Di María vuelve al club que ya pagó las 26 pelotas por su fichaje

El
regreso
del
año.
El
bombazo
que
nadie
esperaba:


Ángel
Di
María
volvió
a


Rosario
Central,
el
club
que
apostó
por
él
cuando
apenas
era
un
niño
que
jugaba
en

El
Torito,
el
humilde
equipo
de
barrio
que
protagonizó
uno
de
los
fichajes
más
insólitos
del
fútbol.
Un
traspaso
que,
aunque
cueste
creerlo,
es
real:
el
campeón
del
mundo
que
conquistó
Europa

alguna
vez
costó
apenas
26
pelotas.

Sin
embargo,
el
traspaso
no
se
concretó
en
el
momento.
Después
de
30
años
de
espera
y
una
carrera
repleta
de
títulos
y
éxitos
en
la
élite,
el
club
rosarino
finalmente
le
pagó
en
octubre
del
año
pasado
al
club
de
barrio
las
26
pelotas
que
había
acordado
como
parte
del
canje
por
el
pase
del
Fideo.

El
club
está
ubicado
a
pocas
cuadras
de
la
que
fue
la
casa
de
la
familia
Di
María.
El
gran
nivel
que
mostró
el
delantero
desde
chico
en
las
canchas
de
tierra
le
permitió
dar
el
salto
a
Central.
En
1994,
como
recompensa
por
su
traspaso,

el
Canalla
decidió
acordar
el
monto
al
humilde
club,
cuando
el
campeón
del
mundo
apenas
tenía
seis
años.

Durante
aquellos
años,
Jorge
Cornejo
era
el
presidente
de
El
Torito
y
fue
él
quien
aceptó
la
oferta
del
club
de
Primera.
Sin
embargo,
las
pelotas
nunca
llegaron,
lo
que
provocó
una
deuda
que
se
extendió
durante
años
entre
ambos
equipos.
Claro,

la
deuda
se
volvió
cada
vez
más
insólita
a
medida
que
avanzó
la
carrera
de
Di
María,
que
llegó
a
ser
transferido
por
63
millones
de
euros
desde
el

Manchester
United
al

Paris
Saint
Germain
en
2015.

Hay
una
dura
realidad
y
la
situación
económica
de
El
Torino
no
cambió
demasiado
desde
la
partida
del
rosarino.
Germán
Ángel,
actual
presidente
del
club,
habló
en
su
momento
con
Cadena
3
Rosario,
y
recordó
el
contexto
por
el
que
pasó
la
escuelita
durante
la
presidencia
de
Jorge
Cornejo:
«El
dirigente
pensó
en
la
necesidad
inmediata,
intentaba
reforzar
los
escasos
recursos
de
Torito.
Las
pelotas
nunca
llegaron».

El
club
cuenta
con
800
chicos
en
inferiores,
por
lo
que
la
llegada
de
las
26
pelotas
desde
el
Canalla
significaba
un
gran
aporte
para
los
entrenamientos
de
los
profesores:
«Fue
un
gesto
muy
lindo
porque
más
allá
de
las
pelotas,
hay
una
necesidad
terrible
en
el
club».