Cuba, donde probar un coche y sufrir un surrealista accidente te enseña por qué el Peugeot 301 es el BMW Serie 7 de allí

0
512

En algunos países como España, es la norma que incluso los coches más económicos del mercado tengan tecnologías para ayudar al conductor, medidas de seguridad activas y pasivas, elementos que mejoran el confort de los usuarios, etc. En cambio, en otros países, cualquiera de esos elementos son un lujo. Lo hemos comprobado haciendo más de 700 kilómetros por Cuba al volante de un Peugeot 301, con un accidente de tráfico incluido.

Por motivos familiares, cada año por estas fechas suelo ir unos días a Cuba, un país que tiene un encanto innato gracias a su gente, su clima y su alegría, y que al mismo tiempo, es un mundo de contrastes en muchos otros aspectos. Precariedad es el adjetivo que mejor define a su parque circulante, uno de los más ‘curiosos’ del mundo debido al bloqueo social al que está sometido como país tanto por los Estados Unidos como por el propio régimen que gobierna.

Sobre los coches en Cuba escribí la primera vez que visité la isla. En mi segundo viaje, os traje la historia de Rockney, un conductor de uno de los aproximadamente 300.000 almendrones que cada día circulaban por las calles de La Habana.

Así es la vida de Rocney, un conductor de almendrón de La Habana

Estos, por cierto, han desaparecido de un plumazo debido a unas nuevas normativas más extrictas a nivel de seguridad, con el consiguiente perjuicio que eso supone para los ciudadanos, ya que los ‘almendrones’ eran una solución de transporte sencilla y relativamente económica para la que no se ha buscado reemplazo.

Los famosos ‘almendrones’, coches en su mayoría anteriores a los años 60 que se dedicaban al transporte de pasajeros en situación precaria, han desaparecido casi todos por una normativa más estricta con la seguridad. Eso ha hecho que incluso el olor de las calles haya cambiado, ya no huele a ‘petróleo’ como dicen allí

En la visita del año pasado me atreví a conducir por primera vez por las destrozadas y peculiares calles de La Habana. No lo hice al volante de un coche cualquiera, forzosamente me encontré conduciendo un Geely Emgrand EC7, con el que aproveché para hacer la primera prueba en Motorpasión de un coche ‘Made in China’.

El problema de los coches de alquiler, resuelto

Peugeot 301 Prueba Cuba

Peugeot 301 Prueba Cuba

Parece que por fin han entrado coches nuevos para las alquiladoras que operan en Cuba. Los más habituales son estos Peugeot 301.

Fue precisamente el año pasado cuando os conté que Cuba se encontraba en una situación de desabastecimiento, y no solo de alimentos básicos que habitualmente escasean en los mercados, sino también de los coches de alquiler para el sector turístico, el cual crece año tras año. Wilfredo, responsable de la oficina de coches ‘de renta’ como allí se les llama, me lo explicó de forma muy sencilla a comienzos de 2018.

«La demanda es altísima, el turismo ha crecido mucho en Cuba y hay más demanda que oferta actualmente. Apenas entran coches de alquiler en Cuba. El año pasado, tenían que haber entrado 3.000 coches nuevos para alquiladoras, y la realidad es que no hemos visto ni uno», me explicaba.

Pero esos 3.000 coches que se esperaba entrasen en Cuba entre finales de 2017 y comienzos de 2018, llegaron en su mayoría a finales del año pasado, desbloqueando una situación muy complicada que tenía a las empresas alquiladoras, estatales en su mayoría, y a los propios turistas, preocupados.

Peugeot 301 Prueba parrilla delantera

Peugeot 301 Prueba parrilla delantera

Los coches con matrícula T, son los de alquiler. La T significa ‘turista’.

Aparte de algunos Suzuki Jimny de la generación saliente, coches muy prácticos para circular por calles que llevan décadas sin ser reparadas, la otra gran parte de los coches que llegaron a finales del año pasado fueron Peugeot 301, fabricados en España, y más concretamente en la planta que Grupo PSA en Vigo.

Peugeot 301, un coche ‘de lujo’ en La Habana

Este año decidí hacer la reserva del coche desde España, asumiendo el pago por adelantado de un alquiler que costaba más del doble por día de lo que cuesta alquilar un coche de un segmento similar en Europa.

