Shin’ichiro Watanabe es uno de los creadores de la industria de animación japonesa más icónicos de los últimos veinte años. Algo lógico teniendo en cuenta la prolífica carrera del creador de clásicos como ‘Samurai Champloo‘, ‘Blade Runner: Apagón 2022’, una de las producciones satélite de ‘Blade Runner 2049’, ‘Zankyou no Terror’ o la eterna ‘Cowboy Bebop’, uno de los animes más queridos que se recuerdan.
La historia de Spike, un dandy espacial que se toma poco o nada en serio la vida, es quizá una de las más carismáticas de la televisión japonesa reciente, si bien no es el único motivo que aúpa a la serie como una de las más interesantes de su época. ‘Cowboy Bebop’ equipara la función narrativa de la música y su cadencia rítmica a la evolución de la producción, lo que la convierte en una llamativa muestra con numerosos elementos de interés, como su desarrollo psicológico, el tratamiento de sus personajes o su innegable narrativa posmoderna.
Quizá uno de los más atractivos de la serie es el musical, tal y como destacó Jaime Altozano en su vídeo-análisis sobre la importancia de la banda sonora en ‘Cowboy Bebop’. La retroalimentación entre Watanabe y los Seatbels, liderados por Yoko Kanno, con creaciones simultáneas inspiradas, respectivamente, por la música y los avances de la serie, es otro de los puntos de mayor interés de esta producción.
Así se explicaría la naturaleza rítmica del anime, no sólo en lo que se refiere a su banda sonora, sino también a sus cimientos narrativos o a la llamativa decisión de que sus capítulos sean “sesiones”, como si de una interpretación de jazz se tratara. Algo que también reúnen sus míticos créditos iniciales, de los más recordados en el anime contemporáneo, y que encapsulan con brillantez el espíritu de la serie.
‘Cowboy Bebop’: Narrativa fragmentaria y sesiones tristes
Esta función primordial de la música tiene sentido teniendo en cuenta que Watanabe, además de creador, también ha sido productor musical en el mundo de la animación nipona. De hecho, ocupó este puesto en la interesantísima ‘Mind game’, el loco debut en largometraje de Masaki Yuaasa, con una nueva colaboración de Yoko Kanno en la creación de la banda sonora de la película.
Con códigos que van del western al thriller, pasando por la ciencia-ficción y hasta el melodrama, ‘Cowboy Bebop’ hace de la convergencia su lenguaje natural, expresado también en la estructura de la serie, con capítulos casi autoconclusivos que narran historias con poca o ninguna conexión entre sí. Los continuos grises y sus matices en construcción de personajes y conflictos se reflejan con una pálida paleta de colores, y quedan reforzados por una estrategia narrativa en la que prima la separación y la aparente falta de vinculación.
La continua fragmentación, que no está únicamente en el presente sino también en el pasado de los personajes -expresado a través de flashbacks o elementos que presentan el recuerdo en pantalla, como vídeos-, explicita también una conflictiva relación de éstos con su memoria y su historia personal. Algo que explicaría el tono de la serie, amargo, cínico y con un continuo olor a nostalgia.
Aunque cada uno de los veintiseis capítulos que componen ‘Cowboy Bebop’ tiene entidad por sí mismo para ser incluido en esta lista, aquí están los que, para quien escribe, concretan con mayor precisión las características señaladas en este texto. A continuación, los siete grandes lamentos de ‘Cowboy Bebop’:
Sesión 1 – Canción triste para un asteroide
Una caja de música triste es la que da el pistoletazo sonoro de salida al primer capítulo de ‘Cowboy Bebop’. Un episodio clave, en primer lugar, porque contiene el primer fragmento del pasado de Spike, que aparece descontextualizado del resto del capítulo, pero también por su brillante presentación de personajes, su tono trágico y su inclusión de aparente cotidianidad que acerca el contexto futurista representado a cierta apariencia de cercanía a la realidad.
Sesión 5 – La balada de los ángeles caídos
El primer atisbo del pasado de Spike aparece durante el quinto episodio de la serie. Desvelado definitivamente como un personaje torturado por su historia personal, el protagonista deberá hacer frente a Vicious, un anterior compañero incapaz de perdonarle tras abandonar la banda de la que formaba parte. El flash-back que ya apareciera durante el primer capítulo vuelve ampliado y fragmentado en el que será el primer enfrentamiento de Spike con su pasado, el leitmotiv de su arco de personaje.
Sesión 11 – Los juguetes en el desván
Otro de los episodios más inspirados de ‘Cowboy Bebop’ es también uno de los de mayor contenido existencialista de la serie. Este particular y divertido homenaje al survival espacial, una supervivencia de los más fuertes verbalizada por Faye durante el capítulo, tiene lugar, al igual que ‘Alien’, en la nave Bebop, y en la que la cotidianidad de sus tripulantes transmuta al terror con la aparición de una criatura espacial que comienza a campar a su anchas.
Sesión 20 – Terror cowboy
Spike, dandy y antihéroe por excelencia, encuentra la horma de su zapato con otro cazarrecompensas, un excéntrico cowboy prácticamente igual a él. Algo que sacará a la luz las actitudes más infantiles del protagonista, provocando en él su reacción más irascible al verse suplantado por alguien que puede ser igual o mejor que él, en una clara muestra de la verdadera fragilidad del personaje.
Sesión 22 – Pierrot le fou
Además del guiño godardiano del título, el vigésimo capítulo de ‘Cowboy Bebop’ es también uno de los más extravagantes en su concepción. Esta vez, Spike se convierte en inesperado testigo de un asesinato en una ciudad lúgubre y grisácea, de tonos oscuros y una animación excelsa. ‘Pierrot le fou’ es un capítulo prácticamente mudo donde la paranoia se da la mano con el thriller y el cine negro con una segunda mitad que culmina la persecución del flotante y letal asesino en un parque de atracciones abandonado.
Sesión 24 – Hard luck woman
El cierre de la historia de Faye, uno de los personajes más castigados de la serie, revela al mismo tiempo el pasado de Ed. La estructura del capítulo va en paralelo para revelar la historia de las dos mujeres del grupo, primero, con la inclusión de Faye en una merienda infantil que se desvela como una inesperada inserción de la adulta en un pasado que no recuerda, y después, con la aparición del padre de Ed, que explica su naturaleza aventurera y vividora.
La despedida final de las dos mujeres muestra un halo de esperanza en un mundo desesperanzado, mientras que deja a Spike y Jet obligados a confrontar, con todas las consecuencias, lo mismo que ambas: su pasado.
Sesión 25 y 26 – El auténtico Folk Blues (1ª y 2ª parte)
El desenlace de la serie, dividido en los dos últimos capítulos, recupera la trama principal de Spike para concluirla de la única forma posible: con el protagonista obligado a confrontar su historia. Algo a lo que Jet se opone frontalmente, pidiendo a su amigo que se aleje de su pasado y que continúe su vida futil junto a él, frente a la negativa de Spike. Una desoladora despedida donde la caja de música que abría la serie vuelve para cerrar las heridas de una historia que nunca podrán ser sanadas.