Una
encuesta
de
la
empresa
consultora
PwC
realizada
a
más
de
4.000
empleados
de
300
empresas
del
Reino
Unido,
ha
descubierto
que
un
20%
de
los
trabajadores
de
todas
las
edades
ha
considerado
la
posibilidad
de
abandonar
su
puesto
de
trabajo
en
el
último
año
y
muchos
de
ellos
por
una
razón:
cuidar
su
propia
salud
mental.
Si
miramos
a
la
generación
Z,
uno
de
cada
cuatro
jóvenes
se
ha
planteado
dejar
de
trabajar
en
el
último
año,
siendo
la
salud
mental
el
factor
más
común.
Los
empleados
menores
de
35
años
-o
gente
milenial
y
gen
z-
son
quienes
tienen
más
probabilidades
de
abandonar
el
trabajo
por
problemas
de
salud
mental.
En
las
generaciones
mayores
este
fenómeno
no
es
tan
extendido.
En
el
Reino
Unido,
donde,
a
diferencia
de
España,
el
desempleo
ha
crecido
en
los
últimos
meses,
también
se
registra
un
aumento
de
las
personas
que
deciden
no
buscar
trabajo.
El
pasado
año
alcanzo
la
cifra
récord
de
9,4
millones,
alrededor
del
22%
de
los
adultos
en
edad
de
trabajar
que
no
buscan
trabajo
ni
muestra
disponibilidad
ante
ofertas.
Dejar
el
trabajo
y
no
buscar
otro
El
estudio
explica
que:
La
mayoría
(63%)
de
las
empresas
encuestadas
han
observado
un
aumento
del
número
de
personas
que
abandonan
el
lugar
de
trabajo
y
pasan
a
ser
inactivas,
y
afirman
que
esto
está
repercutiendo
directamente
en
la
productividad
y
los
resultados
financieros.
La
salud
mental
es
el
factor
clave,
según
siete
de
cada
diez
empresas,
y
más
de
la
mitad
de
los
empresarios
están
reconsiderando
el
apoyo
que
prestan
para
evitar
que
las
personas
con
talento
se
marchen.
Es
decir
que
muchas
son
las
personas
jóvenes
que
han
decidido
dejar
su
trabajo
para
descansar,
no
para
buscar
otro.
Dicen
las
conclusiones
de
la
encuesta
que «gran
parte
de
la
conversación
actual
se
centra
en
cómo
conseguir
que
la
gente
que
está
fuera
de
la
fuerza
laboral
vuelva
a
ella,
pero
igual
de
importante
es
frenar
el
flujo
que
abandona
la
fuerza
laboral
en
primer
lugar».
Dejar
de
trabajar
para
cuidar
la
salud
mental
De
todos
modos,
no
parece
que
esta
tendencia
vaya
a
parar,
sino
a
crecer.
Un
10%
de
los
trabajadores
considera
la
posibilidad
de
dejar
el
trabajo
durante
un
período
prolongado.
Otro
20%
ha
considerado
la
posibilidad
de
dejarlo
en
el
último
año
(cifra
que
aumenta
hasta
el
25%
entre
los
jóvenes
de
18
a
24
años),
siendo
la
preocupación
por
la
salud
mental
el
factor
más
citado.
Las
personas
de
entre
18
y
25
años
tienen
1,4
veces
más
probabilidades
de
alegar
problemas
de
salud
mental
que
los
encuestados
de
más
edad.
El
segundo
problema
que
encuentra
la
gente
es
que
no
están
satisfechos
con
su
trabajo
y
por
eso
deciden
irse.
Además,
una
gran
proporción
de
personas
económicamente
inactivas
declararon
estar
interesadas
en
volver
a
trabajar
a
tiempo
completo
o
parcial
(el
43%,
frente
al
31%
que
dijeron
no
estar
interesadas).
Los
obstáculos
que
encuentran
para
no
hacerlo
son
un
trastorno
mental
de
larga
duración
(48%),
un
trastorno
físico
de
larga
duración
(39%)
y
una
baja
autoestima
y
confianza
(37%).
«Si
nos
tomamos
en
serio
la
reducción
de
la
inactividad
económica
y
la
contribución
a
la
ambición
de
crecimiento
económico
del
Gobierno,
entonces
necesitamos
una
acción
conjunta,
no
sólo
para
ayudar
a
la
gente
a
volver
al
trabajo,
sino,
lo
que
es
más
importante,
para
frenar
el
flujo
de
personas
que
lo
abandonan»,
dice
la
consultora
que
advierte,
con
los
datos
de
la
encuesta,
que
muchas
empresas
notan
graves
problemas
en
productividad
mientras
ven
a
su
talento
irse.