A finales del año pasado entraron en Cuba unos 3.000 coches nuevos para alquiler, muchos de los cuales eran Peugeot 301 como el nuestro.

No quería que me volviese a pasar lo mismo que el año anterior, cuando confié en una agencia sin apenas reputación y me encontré compuesto y sin coche durante casi 5 días. Me anularon sin previo aviso la reserva de alquiler. Este año, con el pago por adelantado, casi me aseguraba disponer del coche.

Peugeot 301 tres cuartos delantera

Peugeot 301 tres cuartos delantera

Las calles de La Habana están, por lo general, destrozadas. Contar con un coche moderno, con suspensiones que hacen su función, es todo un lujo.

Cuando aterricé en el aeropuerto José Martí de La Habana, allí me esperaba un flamante Peugeot 301, un coche que además se fabrica en mi ciudad natal, lo cual inexplicablemente me llena de orgullo. «Este lo hacemos en Vigo, en mi ciudad», le dije al hombre que preparaba los papeles del contrato de alquiler mientras el reggaetón sonaba al fondo de la oficina a todo volumen en una televisión de hace unos 40 años.

PSA Peugeot Citroën Vigo: artesanos de lo eléctrico

Se trata de un coche del segmento ‘medio’, o así le llamaban en la alquiladora. En España no se comercializa ese modelo de Peugeot, lanzado en el año 2014 con el objetivo de conquistar mercados emergentes, como anunció en su momento el Grupo PSA. El que sí se comercializa aquí es su hermano gemelo, el Citroën C-Elysée.

La unidad que alquilamos tenía el poderoso motor 1.2 VTi de 72 CV que se combinaba con una caja de cambios pilotada. Sus prestaciones hablan por sí solas. Casi 13 segundos para pasar de 0 a 100 km/h desde parado y una velocidad máxima de 170 km/h. Toda una maravilla, sobre todo tras haberme bajado del Lamborghini Huracán LP610-4 que había conducido el día anterior.

Peugeot 301 lateral

Peugeot 301 lateral

Esta berlina de tres volumenes mide 4,4 metros de largo y es el hermano gemelo del Citroën C-Elysee

Mide 4,44 metros de largo, con una batalla de 2,65 metros, tiene cinco plazas y un maletero de 506 litros, gigantesco para su tamaño. El tamaño de maletero es muy importante en los mercados a los que se dirige. En España su hermano casi gemelo el Citroën C-Elysée, es una berlina compacta básica con un precio base de 11.100 euros. Pocos coches ofrecen tanto espacio por un precio tan ajustado.

Es curioso ver cómo son los coches que se exportan a otros países con normativas de seguridad básicas. Este no tenía más que un Airbag de conductor y cuatro cosas más, aunque pensándolo bien tampoco hacía falta más en un país dónde más del 50% de la población no sabe ponerse un cinturón de seguridad porque jamás se lo ha puesto.

La versión que llega a Cuba del Peugeot 301, tal vez no pasaría una homologación europea. Podríamos considerarla más que básica en algunos aspectos. Por poner un ejemplo concreto, sólo cuenta con Airbag de conductor. El copiloto no lleva Airbag, no hay anclajes IsoFix porque allí la normativa no obliga a que los niños viajen en silla. Basta con que no viajen en el asiento delantero, deben ir en el trasero ya sea solos o en brazos de un adulto.

Peugeot 301, un coche para las economías emergentes

En cambio, tiene otros ‘lujos’ como elevalunas eléctricos para las cuatro puertas, un sistema de apertura remota de la tapa de maletero, mando a distancia con cierre centralizado o luces diurnas de LED. Nada de sensor de lluvia, nada de limpiaparabrisas automático. ¿Para qué ponerle más de lo que la gente necesita? Eso simplemente incrementaría el coste. Eso sí, el aire acondicionado no falta en un país en el que siempre es verano.

¿Cola de león o cabeza de ratón?

Peugeot 301 interior

Peugeot 301 interior

El habitáculo del Peugeot 301 es amplio pero la dotación tecnológica es más que simple.

