Comenzar disolviendo el agar agar en 100 ml de leche fría. Se venden ya sobres con esta cantidad; se puede sustituir por gelatina en polvo o en hojas, siguiendo las indicaciones del paquete en cuanto a las cantidades -para 500 ml de líquido-.
Colocar el queso quark -o fresco batido desnatado o semidesnatado- en un cazo y añadimos el rulo de cabra -cremoso, sin corteza- desmenuzado, la vainilla y la ralladura de lima o limón. Añadir edulcorante si fuera necesario. Mezclar bien y añadir la leche con el agar agar. Combinar con las varillas y calentar, dejando que cueza a fuego muy bajo, removiendo de vez en cuando.
Mientras tanto lavar y pelar los higos, cortar en trozos y poner en otro cazo con el zumo de naranja (opcional). Calentar a fuego suave, chafándolos con una cuchara de madera, hasta que adquiera una textura de compota más bien espesa.
Subir la temperatura de la mezcla de queso y dejar que llegue a hervir durante un par de minutos, removiendo suavemente. Retirar. Repartir la compota de higos en el fondo de las copas, reservando una parte para la capa superior en la nevera.
Cubrir con la mezcla de queso; si vemos que tiene textura granulosa, pasar por un colador metálico para que quede mucho más fina. Dejar enfriar un poco y llevar a la nevera durante unas dos horas, o hasta que cuaje. Agregar el resto de la compota higos.
Tostar las almendras o avellanas en una sartén sin aceite y añadirlas a las copas en el momento de servir. Se pueden decorar también con fruta fresca, unas bayas o coco rallado.
Con qué acompañar las copas de queso
Como buen postre, estas copas de queso quark con compota de higos es el broche perfecto de cualquier comida o cena, muy apetecible en los últimos días de verano, cuando ya el calor es más suave y siguen sentando bien postres frescos. Podemos convertir las copas en vasitos más pequeños para que sean raciones más ligeras y cundan más raciones.