gobierno.
Johnson reconoció que debería haber despedido a Pincher al ser informado sobre las denuncias en su contra cuando era titular del Ministerio de Relaciones Exteriores en 2019, pero, en cambio, el premier lo nombró para otros cargos gubernamentales.
«Creo que fue un error y me disculpo por ello», dijo cuando se le preguntó sobre el caso.
«Pido disculpas a todos los que se vieron gravemente afectados por esto. Quiero dejar absolutamente claro que no hay lugar en este Gobierno para nadie que sea depredador o que abuse de su posición de poder», afirmó.
Este caso se suma a otros similares en el Partido Conservador en los últimos meses.
El primer ministro superó a principios de junio un voto de confianza promovido desde sus propias filas, después de que varios legisladores enviaran una carta a un comité del Partido Conservador en la que manifestaron su oposición a la continuidad de su líder.
Esta misiva estuvo motivada por el escándalo de las fiestas en la residencia oficial, celebradas a pesar de las restricciones contra la Covid-19 durante la pandemia.
Para el líder laborista Keir Starmer está claro que el Gobierno de Johnson se está derrumbando y acusó a Javid y Sunak de ser «cómplices» ya que Johnson «deshonró su cargo y defraudó a su país».
«Después de todo el desorden, los escándalos y el fracaso, está claro que este Gobierno se está derrumbando. Los ministros del Gabinete tory han sabido todo el tiempo quién es este primer ministro. Han sido su séquito de animadores durante toda esta lamentable saga», agregó Starmer en un comunicado que consignó la BBC.
Dijo que el pueblo no se dejará engañar y que el Partido Conservador está corrupto, por lo que consideró que cambiar a un hombre no lo arreglará.
«Sólo un verdadero cambio de gobierno puede dar a Reino Unido el nuevo comienzo que necesita», afirmó.
Mientras, la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, expresó en Twitter que se siente que el fin de Johnson está cerca y que todo el «círculo podrido tiene que irse».
De todas formas, varios ministros salieron a respaldar a su líder, entre ellos la de Comercio Internacional, Anne-Marie Trevelyan, el secretario del Tesoro, Simon Clarke y el ministro de Defensa, Ben Wallace, quienes adelantaron que no renunciarán.
También la ministra de Cultura, Nadine Dorries, dio su apoyo al primer ministro: «No estoy segura de que alguien realmente haya dudado de esto, sin embargo, estoy 100 por ciento detrás de Boris Johnson, el primer ministro que constantemente toma todas las decisiones correctas», tuiteó.