¿Cola de león o cabeza de ratón? Me encanta esa expresión que sirve para describir lo que viví este año, durante 10 días al volante de ‘mi’ Peugeot 301 por las calles de La Habana. Inicialmente admito que me remordía la conciencia por estar pagando casi 110 euros al día por el alquiler de un coche así de simple, así de básico. Los precios en Cuba son económicos en algunos servicios (un cubalibre cuesta entre 1,5 y 3 euros al cambio), no en el alquiler de coches.

Pero fue salir del parking del aeropuerto y comenzar a darme cuenta de que era un auténtico privilegiado por poder desplazarme en este coche. Los viejos Lada, equivalentes a los SEAT 124 nacionales, eran mayoría por las carreteras cubanas, y nuestro coche a su lado era un auténtico objeto de lujo.

Por un lado, por espacio, ya que aunque los Lada están muy bien aprovechados a nivel interior y cuentan con un maletero muy amplio, el nuestro era más grande permitiendo viajar con relativa comodidad a cinco e incluso seis pasajeros. Comprobado.

Peugeot 301 plazas delanteras

Peugeot 301 plazas delanteras

Los asientos son casi planos. No agarran mucho, pero tampoco es necesario porque ir rápido no es algo habitual. A cambio, son asientos confortables.

Por otro lado, la mecánica moderna de nuestro coche y su fabricación también actual, garantizaba que no ocurriese algo con lo que tienen que convivir día a día los conductores de los viejos Lada, los fallos mecánicos.

Es casi imposible que un coche como nuestro Peugeot 301, por muy básico que sea, tenga algún problema mecánico. Su motor, su transmisión, las suspensiones y demás elementos mecánicos están más que probados.

Al llegar a los semáforos, tuve que acostumbrarme a que los ocupantes de los otros vehículos nos mirasen con envidia. Me sentí igual en ese sentido que cuando probé recientemente en Madrid el Lamborghini Huracán LP610-4, ya que en ambos casos éramos el centro de todas las miradas, aunque por motivos bien diferentes.

Peugeot 301 Prueba Cuba trasera

Peugeot 301 Prueba Cuba trasera

La población normal y corriente en Cuba no tiene acceso jamás a coches de este tipo, ni como conductores ni como pasajeros. ¿Por qué? Pues porque la venta de coches nuevos a población civil no existe, no hay un canal creado para ello. Únicamente puedes encontrar coches modernos a través del mercado de segunda mano, y os voy a dar una referencia. Un Kia Picanto cuesta al cambio el equivalente a 45.000 euros. El sueldo medio de un profesional cualificado está entre los 22 y los 25 euros al mes. Nada más que decir.

Ante esta situación, la población se busca la vida cada día para poder desplazarse en un país en el que las infraestructuras y las opciones de movilidad, están en niveles dignos de los años 60 del Siglo XIX.

Una mecánica moderna, un motor que aceleraba sin rechistar, unos amortiguadores que amortiguaban. Cosas básicas que hacía que nuestro coche fuese un coche de lujo en un sitio así.

Nosotros en cambio íbamos a bordo de un coche relativamente cómodo, que contaba con aire acondicionado, un auténtico lujo. Las suspensiones de nuestro coche, a pesar de contar con una arquitectura básica, hacían una función, amortiguar. Es algo que no ocurre en el resto de coches, la mayor parte de los cuales llevan años circulando con los amortiguadores fundidos por los constantes baches y socavones que te encuentras en las calles y carreteras rotas.

Peugeot 301 Prueba cuentakilómetros

Peugeot 301 Prueba cuentakilómetros

Lo mejor que tenía nuestro coche era que sabías que muy mal se tendrían que dar las cosas para que hubiese un problema mecánico, algo que por desgracia para ellos, es parte del día a día para los conductores cubanos.

Pero sin duda, además de todo esto, lo mejor que tenía nuestro coche era la ausencia de preocupaciones. Cuando el semáforo se ponía en verde, bastaba con pisar el acelerador y el coche andaba (o caminaba, como se dice allí). En cambio, el resto de coches tenían que pelearse con el juego de acelerador y embrague para hacerlos andar.

