Hace unos días, hablando con un colega, terminé llorando a lágrima viva entre carcajadas al recordar unas de las declaraciones más grotescas que he leído nunca relacionadas con el medio cinematográfico; así que me he visto en la obligación de compartirlas con vosotros. Su autor no fue otro que Jean-Claude Van Damme, y echan la vista atrás hasta el rodaje de la infame ‘Street Fighter: La última batalla’ de Steven E. de Souza.
Turismo de proximidad
Pensar en el set de la adaptación del videojuego de Capcom invita a hacerlo en el caos, el descontrol y en un ambiente tan delirante como enrarecido. No obstante, este peculiar panorama fue caldo de cultivo para el amor; o, al menos, así lo asegura el protagonista de esta historia, que en una entrevista con The Guardian rememoró un supuesto affaire que mantuvo con Kylie Minogue.
Hasta aquí todo correcto. Los años 90, dos estrellas atractivas, encontrarse a diario en el set caracterizados como Guile y Cammy… Tenía que pasar. El problema —y lo gracioso de este asunto— son las palabras que empleó Van Damme para soltar la bomba. Atentos, porque la bocachanclada no tiene desperdicio.
«Ocurrió. Fue en Tailandia, tuvimos un lío. Dulces besos, hermoso sexo… Hubiese sido anormal no haber tenido un lío, ella es preciosa y estaba todos los días delante mío con una sonrisa hermosa, simpática, encantadora… no actuaba como una gran estrella. Yo conocía Tailandia muy bien, así que le enseñé mi Tailandia. Es una gran mujer».
Sí, habéis leído bien: «Le enseñé mi Tailanida». De todas las maneras en las que lo podía haber revelado, optó por «Le enseñé mi Tailandia». Por mucho que nos riamos —yo el primero—, no deja de ser algo desagradable y poco afortunado, y cuesta imaginar a Minogue verbalizando su presunto romance esporádico con JCVD —que, por cierto, rodó la película hasta arriba de farlopa— soltando una perla similar.