15/07/2024
04:52hs.
Emiliano
Martínez
es
el
arquero
más
determinante
en
la
historia
del
fútbol
argentino.
Suena
fuerte.
Suena
a
sentencia
inapelable,
pero
más
allá
del
debate
futbolero,
la
influencia
del
Dibu
supera
enormemente
por
números
y
juego
a
cualquiera
con
el
que
se
lo
ponga
a
comparar.
No
se
trata
incluso
de
discutir
si
es
mejor
arquero,
no
hace
falta.
Sino
que
se
trata
de
describir
que
nadie
logró
ser
bicampeón
de
la
Copa
América
con
Mundial
y
Finalissima
entre
ellas
siendo
un
factor
tan
clave
para
llegar
a
las
vueltas
olímpicas.
O
acaso
no
volvió
a
ser
elegido
el
mejor
arquero
de
la
competencia
tras
el
triunfo
de
Argentina
sobre
Colombia.
Quizá
la
discusión
se
podría
tener
independientemente
de
esta
última
Copa
América.
Pero
se
suman
partidos,
definiciones
por
penales,
finales
y
Dibu
continúa
en
un
papel
protagónico
que
apenas
puede
discutirle
un
tal
Leo
Messi.
En
Brasil,
cuando
se
hizo
“conocer
al
mundo”
que
no
está
en
el
día
a
día
futbolero,
su
participación
en
los
penales
(el
famoso
“mirá
cómo
te
como”)
se
llevó
la
principal
atención.
Sus
festejos
con
bailecito
incluido
se
llevaron
más
análisis
que
sus
condiciones
como
futbolista.

seguridad
de
Emiliano
Martínez.
Sus
intervenciones
dejaron
de
ser
una
buena
temporada,
un
buen
campeonato.
Su
solidez
estuvo
a
prueba
en
la
Finalissima
y
no
falló.
Su
consistencia
pasó
el
examen
de
equipo
grande
al
que
le
llegan
sólo
un
par
de
veces
y
debe
responder
sí
o
sí.
El
Mundial
fue
su
Master
a
la
idolatría.
Ya
no
era
una
sorpresa,
pero
sorprendió
igual.
A
su
capacidad
para
controlar
las
emociones
en
los
penales,
a
su
habilidad
para
técnicamente
atajarlos
le
mostró
al
mundo
y
a
quiénes
aún
dudaban
que
su
solvencia
como
arquero
completo
y
la
mejor
atajada
de
todos
los
tiempos
en
una
final
ante
Kolo
Muani
lo
llevó
a
un
lugar
único.
Su
alto
perfil
le
abrió
flancos.
Pero
la
realidad
es
que
lo
que
no
se
bancan
los
demás,
y
salieron
a
matarlo
por
estas
jugadas,
es
su
personalidad.
No
se
sabe
en
qué
manual
ni
reglamento
dice
se
pueden
festejar
los
goles
con
bailes
coreográficos
pero
si
el
arquero
ataja
un
penal
-que
es
como
hacer
un
gol-
debe
quedarse
quieto
o
apenas
levantar
los
brazos.
Resulta
que
si
un
jugador
de
campo
le
habla
al
rival
que
va
a
patear
un
penal
para
ponerlo
nervioso
es
“parte
del
folclore”
pero
si
lo
hace
el
arquero,
se
espantan.
Son
los
mismos
que
enloquecen
si
uno
que
va
ganando
tira
un
caño
pero
no
se
escandalizan
con
que
la
solución
sea
un
planchazo,
un
codazo.
La
Copa
América
2024
lo
llevó
a
otra
dimensión.
Y
si
no
se
nombran
otros
arqueros
históricos
argentinos
es
justamente
porque
ninguno
fue
parte
de
un
proceso
ganador
tan
largo
y
abrumador.
Los
campeones
del
mundo,
Fillol
y
Pumpido
(por
nombrar
a
los
titulares)
tuvieron
su
peso
(el
Pato
aún
más
que
Nery)
pero
Martínez
suma
Copas
en
las
que
su
influencia
estuvo
casi
al
nivel
del
mejor
jugador
del
mundo.
Sin
atajadas
salvadoras
en
la
final,
pero
con
la
firmeza
en
el
juego
aéreo
cuando
los
colombianos
pensaron
que
podían
amargarle
la
fiesta.
No
podrían.
El
arquero
más
determinante
de
la
historia
estaba
destinado
a
otra
vuelta.
EL
RESUMEN
DE
LA
FINAL
Selección
Argentina
–
El
resumen
de
la
victoria
de
Argentina
ante
Colombia
Lionel
Messi
–
Argentina
campeón
de
América