Ni Xenon ni LED ni láser, pero con luces

Cuando cae la noche, la intensidad del tráfico en La Habana también baja considerablemente. La gente en el país caribeño tiende a acostarse bastante pronto, para al día siguiente madrugar y comenzar la jornada laboral pronto, evitando así las horas centrales del día en las que el calor aprieta más.

Y fue cuando cayó la noche cuando me di cuenta del valor que tiene otro elemento básico que tiene nuestro coche, las luces. Los sistemas de iluminación de los coches ha evolucionado una barbaridad en los últimos años, pero no es necesario contar con las relativamente modernas luces Xenon, con tecnología LED o incluso con la exclusivísima tecnología de iluminación láser para apreciar las diferencias respecto a un coche con luces de hace más de 70 años.

Peugeot 301 Prueba luces diurnas LED

Peugeot 301 Prueba luces diurnas LED

No están acostumbrados a ver coches con luces diurnas de LED como las que lleva este modelo.

La iluminación pública de las calles de La Habana suele brillar por su ausencia, valga la redundancia, aunque hay que decir también que este año estaban renovando las farolas de El Malecón, instalando unas modernas luces LED que emiten un haz de luz sorprendentemente blanquecino.

Más allá de esta mítica calle, las luces de nuestro Peugeot 301 eran una maravilla respecto a las del resto de coches que circulan habitualmente por la capital cubana. ¿Por qué? Pues porque el objeto de las mismas era iluminar por delante del coche, con una intensidad muy inferior a la que estamos acostumbrados aquí hoy en día, pero siempre más que las luces de los viejos Lada y compañía.

Mientras la función de los sistemas de luces del resto de coches es simplemente hacer que se les vea, el nuestro al menos iluminaba algo el asfalto que nos precedía. Pequeños lujos de los coches modernos.

700 kilómetros de placer

Peugeot 301 Prueba tres cuartos trasera

Peugeot 301 Prueba tres cuartos trasera

Es difícil transmitir el placer que ofrece conducir un coche así en un país donde, como he dicho, eso no es lo habitual. Tus escalas de valores cambian cuando te mueves por las calles de La Habana, y lo hacen en todos los sentidos.

Cuando entras a un supermercado y te encuentras, como nos ocurrió a nosotros, con que no hay un producto tan básico como la leche durante una semana, aprendes a valorar lo que tenemos en una sociedad moderna y con un sistema que funciona, como la nuestra.

Lo mismo ocurrió con el coche. Me di cuenta que basta con tener un coche así para ser un privilegiado, y que todos esos coches que habitualmente probamos semana tras semana, todas esas novedades que presentan las marcas cada mes, están muy bien, pero no son imprescindibles.

Peugeot 301 Prueba palanca cambio automático

Peugeot 301 Prueba palanca cambio automático

Es cierto que nuestro Peugeot 301 no era el coche más rápido de las calles de La Habana, pero tampoco pretendía serlo. Los pequeños Lada corrían muchísimo cuando estiraban, pero el nuestro aceleraba mejor gracias al cambio automático.

Día tras día los kilómetros fueron sumando en el contador. Al pasar de 400 kilómetros, el coche entró en reserva. Llenar el depósito de gasolina me costó 47 euros al cambio. Otro motivo para que la gente de a pie no tenga coche, porque un depósito de combustible equivale a dos sueldos.

No todo iba a ser un camino de rosas

Después de 10 días circulando con ‘mí’ Peugeot 301 por la casi siempre soleada Cuba, el último día amaneció diluviando. «Ha entrado un frente frío», me decían los locales, aunque el frío más bien brillaba por su ausencia con 22 grados de temperatura ambiente.

Cuba lloviendo

Cuba lloviendo

A veces llueve en Cuba, y cuando lo hace, lo hace con fuerza. Mejor no salir a la carretera en esas circunstancias.

Tocaba quedarse en casa, preparar las maletas y organizar la vuelta a España, donde sí que nos esperaba el frío febrero. El depósito de combustible del coche estaba a menos de la mitad de su capacidad, así que decidí salir de casa para buscar una gasolinera donde llenarlo y devolverlo así lleno en el aeropuerto evitando que me cobrasen un recargo.

