La
crisis
de
la
vivienda
es
un
problema
de
muchas
ciudades.
En
Madrid
los
precios
no
paran
de
subir,
en
Tokio
encontrar
alojamiento
permanente
es
una
misión
imposible,
incluso
cuando
hay
una
gran
cantidad
de
casas
vacías,
y
en
Ciudad
de
México
el
panorama
también
es
bastante
complejo.
Hace
años
que
los
residentes
de
esta
metrópoli
latinoamericana
viven
en
sus
propias
carnes
la
crisis
de
la
vivienda.
Algunos
desarrolladores
señalan
que
la
Ley
de
salvaguarda
del
patrimonio
urbanístico
impide
la
demolición
de
ciertos
edificios,
lo
que
dificulta
el
acceso
a
terrenos
para
levantar
edificios
más
modernos.
Una
pirámide
invertida
como
solución
a
la
crisis
de
vivienda
También
se
señalan
otros
obstáculos,
como
las
limitaciones
de
altura
y
problemas
de
financiamiento.
Un
estudio
llamado
BNKR
Arquitectura
tuvo
una
idea
bastante
particular
en
2009.
En
lugar
de
construir
un
enorme
rascacielos
en
la
capital
de
México
propuso
desarrollar
un
proyecto
completamente
subterráneo.
Al
hablar
de
espacios
habitables
bajo
tierra
puede
que
se
nos
vengan
a
la
cabeza
imágenes
de
silos
de
misiles
balísticos
reconvertidos
en
refugios,
algunos
de
ellos
de
lujo.
Sin
embargo,
esta
firma
quería
ofrecer
algo
completamente
diferente.
No
solo
desde
el
diseño,
sino
desde
la
privilegiada
ubicación
del
proyecto.
The
Earthscraper,
también
conocido
como
El
Rascasuelos,
tenía
como
objetivo
revitalizar
el
Centro
Histórico
de
la
Ciudad
de
México.
Por
consecuencia,
se
construiría
bajo
la
Plaza
de
la
Constitución.
Se
trata
del
a
plaza
principal
de
la
ciudad,
una
zona
muy
importante
de
una
superficie
de
46.800
metros
cuadrados.
Este
sitio,
rodado
por
la
Catedral
Metropolitana,
el
Palacio
Nacional,
el
Antiguo
Palacio
del
Ayuntamiento
y
el
Edificio
de
Gobierno
sería
el
lugar
perfecto
para
construir
una
pirámide
invertida.
La
misma
contaría
con
un
espacio
vacío
central
que
permitiría
que
sus
habitantes
disfrutaran
de
iluminación
y
ventilación
natural.
La
existencia
de
El
Rascasuelos
no
significaría
el
fin
de
la
plaza
en
sí.
El
suelo
actual
sería
reemplazado
por
enormes
paneles
de
cristal
que
permitirían
que
se
desarrollen
todas
las
actividades
que
tienen
lugar
allí
a
la
vez
que
deja
pasar
la
luz
del
sol.
Ahora
bien,
el
proyecto
contendría
más
que
una
gran
cantidad
de
apartamentos.
BNKR
Arquitectura
imaginaba
espacios
con
vegetación,
zonas
de
uso
común,
tiendas,
comercios
y
oficinas.
La
idea
era
que
los
habitantes
pudieran
desarrollar
muchas
actividades
bajo
tierra.
Sin
embargo,
este
proyecto
de
775.000
metros
cuadrados
nunca
se
convirtió
en
realidad,
aunque
se
habría
encontrado
con
varios
desafíos.
La
idea
de
vivir
en
un
edifico
moderno
y
con
muchas
comodidades,
pero
literalmente
enterrado
en
medio
de
una
gran
ciudad,
puede
que
no
sea
una
idea
atractiva.
Esta
alternativa
definitivamente
no
sería
ideal
para
aquellas
ciudades
que
huyen
de
vivir
en
edificios
tradicionales
en
grandes
ciudades,
aunque
quizá
habría
tenido
sus
defensores.
Imágenes
|
BNKR
Arquitectura