Cuando pensabas que Keanu Reeves no podía molar más, pasa de los especialistas y conduce todos los coches de ‘John Wick 4’

0
68

Todo el mundo adora a Keanu Reeves. Desde los directores con los que trabaja pasando por sus compañeros de reparto o los especialistas hasta, por supuesto, el público. Hay unanimidad: es una joya. De hecho, no estaría lejos de convertirse en el nuevo ‘King of Cool’, con permiso de Steve McQueen.

Además de ser un respetado icono de la cultura pop y buena persona en general, tiene en común con McQueen su pasión por todas las cosas con motor. Desde competir con su propia moto hasta realizar él mismo las escenas de persecución en John Wick 4.

De hecho, cuenta el famoso Tanner Foust (piloto, ex presentador de Top Gear USA y especialista en ‘Jason Bourne’, ‘Ford vs Ferrari’, ‘Need for Speed’, ‘Fast & Furious’) que su trabajo en John Wick consistió en mirar cómo Keanu Reeves hacía él mismo todas las escenas.

Bienvenidos a Cannonball, la mayor carrera ilegal de todos los tiempos, donde la realidad supera a la ficción

«El objetivo de mi trabajo era, básicamente, no conducir», dijo Foust en una entrevista con TopGear. «Tenía que ponerme la peluca y la barba y rodar todas las escenas de acción, al menos una vez, así las teníamos por si acaso. Pero pasé cuatro meses en Berlín entrenando a Keanu en sus días libres. Y ya había aprendido mucho sobre conducción en películas anteriores. Además, conduce motos, y creo que la gente que conduce motos suele aprender a conducir más rápido».

En la última entrega de la saga John Wick, Keanu se pone al volante de un Plymouth Barracuda de 1971 circulando a gran velocidad por una de las rotondas de París más emblemáticas y difíciles de usar en la vida real, la del Arco del Triunfo (o plaza de l’Étoile, para los parisinos).

La escena, que el director Chad Stahelski admite que fue una de las más difíciles de rodar, requirió que Keanu condujera en contra dirección a 60 km/h  como si no hubiera un mañana perseguido por un BMW M5 E60 V10.

[embedded content]

La importancia de cómo se ruedan las escenas de acción en John Wick

No es la primera vez que Keanu prescinde de un doble de acción. De hecho, lleva haciendo la mayoría de sus acrobacias desde que se estrenó la película original de John Wick, ya sea al volante de un coche, manejando una pistola o asestando un buen puñetazo.

Y es que parte del éxito de la saga John Wick se debe precisamente a eso, se ve al personaje principal pelear, disparar y pilotar. En lugar de usar el recurso de movimientos de cámara sacudidos y borrosos, que al final no dejan ver nada si no que sólo insinúan lo que ocurre, en John Wick la acción se ve con todo lujo de detalles, con Keanu Reeves en primer plano.

[embedded content]

«Y era increíble», dijo Tanner. «[Keanu Reeves] tenía que hacerlo todo con una sola mano mientras sujetaba una pistola y a veces la recargaba en mitad de la acción. Eso dio a los de la película la oportunidad de arrancar las puertas y el parabrisas para que se viera que era él quien lo hacía todo».

Foust también destacó hasta qué punto su experiencia con las motos hace de Keanu Reeves un excelente conductor. En las motos, asegura Foust, se aprende a que el neumático delantero nunca pierda adherencia, a derrapar, digamos, o es la caída asegurada. Es una cuestión de saber cuándo parar en lugar de ir al límite y perder potencialmente el control.

El Lamborghini que destrozan en 'El Lobo de Wall Street' no era una maqueta. Scorsese se empeñó en cargarse un coche de 500.000 euros

En coche, es fácil dejar que el tren delantero pierda adherencia en entrada de curvas. Es un error frenar de ese modo, puede llevar a perder el control del coche y, cómo mínimo, hacer un recto. Nunca hay que dejar que las ruedas de delante pierdan adherencia. “Con los coches, si ya has aprendido eso, eres bueno».

Es algo que ya decía el director deportivo de Auto Union en los años 30, el Dr. Karl Feuerissen. De hecho, tras la muerte en carrera de Bernd Rosenmayer, Feuerissen sólo contrató como pilotos para los monstruos de motor central, como el Auto Union Type D de 1938 (una bestia V12 de 485 CV con neumáticos estrechos y frenos de tambor), a pilotos de motos. Sólo ellos, consideraba, podían sentir el límite del coche sin rebasarlo y terminar abrazados a un árbol en Nürburgring o Monza.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here