Si algún día estás en Cuba y ves que llueve, no salgas a la calle salvo que sea imprescindible. No están muy acostumbrados a conducir en agua, y vi varios accidentes por este motivo.

Por desgracia, nunca llegué a la gasolinera. Cuando estaba de camino, parado en un semáforo del barrio de Siboney en la famosa 5º Avenida (una de las vías principales de La Habana y zona de casas de pudientes y residencias de embajadores) otro coche me embistió por detrás.

Volkswagen Jetta accidente Cuba

Volkswagen Jetta accidente Cuba

No me digáis que el Volkswagen Jetta no tiene un aspecto duro como el acero. Pues os puedo asegurar que es muy duro.

Era un Volkswagen Jetta de segunda generación, de aquellos antiguos, cuadrados, duros que se vendieron entre los años 1984 y 1991. El golpe fue fuerte, y además no lo vi venir. Me desplazó unos cuantos metros hacia adelante, pero por suerte no llegué a golpear yo al coche detenido delante en el semáforo.

Un poco aturdido por el golpe, me aparté a la derecha en cuanto tuve ocasión. Veo por el espejo retrovisor que el coche que me había golpeado hacía lo mismo. Se baja la copiloto echándose las manos a la cabeza. «¿Está bien?» le pregunté. «Dios mío, qué desastre, no le funcionaron los frenos», me dijo.

Accidente coche Cuba

Accidente coche Cuba

Este es el cruce donde se produjo el accidente.

Miré hacia atrás y en la calzada húmeda todavía estaban las marcas de un bloqueo de ruedas de unos 20 metros. No, no tenía ABS ni nada por el estilo, y tampoco mucha pericia conduciendo en agua. Debería ir un invierno a Galicia para aprender.

Aparentemente mi coche no tenía demasiados daños. Se veía el perfil de la tapa del maletero un poco hundida, el paragolpes ligeramente roto en un lado y ya está. Ni siquiera las luces posteriores estaban rotas. Pero yo sabía que el golpe había sido fuerte, me lo empezaban a recordar mis cervicales, que ya dolían tras unos años de tregua sin accidentes.

Peugeot 301 accidente parte posterior

Peugeot 301 accidente parte posterior

A simple vista el coche no tenía nada, solo un pequeño golpe en el parachoques trasero. Hasta que abrí el maletero…

El Volkswagen Jetta en cambio se veía un poco más dañado, aunque tampoco era algo alarmante. Tenía el capó ligeramente doblado, la parrilla delantera rota y lo que me llamó más la atención, el travesaño delantero del chasis hundido hacia adentro.

El conductor del otro coche me dice «Bueno, tu coche no tiene nada, así que me voy». Yo, nervioso por la situación, le dije que no, que teníamos que hacer un parte de accidente, aunque realmente desconocía si esa era el procedimiento allí. No podía devolver el coche a la empresa de alquiler con un golpe sin documentar, y más teniendo en cuenta que no había sido mi culpa. Mis 200 dólares de fianza peligraban.

Volkswagen Jetta accidente en Cuba

Volkswagen Jetta accidente en Cuba

Le pedí los papeles del seguro y me dijo que no los llevaba y que se tenía que ir. Tenía prisa, estaba nervioso y eso me hizo sospechar que algo escondía. No tenía síntomas de embriaguez, pero tal vez no carecía de seguro.

Intenté convencerle para que esperase a que viniese la policía a levantar un atestado, pero no lo conseguí. Lo único que conseguí fue hacerle fotos a su coche, a la placa de matrícula y a su carnet de identidad. Sin eso no le iba a dejar ir de ninguna manera.

Peugeot 301 accidente Cuba

Peugeot 301 accidente Cuba

Cuando ves que el travesaño trasero está hundido unos 10 centímetros hacia dentro te das cuenta de la fuerza del impacto.

Entonces fui yo quien llamó a la policía. Y en ese momento me encontré con el primer problema. ¿Cuál es el teléfono de la policía en Cuba? No tenía ni idea. Estaba perdido, y me empecé a poner nervioso. Por suerte pasó una patrulla de policía y dí el alto a uno de los motoristas.

Le expliqué lo sucedido y llamó por radio a otra patrulla, además de emitir una orden de búsqueda del coche que se había dado a la fuga del lugar del accidente. Tras 40 minutos de agónica espera, sobre todo teniendo en cuenta que en apenas 3 horas tenía que estar haciendo la facturación para nuestro viaje de vuelta, aparecieron dos policías de la Policía Nacional Revolucionaria.

Accidente coche Cuba

Accidente coche Cuba

Yo estaba parado en ese semáforo cuando el coche me embistió.

Ahí comencé a entender que en este país, todo va muy despacio. Le explico la situación a uno de los agentes y lo primero que hacen ambos es sacar una cajetilla de tabaco y fumarse un cigarro. Después, comprueban por radio los datos del conductor fugado. A pesar de tener unos 60 años de edad, era conductor novel.

Otra patrulla confirmó por radio que se dirigían al domicilio que aparecía en su documentación para tratar al otro conductor. Mientras tanto, el otro policía saca una hoja en blanco, una regla y un bolígrafo. Me pregunta dónde fue el punto exacto donde se produjo el accidente, se lo indico ‘in situ’. Pasada una hora y media, vuelve con un croquis del cruce de 6 calles, con todos y cada uno de los carriles y semáforos dibujados con bolígrafo y regla. Muy productivo si lo comparamos con lo que incluye un parte de accidente de los que usamos aquí.

Peugeot 301 Prueba Cuba

Peugeot 301 Prueba Cuba

Les insistía a los agentes que tenía que agilizar los trámites porque tenía un vuelo a España con mi familia en solo unas horas, y no podía perderlo por ningún motivo. Me dicen entonces que tengo que llamar a la agencia del coche de alquiler para que me den el teléfono del seguro y que pueda venir un perito a valorar los daños. «Ahora sí que no cojo el vuelo», pensé para mí.

Y en parte así fue ya que para conseguir localizar a un perito, estuve otros 50 minutos hablando con gente que parecía no tener mucha idea de cómo ayudarme, por no pensar algo peor.

Cuando ya había conseguido localizar a Juan, un perito dispuesto a dejar otro trabajo en el que estaba inmerso para atender a mi petición de urgencia, el otro policía me dice que antes me deben hacer un reconocimiento médico en un hospital.

Comisaría policía Cuba

Comisaría policía Cuba

Che Guevara, Fidel Castro y Raúl Castro están en todas las paredes de los edificios públicos en Cuba.

«¿Un reconocimiento médico para qué?», le pregunté. Me dolía un montón el cuello y la espalda, pero no di ningún síntoma porque precisamente lo que quería era solucionar la situación lo antes posible e irme del país en el vuelo previsto. El resto ya lo solucionaría a mi llegada a España.

«Es el protocolo siempre que hay un accidente de tráfico», me respondió el agente. Traté de convencerlo para saltarnos este paso, pero no hubo forma. Me aseguró que sería rápido. «¿Rápido? Aquí nada es rápido, el sentimiento de urgencia no existe». Desesperado, me fui detrás de la patrulla hasta un centro de salud situado a 5 minutos del punto del accidente.

A todo esto, lo que parecía un golpe bastante superficial en mi coche, se confirmaba que no era tan superficial. Nada más abrir la tapa del maletero vi que el travesaño posterior del chasis se había desplazado hacia adelante unos 10 centímetros, lo cual indicaba la violencia del golpe y cómo las superficies deformables ayudaron a amortiguar el impacto. Por cierto, la tapa del maletero no volvió a cerrar nunca más.

Probamos el BMW M2 Competition: el juguete definitivo, con 410 CV y un delicioso cambio manual

«Écheme el aliento, por favor»

Entrar en un centro médico en Cuba es toda una experiencia. Una experiencia que no le recomiendo a nadie. Aunque los médicos cubanos tienen muy buena fama, lo cierto es que las instalaciones en las que trabajan son infrahumanas. Los posters propagandísticos del régimen, las imágenes de Fidel Castro y el Che Guevara se mezclan con los carteles de campañas de vacunación o consejos básicos sobre cómo prevenir enfermedades.

«Siéntese ahí», me dice el policía. Lo veo pasar para un lado, para el otro, todo con mucha calma. Se apoya en una pared al lado de una consulta. «¿Qué ocurre?», le pregunto. «La doctora está comiendo», me responde. Nervios a flor de piel y empiezo a hacerme a la idea de que iba a perder mi vuelo.

Policlc3adnico Ignacio Agramonte Y Loynaz Fue Reinaugurado Hoy En Esta Ciudad

Policlc3adnico Ignacio Agramonte Y Loynaz Fue Reinaugurado Hoy En Esta Ciudad

Este no es el policlínico a donde acudí yo, pero sirve para hacerse una idea de cómo son

Después de 15 minutos de infinita espera, por fin aparece la médico. Me indica que pase a su «consulta». Una mesa de hace unos 40 años y un block de notas, esa era su consulta. Me pregunta qué ha pasado y se lo cuento de forma rápida y resumida. Empieza a pedirme mis datos. Tengo que deletrearle mi nombre, apellidos, DNI, dirección. Escribe a un ritmo de unos 5 segundos por letra. Parecía que me estaban gastando una broma. Pero no, era así de lenta.

En el centro médico y después en la comisaría de policía me di cuenta de la suerte que tenemos aquí de contar con infraestructuras y un sistema público que funciona a las mil maravillas.

Insisto en que tengo prisa porque tengo un vuelo y he de estar en el aeropuerto en menos de dos horas. «Esto es así en Cuba, en España y en donde sea», me aclara. No, en España las cosas van bastante más rápido, pienso para mí.

«Lo que debería hacerle ahora son unas pruebas básicas de psicomotricidad, pero como tiene prisa, simplemente écheme el aliento», me pide. Sí, me estaban haciendo la prueba de alcoholemia más surrealista de mi vida, tanto que no pude evitar cierta risa controlada para que me dejasen salir de allí lo antes posible con un papel que acreditase que estaba en buenas condiciones físicas…y que mi aliento no olía a alcohol.

Certificado Medico Cuba

Certificado Medico Cuba

Este papel que me dieron tras haberle echado el aliento a una medico, era lo que certificaba que no conducía bajo los efectos del alcohol

A toda velocidad, salimos del centro médico con el policía delante de nosotros montado en la moto. Íbamos hacia la comisaría de policía, donde teóricamente nos debía estar esperando Juan, el perito. Cuando llegamos allí, Juan todavía no estaba, pero el que si estaba era el conductor del otro coche, con el Jetta accidentado aparcado en la puerta. «Qué eficacia, creo que esto sí que hubiese sido un trámite más lento en España», pensé para mí.

Volkswagen Jetta accidente Cuba

Volkswagen Jetta accidente Cuba

Cuando llegamos a la comisaría de policía de Siboney, el otro coche ya no tenía ni la parrilla delantera y se apreciaba mejor el fuerte golpe que tenía.

El policía se acerca a él y le pregunta por qué se fue del lugar del accidente sin haber esperado a que ellos llegasen. «Tenía a mi madre de 90 años sola en casa y tenía que ir a cuidar de ella». Admito que me entraron ganas de decirle cuatro cosas, pero no lo hice. Por suerte, el policía ya se encargó de decirle que no había hecho lo correcto y que era denunciable abandonar un lugar de un accidente sin haber cumplimentado los trámites obligatorios.

Le pidieron el carnet de conducir y nos fuimos dentro de la comisaría. En estas llega Juan, el perito del seguro y mi salvación en esta situación. Juan, un hombre alto, negro y calvo, era el rey de la comisaría. Conocía a todo el mundo, desde policías a otros ciudadanos que estaban allí haciendo otros trámites. Todo el mundo le saludaba, le chocaba la mano. El amo.

Le explico a Juan la situación, que tengo que estar en el aeropuerto en una hora y media y que antes tenía que pasar por casa a recoger mis maletas, a mi familia, incluyendo a mí hijo de poco más de un año. Vio que estaba un poco agobiado porque pensaba que no iba a llegar.

Juan perito accidente Cuba

Juan perito accidente Cuba

Juan, a la izquierda, fue mi salvación. Agilizó todo el papeleo, rellenó el parte de accidente y habló con los policías para que me atendieran con agilidad. Le debo mucho.

Juan se da cuenta de la urgencia y empieza a actuar como nunca había visto en Cuba, con urgencia. Prepara su informe rápidamente, toma fotografías del coche y habla con un agente para que nos den preferencia para preparar la denuncia antes que atender otros casos que tenían, como el de una mujer que estaba denunciando a sus vecinos por hacer ruido por las noches.

Me pasan a una sala donde una agente debía preparar el escrito de denuncia. Sentada en un ordenador con MS-DOS como sistema operativo, comienza a escribir la denuncia. Si la médico que me acababa de ver había sido lenta, esta mujer la superaba. Unos 10 segundos para pulsar cada tecla, y no exagero.

Empieza a preguntarme cosas. «¿Cuál era la marca de carro?». Le digo que Peugeot, y me mira como si le estuviese hablando en chino. «Pe-u-ge–o-t», le deletreo. Tras tres intentos e incluso después de que su jefe le diga cómo se escribe, acaba poniendo «Peuyo«. Verídico, podéis leerlo en la denuncia.

Policía haciendo atestado accidente en Cuba

Policía haciendo atestado accidente en Cuba

Podría pasarme horas contando cómo la policía me decía que no sabía leer mi nombre y apellidos en el DNI español («no entiendo nada de lo que pone aquí», me decía) y yo pensando que lo que realmente pasaba, simplemente era que no sabía o no quería leer.

Después de otros 50 interminables minutos, consigo salir de aquella sala, también repleta de cuadros del Che Guevara y Raúl Castro, con el papel de denuncia y el informe del perito. Juan me explica que «presentando eso en la oficina de alquiler en el aeropuerto, es suficiente para que te devuelvan la fianza y quede todo zanjado».

Denuncia Cuba

Denuncia Cuba

Para que veas con tus propios ojos que en la denuncia pone Peuyo, os reproduzco la denuncia real

Enormemente agradecido de la gestión que hizo Juan, salí a toda prisa hacia casa, recogí las maletas, a la familia y me fui al aeropuerto con la tapa del maletero abierta. Las maletas se empapaban porque no paraba de llover ni un minuto, pero no me importaba. Solo quería irme.

Los coches en Cuba, una vuelta al pasado

Un mal trago no tan malo

Finalmente, todo el incidente se quedó en una anécdota más de un viaje inolvidable. Devolví el coche a tiempo, me reembolsaron la fianza, llegamos al check-in y pudimos coger el avión de regreso a España. Al día siguiente mi espalda estaba más que dolorida, pero unas cuantas sesiones de anti inflamatorios y fisioterapia volverán a poner todo en orden.

Lo que sí me hizo pensar ese accidente, es en la suerte que tenemos de contar con coches modernos, con medidas de seguridad actuales. Si en lugar de ir en un Peugeot 301 fabricado el año pasado fuese en un Volkswagen Jetta II como el que me embistió, seguramente las consecuencias hubiesen sido mayores.

Peugeot 301 Prueba Cuba

Peugeot 301 Prueba Cuba

Conseguimos llegar al aeropuerto conduciendo el coche, con la tapa del maletero abierta y por suerte sin ningún tipo de daño personal, que al fin y al cabo es lo más importante de todo.

También tuve mucha suerte de que el accidente se produjo en el único momento de todo el viaje en el que mi hijo pequeño, de un año y cuatro meses, no estaba dentro del coche. Había viajado en manos de su madre y sin silla, como es normal allí, todos los días. No quiero ni pensar qué hubiese podido pasar.

El accidente ocurrió en la única hora de un viaje de 10 días en que mi hijo de un año y pocos meses no iba dentro del coche. Sin duda, tuvimos suerte y todo se quedará en una anécdota que contar a los amigos, sobre todo lo de echar el aliento a la médico.

El último aspecto que saco como aprendizaje, es que siempre que salgas de viaje al extranjero lleves un seguro de viajes que te ayude en caso de accidente. Este fue leve, pero algo más grave puede terminar en una auténtica pesadilla si no vas correctamente cubierto en aspectos que aquí, por suerte, vemos como normales. Lo mismo que vemos normales que un coche como el Peugeot 301, sea un modelo básico, cuando en realidad básicos son otros. ¿Cola de león o cabeza de ratón?

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here